Encuentros

Los Rebeldes, “Cervezas, Chicas y Rockabilly”, kilómetro cero del rockabilly

 

 

Moisés, Carlos y Aurelio, los Rebeldes originales

 

Dos de los tres miembros originales de Los Rebeldes, Carlos Segarra y Aurelio Morata, me reciben en el estudio de grabación donde Aurelio está remasterizando el primer disco del grupo, “Cervezas, Chicas y Rockabilly”, publicado originalmente en 1981 por EMI-Odeón. Lo reedita Warner, con ocasión del Record Store Day de este 2023.

Carlos, que tiene memoria fotográfica y mucho que decir, habla con la velocidad de una metralleta, siempre corriendo detrás de sus propios pensamientos. Aurelio es mucho más pausado y parco en palabras, pero su testimonio es un valioso contrapunto al del cantante y guitarrista del grupo.

En aquel primer disco sólo había una versión…

Carlos: era una adaptación, bastante fidedigna, modestia aparte, de “I Remember”, de Eddie Cochran, que nosotros titulamos “Recuerda”.

Aurelio: Y que ahora hemos recuperado para los directos.

Carlos: como todo neófito, para nosotros aquella música era la única que valía, y poníamos todo lo demás a parir. Nosotros reivindicábamos el rockabilly, y aquello solo podía hacerse en inglés; Rebeldes hacía versiones de Cochran, Gene Vincent, Chuck Berry… hacer canciones propias, para mí, que era el compositor oficial del grupo, era muy difícil, yo me conformaba con tocar canciones que me gustaban, y que ya conocía. Pensaba, ¿para qué componer nada, si todas las canciones que me gustan ya están escritas? Y allí hubo que decidir si íbamos a ser un grupo de versiones, traducir al castellano canciones de grupos extranjeros, o componer temas propios. Y en cuestión de un año se decidió…

Aurelio: bueno, tú ya tenías algunos temas propios, como “El boogie de Sue”, o “Eres un Rocker”, que ya tocábamos muy al principio…

Carlos: Sí, las compuse cuando ya habíamos formado Rebeldes, pero yo jamás me propuse ser un compositor.

Y por qué acabaste optando por componer?

Carlos: Para que se callaran… para que me dejaran en paz. A mí, con que rimara “melón” con “jamón” ya me bastaba… y luego, con la distancia que te da el tiempo, escuchas esas primeras canciones y piensas “pues tampoco estaban tan mal”…. Piensa que yo fundé Rebeldes con 17 años… a España, como dice Leslie de los Sirex, el rock llegó tarde y mal. En vida de Franco, lo que llegaba de Elvis eran baladas, Chuck Berry no existía. Entonces, hacia los 60, en España se empezó a conocer a los Beatles y a los Stones, que hacían versiones de Buddy Holly, de Chuck Berry o de Little Richard, es decir, algo que era un poco menos empalagoso que las baladas de Elvis. O que sus películas, que se podría haber ahorrado. A mí no me apetecía nada componer y cantar en castellano, cuando las canciones que me gustaban hablaban de Memphis o de lugares a los que pensaba que nunca tendría la suerte de visitar… pero me convencieron de que no habría un futuro si solo hacíamos versiones en inglés.

Aurelio: casi fue por necesidad….  Cuando fichamos por EMI, nos exigían material propio. Porque de alguna forma avariciosa, ellos querían que se generaran derechos de autor.

Carlos: en aquella época, cuando firmabas el contrato discográfico, parte del negocio de la compañía era no solo la venta de los discos, sino de los derechos de autor que generaran aquellas canciones. Si solo hubiéramos hecho adaptaciones al castellano de canciones de Chuck Berry, solo habrían obtenido beneficios de las ventas de discos físicos.

¿Cuántos días duró la grabación?

Aurelio: Una semana… muy poco…. Lo grabamos en los estudios Gema que EMI tenía en Barcelona.

Carlos: lo grabamos en cinco días laborables. Pero la primera maqueta se hizo aquí, en el estudio que hoy en día es propiedad de Aurelio, y que en aquel entonces se llamaba Moraleda. Y la canción “Vámonos”, que cierra el disco, es la maqueta que habíamos grabado aquí, no en EMI.

¿Y qué sensaciones recordáis? ¿Estabais muy perdidos, muy entusiasmados…?

Carlos: las dos cosas.

Aurelio: lo has clavado (risas)

Carlos: yo ahora tengo dos hijas, una de 23 años y otra de 18, y veo en ellas ese punto de “aunque no tengo ni idea de nada, sé más que tú porque soy joven”, y nosotros éramos así, yo ahora me reconozco en esa actitud no prepotente, pero sí chulesca, que es lo que debe tener un artista del ámbito que sea, un pintor, un escritor, un músico… a mi hija siempre le aconsejo que diga a todo que no, pero que se quede con lo que le interese. Fuimos una pesadilla para el estudio.

Aurelio: En aquella época nadie sabía grabar rock en este país. Y el técnico también iba perdido.

Carlos: los estudios de grabación en Barcelona grababan música jazz, música folk, en la que no había ninguna distorsión armónica. Tocabas una guitarra, y te paraban a la que la aguja pasaba de la línea roja… En una grabación digital, cuando estás en rojo, estás quemando, distorsionando, porque realmente no estás grabando, sino codificando… pero en el sistema analógico, que es el que nos gusta a nosotros, cuando estás saturando estás distorsionando, pero puedes usarlo a tu favor. Pero en aquella época la gente venía del jazz, del folk….

¿Qué otros artistas españoles tenía EMI?

Aurelio: La Orquesta Mondragón eran paralelos a nosotros…

Carlos: Pablo Abraira, Bertín Osborne…

Aurelio: ahora que llevo unos cuantos años en el mundo de los estudios y en la producción, y ves las cosas de otra forma, te das cuenta de lo pardillos que éramos en aquella época. Llegamos allí y nos pusimos en manos de quien estuviera allí grabando. Aunque firmamos nosotros como productores.

Carlos: Comparándonos con las generaciones actuales, hay una cosa que nosotros teníamos clara, y es que a veces es más importante tener claro lo que no quieres que lo que sí quieres. Decíamos “no sé cómo lo quiero, pero esto seguro que no”. La gente en aquella época eran poco menos que funcionarios, era como ir a Correos a enviar un paquete.

Aurelio: ¿en las mezclas estuvimos? Eso no lo recuerdo…

Carlos: Sí. Y dimos mucho por saco.  Es más, el primer disco de Los Rebeldes está grabado sin bombo, porque estábamos hartos de la música disco. Además se había puesto de moda un rockabilly más acústico, así que grabamos sin bombo, por nuestras narices.

Sin embargo, hay un cambio cualitativo sustancial entre el primer disco y el mini LP “Esto es Rocanrol”, que grabasteis en 1984. Y un sonido muy diferente. Para empezar, en el primer disco había un piano, el de Speed, al que además cedisteis mucho protagonismo.

Carlos: ¡Porque teníamos pianista! Yo siempre digo que en nuestra banda somos como pintores, tenemos una paleta de colores, y yo, cada vez que ha entrado un instrumentista nuevo en la banda, si hay un saxo compongo para el saxo. Y si hay piano, compongo para piano.

Aurelio: además es que el pianista era bueno. Era un hombre de Tiana, mayor que nosotros, aunque más joven que la generación de los Sirex. Se llamaba Emilio Díaz. Nos llevábamos unos 14 o 15 años. Era un amante del rock’n’roll a saco. Moisés, nuestro batería, tenía unos vecinos que lo conocían. Eran del Club Elvis, y siempre le decían que a Speed seguro que le gustaría lo que hacíamos. Nos llevaron un día a su casa, a Tiana, y tenía una buhardilla, donde tenía su piano y sus instrumentos. Empezamos a tocar, nos entendimos muy bien, le encantó lo que hacíamos, y además se convirtió en nuestro mánager. Y nosotros, como trío, hacía muy poco que tocábamos juntos, unos dos meses.

Carlos: Emilio (Speed) pilló como el final del rock’n’roll de los Sirex o los Salvajes, y el principio del pop de los Beatles. Tenía 35 años en aquella época.

Aurelio: aunque a Emilio los Beatles no le gustaban, él era puro rock’n’roll.

Carlos: lo que ocurre es que en España, el rock, y artistas como Bobby Darin, entraron de la mano de los Beatles.

Aurelio: Carlos y yo nos conocíamos de antes de los Rebeldes. Yo tenía una banda, la Granja Azul, que hacía versiones de bandas como los Stones, mucho Chuck Berry, y como éramos muchos, Carlos tuvo que esperar a que a que se fuera uno, al que reemplazó como cantante. Y a Moisés lo conocimos también en ese grupo, entró como sustituto de Gustavo, que era amigo suyo. Un día fallaron al ensayo los demás, nos encontramos los tres, Carlos, Moisés y yo, y nos cambiamos los instrumentos. Yo me puse a tocar el bajo, cosa que no había hecho nunca, Carlos pilló la guitarra….

Carlos: Y por ese motivo lo odiaré toda mi vida, porque un bajo lo sacas de la caja, y al cabo de veinte años sigue afinado. En cambio la guitarra….

Aurelio: la cosa sonaba de puta madre, y al mes, mes y medio, conocimos a Emilio. Y antes de grabar con EMI, la CBS también nos quiso fichar. Y llegaron a hacer una fiesta de presentación, para anunciar nuestro fichaje.

Carlos: En la sala Estudio Ono.

Aurelio: Un día éramos artistas de CBS, y al cabo de un mes nos fichó EMI (risas).

Carlos: Nosotros, antes de fichar por la CBS, habíamos presentado las maquetas en EMI, y el A&R, que era José Antonio de La Loma Jr, hijo del director de cine de Perros Callejeros, al vernos en la fiesta de presentación en Estudio Ono, nos hizo una oferta.

Aurelio: Y encima, en aquella época, te obligaban a hacer una prueba. Fuimos a los estudios de EMI a hacer la prueba.

Carlos: Como los Beatles en la Decca

Aurelio: Nos enviaron a los estudios de las EMI en la Calle Perpinyà, unos estudios impresionantes, y tuvimos que grabar una maqueta, para ver si dábamos la talla.

Carlos: es que entonces, para grabar un disco, había que saber tocar, llámame raro si quieres (risas)

Aurelio: Grabamos ”Il Ribelle”, de Adriano Celentano, “El Boogie de Susie”… y pasamos la prueba.

Todavía recuerdo lo que me impresionó que mi hermano trajera a casa el primer LP de los Nacha Pop, de 1980, y enterarme de que tres de los cuatro miembros estudiaban en un colegio privado, el Liceo Francés, en una época en que tener un disco en la calle era poco menos que imposible…. ¿no pensáis que tenéis un mérito enorme, por el hecho de haber tenido un disco en circulación, ya en 1981?

Carlos: Tenía mucho mérito, pero yo había picado mucha piedra, había empezado a los quince años, tocando, yo solo, con la guitarra, en pubs como el Trabanqueta, que estaba en la Calle Mallorca, el Angelot… en sitios donde yo no dejaría entrar a mis hijos hoy en día. Además nosotros no éramos del Liceo Francés (risas), y hago aquí un inciso, lo primero que observé cuando empecé a ir por Madrid, es que allí todo mundo era hijo de alguien. Nosotros íbamos de pobretones, de clase media trabajadora, y en Madrid, veías que los más punkis eran hijos del dentista del Rey… eran todos fijosdalgo.

Aurelio: lo que nos dio mucha impronta es que el primer año hicimos 120 actuaciones, tocábamos en cualquier parte, en cualquier pub que nos ofreciera tocar, tocábamos. Y eso creó un nombre. Éramos como los Beatles en Hamburgo, nos curtimos muchísimo. Ensayábamos todos los días, de lunes a viernes, por eso la banda funcionaba como un reloj.

Carlos: yo recuerdo haber actuado en Huesca y en Teruel, allí, cuando los jóvenes iban a la mili, se hacían despedidas de quintos, para sacar algo de dinero antes de entrar en el cuartel, y habíamos actuado encima de cajas de naranjas, o de cervezas, con un tablón encima.

Yo insisto en reivindicar vuestro valor en tanto que pioneros. Pienso en aquella primera hornada de bandas o solistas de finales de los 70 en Barcelona, Loquillo, los Brighton 64, vosotros… y pienso que os habéis revalorizado, que tuvo mucho mérito todo lo que hicisteis, tan poco tiempo después de la llegada de la democracia…

Carlos: éramos jóvenes, salvajes y asilvestrados.

Aurelio: en aquella época no teníamos perspectiva, íbamos a matar.

Carlos: otra cosa que me chocó de Madrid, es que las tribus urbanas se llevaban a matar. Y cuando digo a matar no es en sentido figurado. Había muertos. Y aquí los rockers y los punkis nos llevábamos muy bien. El Xavi de los punkis era además primo hermano de Mercedes, que era mi novia.

Aurelio: Y con los mods también nos llevábamos bien.

Carlos: Es que los Rebeldes éramos una banda de rockabilly con una mentalidad muy punk. Éramos muy punk. Somos hijos del 77, para nosotros Sex Pistols, Stray Cats, Dr Feelgood, los Stones… estaban en la misma onda que Eddie Cochran o que T-Rex. Esa época, que entonces nos parecía tan pobre, ahora me parece super rica.

Aurelio: Yo creo que los Rebeldes destacaron, por un lado, por nuestra calidad, porque tener a un cantante como Carlos… él tenía una voz que no tenía cualquier cantante, estaba por encima de la media… pero aparte de eso, los Rebeldes nos imbricamos en el tejido social de la época, estábamos en fiestas de lo más punk, pero dimos un concierto en la Sala Metrónom, llena de modernos, de pintores o de galeristas de arte…

Carlos: yo me peinaba en Manolo García, nos mezclábamos con discjockeys como Zorrita o David El Niño, en Valencia conocimos la ruta del Bacalao antes de que se pusiera de moda, nosotros tocamos en Barraca y en Chocolate. Éramos unos rockabillys atípicos.

Aurelio: no estábamos cerrados a nada. Estábamos imbricados en el tejido social, alternativo, de la época.

Carlos: otros iban del palo “soy muy rocker y llevo tupé, bailo rockabilly con mi chica, y punto”, nosotros no. Y no le hacíamos ascos a la música bailable si estaba bien hecha, nos gustaba The Cure, nos podía gustar The Jam… estamos hablando de una Barcelona irrepetible (22:28). Tanto Euskadi como Catalunya sufrieron particularmente a causa del franquismo, y en Catalunya se sufrió mucho a nivel cultural; y sin embargo, para mí, la Barcelona de aquellos años era equiparable a Londres, Nueva York, París o cualquier otra gran ciudad.

Aunque en aquella época se supone que el epicentro de la movida estaba en Madrid.

Aurelio: a principios de los 80 creo que Barcelona no tenía nada que envidiar. Hasta el ochenta y pocos. Luego vino La Movida, donde todos se creían los más modernos… y allí se metió mucho dinero.

Carlos:  lo que pasa es que Madrid era la capital del reino; además, los músicos de nueva ola madrileños estaban convencidos de que en Barcelona sólo había hippies, jazz rock, rock layetano, Secta Sónica, ese tipo de grupos… que por cierto eran músicos de mucho nivel. Pero también estaban Lone Star, y Los Salvajes, también había cosas interesantes. La Barcelona del año 77 era la hostia.

Preparando la entrevista, he pensado en algunos puntos de referencia de la Barcelona de aquella época. Imagino, por ejemplo, que compraríais ropa en el mercadillo de la calle Puerta Ferrissa…

Aurelio: al principio, la ropa nos la hacíamos nosotros.

Carlos: de repente íbamos a una tienda de bailaores flamencos, que estaba en Las Ramblas, en frente del Sepu, donde había una camisa negra con flecos, y nos la pillábamos. O íbamos a la calle Tallers, nos pillábamos unas tachuelas, y nosotros mismos nos las poníamos en la ropa.

Aurelio: o me compraba una camisa tejana, y le decía a mi madre “cóseme un canesú aquí arriba, para darle un toque country”… había una tienda, Marron Glacé, de ropa de segunda mano, era muy pequeñita, pero era cojonuda.

Y a nivel político? El lanzamiento de vuestro primer disco coincidió con el 23-F

Aurelio: aquello lo vivimos intensamente. El disco ya estaba grabado, pero no se publicó hasta abril del 81. Salíamos los tres de un ensayo, fuimos a Los Juaneles, que era un bar de gitanos que había delante del local de ensayo, en la calle Aldana, a comer unas patatas bravas, que eran famosas. Eran las ocho de la tarde, entramos, y nos dicen “Lo tenéis crudo. A vosotros son a los primeros que se llevarán por delante”. La calle estaba vacía, y en la tele no paraban de pasar imágenes de Tejero, en el Congreso de Diputados. De ahí nos fuimos al Magic, donde tampoco había nadie. Y me acuerdo que Moisés dijo “me voy a buscar el pasaporte, y me voy de este país”. Estábamos acojonados, pensábamos que en cualquier momento sacarían los tanques en Barcelona.

Carlos: llamé a mi madre, y me quedé a dormir en casa de mi novia, que porque vivía en la calle Tapioles, muy cerca del Paral.lel, allí al lado.

En las elecciones del 77 no pudisteis votar porque erais demasiado jóvenes…

Aurelio: yo voté por primera vez en las del 79.

Carlos: Yo no pude votar…

Aurelio: porque deberías tener una mierda de DNI, estropeado (risas)

Volviendo al tema de la política, ¿os interesaba? ¿Estabais al corriente de lo que pasaba, o estabais demasiado ocupados con la música?

Aurelio: para mí sí que era como un ruido de fondo, a mí la política me la sudaba, a mí me interesaba el rock’n’roll y la música.

Carlos: Barcelona no tenía nada que ver con el resto de Catalunya, ni con el resto del país. Barcelona era Barcelona. Era un lugar irrepetible, había un continuo trasiego de ideas, personajes, conciertos, contactos con París, con Montpellier… Barcelona, y si me apuras Valencia, fueron Europa mucho antes que el resto de España, y me duele decir esto, porque quiero mucho a los madriles… yo con mi padre me llevaba veinte años, pero los que eran diez años mayores que nosotros, nos tenían un poco de rabia, porque pensaban que nosotros estábamos recogiendo los frutos de algo que les correspondía a ellos haber recogido… nosotros teníamos 20 años, y los de 30 habían llegado tarde a todo aquello. Además, tocando rockabilly, recién muerto Franco, te ponías en contra a la derecha, porque la consideraban una música de salvajes, el acabose y el comunismo, y para la izquierda éramos pro americanos y estábamos vendidos al dólar. Y a nosotros nos la pelaba.

Aurelio: Y encima íbamos por ahí con la bandera sudista (risas)

Carlos Segarra

¿Qué tal llevaban en vuestras casas que quisierais dedicaros a la música?

Aurelio: en la mía muy mal (risas), decían “qué mal que les vaya bien a Los Rebeldes” (risas)…

Carlos: mi abuelo había sido músico, y por eso tenían reticencias en mi casa… mis padres se separaron, y tanto mi hermano como yo nos quedamos con mi madre. Mi hermano tiene la carrera de Filología e Historia, y aunque yo era muy bueno estudiando, mi madre hizo una cosa que ahora parece sencilla, pero que no lo era: no me ayudó, pero me dejó hacer. En esa época, que te dejaran hacer era toda una actitud. Lo más fácil era decir “tú eres menor de edad, eres mi hijo, y vas a estudiar”.

¿Y no ayudó el que saliera publicado aquel primer disco? ¿No os dio mucha credibilidad a ojos de vuestros padres?

Carlos: Bah, para presumir un poco, con los amigos…

Aurelio: Nunca se lo acabaron de creer…. De hecho, la historia está llena de músicos, que como nosotros, siempre decían “esto no puede durar mucho más”, y míranos, aquí seguimos, 45 años después (risas)

¿De dónde venía esa apuesta tan firme por el rockabilly, en una época en que lo moderno era ser punk, o la nueva ola?

Carlos: la culpa la tuvieron los Beatles y los Stones. Yo, el 99% de los temas de Buddy Holly o de Chuck Berry, Little Richard, Carl perkins o Gene Vincent, los conocí por los Beatles o por los Stones, no por los originales. Porque aquí no salieron, sólo Elvis, y baladas como “I Can’t Help Falling In Love”. El rock’n’roll llegó a casa tarde y mal.

Aurelio: En realidad empezamos con Elvis, Beatles y los Stones. Y luego ibas tirando para atrás, y descubrías a los artistas que los habían inspirado.

Carlos: además, en aquella época, por primera vez, en España, pasaban cosas que también pasaban en otras partes del mundo.

Aurelio: Los Stray Cats estaban haciendo lo mismo…. Y aunque nacieron en el mismo año, en el 79, nosotros ni los conocíamos.

Carlos: Y a ellos también los llamaban paletos en Nueva York… incluso coincidimos en la edad, yo a Lee Rocker le llamo abuelo, porque él es tres días mayor que yo.

Antes de que se formaran Los Rebeldes, tú, Carlos, estuviste con Loquillo en Teddy Loquillo y sus amigos…

Carlos: yo tocaba en una banda, con la que había contactado gracias a una nota que vi en el tablón de anuncios de gay & Company, la tienda de discos que tenía Gay Mercadé. Y yo empecé a tocar con una gente que buscaba un vocalista, yo tenía unos 16 o 17 años. Ese grupo hacía un rock o un blues muy en la onda Cream, Eric Clapton… esa música me gustaba, pero yo iba a piñón fijo, quería hacer rockabilly… yo en aquella época escuchaba mucho Doctor Feelgood. A mí, el “Stupidity”, cuando los vi tocando “Roxette”, en una tele Vanguard de un solo canal, en blanco y negro, dije “yo quiero ser como esos”. Y llevé a ese grupo, que se llamaba Chocopolvo, hacia un sonido más Doctor Feelgood. Entonces apareció Loco, que intentó tocar instrumentos, pero no se le daba nada bien, así que con ese grupo, que en realidad era Chocopolvo, y con el Loco como cantante, montamos ese grupo que se llamaba Teddy Loquillo y Sus Amigos. Hicimos dos temas propios, y el resto eran versiones. Yo también cantaba.

¿Cómo os habríais distribuido los papeles Loquillo y tú de haber seguido tocando juntos más tiempo?

Carlos: Difícil de imaginar.

Aurelio: Casi imposible (risas)

Carlos: Cuesta imaginárselo… un amigo mío, hispano canadiense, siempre dice que a España lo que le falta es tener rock’n’roll stars. Y Loquillo es un personaje que si no existiera, habría que inventarlo. Yo por ejemplo no sirvo como estrella del rock, yo me considero un músico de rock’n’roll, no una estrella del rock’n’roll. Y el Loco es una estrella del rock’n’roll. Loco no compone letra ni música, no toca ningún instrumento, pero tiene una presencia que es pura imagen del rock’n’roll. Y España, al igual que cualquier otro país, necesita sus estrellas del rock’n’roll. Asi que, ¿qué habría pasado? No lo sé, él tiene un registro vocal, yo el mío, yo compongo, y puedo hacerme un disco yo solo. Y Loquillo es un artista como la copa de un pino, que como decía Jordi Tejeror, el guitarrista, Loquillo no es músico, pero tiene criterio, y a veces es más importante que ser músico.

Aurelio: yo siempre lo he dicho, Loquillo habría sido un gran A&R.

Carlos: de hecho lo es.

Aurelio: sabe cómo montar un disco, qué canción le hace falta en cada momento. Como los A&R de las discográficas, que montaban los repertorios de un disco. Loquillo para eso es genial.

Carlos: pues yo igual, pero encima tengo que hacerlo yo (risas)

Aurelio Morata y Moisés Soraya
Aurelio Morata y Moisés Soraya

Detecto mucho respeto en los dos, cuando habláis de Loquillo.

Carlos: es que nos hemos criado juntos. Es más, yo creo que Loquillo fue el mayor acicate que tuve para empezar a componer. Porque era muy pesado. Pero tengo que darle las gracias por insistir tanto. Yo estaba en una zona de confort, haciendo versiones, y estaba muy contento.  Y él me decía “hay que cantar sobre cosas que pasen aquí, etc”. Yo en el colegio había escrito redacciones, pero nunca me planteé contar historias. Y ahora, cuando pienso en muchas de mis canciones, que a veces he hecho a prisa y corriendo, para salir del paso, me doy cuenta de que casi de cada letra de mis canciones se podría sacar un cortometraje, o una novela, o un guion de cine. Me gusta contar historias, cosas que pasan.

Aurelio, ¿en el primer disco ya tocabas el contrabajo, o solo el bajo eléctrico?

Aurelio: el contrabajo vino a raíz de que yo cogiera el bajo, y pensé que teníamos que hacer un sonido más auténtico, más rockabilly, así que el siguiente ya lo grabé con el contrabajo.

Carlos: Aurelio llegó a sangrar, tocando el bajo.

Aurelio. Pero el Jack Daniels ayudaba a sobrellevarlo (risas)

Carlos: todo lo que lleva alcohol desinfecta (risas)

¿Y de dónde surgió Moisés?

Aurelio: Carlos entró en La Granja Azul, luego pasamos a llamarnos Carlos y Los Rebeldes, así nos llamamos en el primer bolo…

Carlos: ¡Eso no lo recordaba!

Aurelio: y Moisés, que también estaba en La Granja Azul, en seguida se apuntó a la historia. Dijo “esto es lo mío”.

Carlos: Yo buscaba algo del tipo Buddy Holly & The Crickets… Moisés, durante el servicio militar, pilló una hepatitis, y durante la recuperación le regalaron un disco de Jerry Lee Lewis, de los 60, correspondiente a la época en que Jerry Lee, por haberse casado con su prima y todo aquel escándalo, tenía prohibido tocar en los Estados Unidos. Se ceñía a la música Country. Pero en Europa, siguió tocando Rock’n’roll, en Alemania, en Inglaterra, y por un disco en directo de aquella época, Moi descubrió el rock’n’roll, y aprendió a tocar la batería.

En aquella época solo había una emisora de televisión con dos canales, una oferta radiofónica limitada, nada de internet ni de redes sociales, y sin embargo, conseguisteis llegar muy lejos… en alguna entrevista reciente, recuerdo a Carlos decir que, en ese sentido, la llegada de las teles privadas, para vosotros supuso un paso atrás…

Carlos: dimos mucho la brasa en programas como “Al Mil Por Mil”, en Radio Juventud…

Aurelio: nosotros éramos un perro verde en aquel ambiente, porque de pronto la compañía te metía en una promoción con Jeanette, Bordón 4, con Tino Casal… éramos unos extraños…

Carlos: Salir en Aplauso o en Tocata era triunfar. Pero cuando llegaron las privadas, se vio lo que hay en España. Pensábamos que éramos los más modernos, y lo fuimos, pero de repente, salen dos tetas en pantalla, y vuelven el botijo y la boina.

Aurelio: triunfamos muy pronto… nos pasó tan rápido, que con 18 años ya estábamos saliendo en televisión, cogiendo un avión a Madrid, y la discográfica nos ponía hoteles de cinco estrellas.

Carlos: y sin tener el disco publicado, fuimos teloneros de Chuck Berry en el Palacio de los Deportes, y fuimos de gira con los Ramones, con quienes hicimos tres bolos… curiosamente, en Madrid teloneamos nosotros a los Ramones, y en Barcelona los telonearon los Secretos…

Los Rebeldes actuales

¿Recordáis alguna anécdota de Chuck Berry o de los Ramones?

Aurelia: yo tengo una muy buena de Chuck Berry. Los backstage de aquella época no eran como los de ahora, ahora en los backstage hay casi más gente que fuera, en aquella época no había ni Dios. En el Palacio Municipal de Deportes los pasillos estaban vacíos. Entonces, de pronto, habíamos tocado nosotros, me pongo a andar por aquellos pasillos kilométricos, y veo a Chuck Berry viniendo hacia mí, vestido para el bolo, con aquellos pantalones rojos, con aquella camisa floreada, y me pregunta dónde estaba el camerino d Johnny Guitar Watson, a quien los rockers habían echado del escenario, tirándole pesetas.

Carlos: empezó a tocar “Gangster of Love”, que yo he grabado en mi disco Segarra Inn Blues, y ese tema los rockers lo aguantaron. Pero ya en el segundo tema empezó a tocar Funk, y los rockers le empezaron a tirar monedas. Y se fue.

Aurelio: Yo, en mi mal inglés, le empecé a dar indicaciones a Chuck Berry, “creo que está por allí, to the left”, Chuck Berry se fue hacia allá, y yo, que empecé a caminar en dirección contraria, cambié de opinión y decidí seguirle. Volví sobre mis pasos, y me encuentro a Carlos, a Moi y a Emilio, rodeándolo, pidiéndole autógrafos. Y pensé “¡yo también quiero uno!”. Yo tengo pocos autógrafos, no soy de ir por ahí pidiendo firmas, pero uno de los que tengo, y guardo, es el de Chuck Berry.

P: ¿Y de los Ramones?

Carlos: no teníamos técnico de sonido, y el técnico de monitores de los Ramones, que era escocés, y que parecía sacado de Braveheart, o de la serie de Vikingos, era alto, con trenzas, nos preguntó si llevábamos técnico, y como le dijimos que no, se ofreció a ponerse él.

Aurelio: yo me acuerdo que Joe llevaba una chapa de Buddy Holly, y que le molaba lo que hacíamos.

Carlos: Y recuerdo que íbamos sin bombo. Vio la caja, el plato, y me pregunta, “¿dónde quieres que ponga el micro? ¿Arriba o abajo?”. Yo le dije que en medio, y me dice, “no se va a oír nada”, así que puso dos, uno en el parche y otro en la caja.

Pregunta: habéis hablado mucho de los Beatles y de los Stones, pero me consta que también os influyeron algunas bandas españolas de los 60…

Carlos: Los Sirex, Los Salvajes, Lone Star… piensa que nacimos en el 61, teníamos 7, 8, 9, 10 años…

Aurelio: Y ahora son amigos nuestros… somos amigos de Leslie de los Sirex, de Gaby de los Salvajes, de Santi Carulla de los Mustang… durante una época, incluso fui mánager de Gaby. Son colegas nuestros.

Carlos: Madrid era más ye-ye, y Barcelona era como Liverpool. Será por el puerto… llegaban marinos, y la liaban en la Barceloneta, eso me contaba Leslie y otros músicos de Barcelona, decían los Beatles que oían los discos americanos porque los traían los marineros americanos al puerto de Liverpool… pues en España pasaba algo parecido, Madrid era más pop, y Barcelona era más rock’n’roll, y no lo digo por barrer para casa…

Pregunta: ¿qué les diríais hoy al Carlos Segarra y Aurelio Morata de 1981?

Aurelio: le diría “eres un capullo, menos mal que te has reformado” (risas)

Carlos: Yo lo tengo claro. Le diría “lo que estás currando por no trabajar”.

Aurelio: Y hemos trabajado más que nadie (risas)

Pregunta: dicho de otra manera, ¿qué le diríais a un chaval de 17 años que hoy, en 2023, sueña con una carrera musical? Quizá el panorama ha cambiado tanto que no tiene nada que ver con 1981, o quizá en el fondo no ha cambiado tanto…

Carlos: pues le diría lo mismo que pensaba yo a los 17, “no te fíes de nadie de más de 25 años, di a todo que no, pero quédate con lo que te interese”.

Aurelio: yo, que produzco a bandas jóvenes, siempre les digo “haced lo que realmente tengáis ganas de hacer, porque nunca te arrepentirás de haberlo hecho”. Si haces alguna cosa, pensando “lo hice y no debería haberlo hecho”, te vas a arrepentir.

Carlos: nosotros tomábamos decisiones radicales, que en teoría, a corto plazo, iban en nuestra contra, parecían un suicidio, pero luego, a medio plazo, recogíamos. En las fiestas más inn, aparecíamos los tres, parecía que estábamos fuera de lugar, y sin embargo…

Aurelio: tienes que hacer lo que te dicta el corazón en cada momento. Yo dejé a Los Rebeldes en el 85, y lo hice porque tenía que hacerlo. Sentía que tenía que dejar ese camino y tomar otro. Y después de 40 años, volvemos a hacer cosas juntos. Pero haz siempre lo que tengas ganas de hacer.

Carlos: es que tenía un proyecto que estaba de puta madre. Los Rebeldes disfrutamos como cabrones. Tocamos por ejemplo en El Burbujas, un pub gay… hoy parece inconcebible que no toques en un local gay, pero en aquel entonces… recuerdo llegar, y ver aquello lleno de posters de películas de romanos… yo al principio toqué en pubs donde había mucho travestismo, en Las Ramblas de los años 70, todavía estaba en vigor la Ley de Vagos y Maleantes, y nos considerábamos tan transgresores como los punks, vuelvo a insistir, esa Barcelona fue irrepetible, todos estábamos en la misma onda, dibujantes, diseñadores, peluqueros, guionistas…

Pregunta: Miguel Gallardo os hizo la extraordinaria portada de lo siguiente que grabasteis, el mini-LP “Esto es rocanrol”.

Carlos: tú salías de fiesta una noche, volvías a casa, y pensabas “he estado de fiesta, pero he estado trabajando, me ha salido una televisión, he encontrado al guionista que me hacía falta, a quien me hace la portada…”

Pregunta: ¿qué estáis haciendo con el primer disco? ¿Lo estáis remezclando?

Aurelio: lo que se ha hecho es remasterizarlo. No se ha tocado nada.

P: ¿Sonará un poco más potente? Porque en la edición de 1981 sonaba un poco endeble…

Aurelio: un poco más… hay poco margen. Dentro de ese margen, al remasterizar, he intentado que tenga un poco más de empaque, dentro de lo que te da un estéreo. Si hubiéramos tenido las pistas originales habríamos podido remezclar y hacer un gran trabajo. Pero las pistas no las teníamos.

P: es que el salto de potencia y sonido entre el primer disco y el segundo, el mini-LP, era evidente.

Aurelio: eso no te lo niego, siempre hemos dicho que quedó delgadito de sonido… pero también se trata de mantener el disco original, si no lo distorsionas mucho.

Carlos: pero somos tan cabrones, que a lo mejor, incluso teniendo las pistas, tal vez habríamos optado por dejarlo como está, para respetar el mito del primer disco y hacer que suene como una grabación de la Sun (risas). Éramos y somos así de cabrones.

Pregunta: Y si revisáis el primer disco canción por canción, lo cierto es que ninguna de ellas llegó a ser un gran éxito… ¿qué pensáis?

Carlos: pues mira, pienso lo que dice la primera canción de los Beatles, “I was just seventeen”…. Tenía diecisiete años.

Aurelio: éramos jóvenes.

P: la primera, que va sobre un hombre lobo, ¿tiene algo de psychobilly?

Carlos: era un homenaje a Wolfman Jack, el discjockey de American Graffitti.

Aurelio: es un disco de chaveles jóvenes, no se le puede pedir más.

Carlos: “Esto es rocanrol” es más maduro.

Aurelio: recuerdo que pensábamos “de cervezas, chicas y rockabilly” hemos pasado a “bourbon, mujeres y rock’n’roll”.

Carlos: en aquella época tocabas en directo canciones que no se habían grabado en disco, hoy es imposible. Si hoy haces un concierto, no toques un tema que no está grabado, porque la gente saca los teléfonos, te lo graban en directo, y ese tema ya está grabado. Ya ha sido editado, porque los móviles tienen una calidad de grabación importante, tanto de imagen como de sonido. Pero entonces, ¿quién te grababa? ¿Alguien con un cassette? Entonces, cuando se grabó “Esto es rocanrol”, esas canciones se habían tocado mucho en directo, para entrar en un estudio tenías que llevar mucha mili a cuestas.

P: pero antes decíais que en vuestro primer año hicisteis 120 bolos… o sea que también estabais rodados cuando grabasteis el primer disco.

Carlos: sí, pero como compositor tenía una gran inseguridad (que en parte sigo teniendo), pensaba ¿quién soy yo para componer? Si John , Chuck Berry o Little Richard componen de la hostia, ¿quién soy yo en Barcelona?

Aurelio: además, por mucho que hubiéramos tocado esas canciones, no tiene nada que ver con la producción del disco, la grabación del disco dependía más de los medios técnicos, del técnico de grabación….

Carlos: de tu bisoñez…

Aurelio: en el segundo ya hubo un productor, Toni Pep Rodríguez, un valenciano que controlaba mucho. Aquel disco se curró mucho a nivel de producción. Se quería hacer un disco de decir, “los Rebeldes van a triunfar como sea”.

Carlos: y nosotros ya estábamos más avezados, grabábamos los ensayos con cintas… además, cuando ponías discos de rockabilly inglés tipo Matchbox, que eran nuestras primeras referencias, y los comparabas con la música de moda, allí había un bajón brutal de dinámica y de color. Y nosotros, fuimos a una discoteca en Valencia, yo estaba allí con Toni Pep, y pusimos una canción del disco, sólo con la cinta, sin haberlo editado todavía, y luego pusieron The Cure. Lo que queríamos es que nuestro rock’n’roll estuviera al mismo nivel, y que la gente no se marchara de la pista. Que los bajos, los bombos, que todo fuera equiparable.

P: Y qué curioso que “Mediterráneo”, que es la canción de Rebeldes con más reproducciones en Spotify, sea puro Beach Boys…

Carlos: lo curioso es que la compuse en el año 83 en la mili, iba sacando canciones, y pensé “esta no le va a gustar a nadie”. Y la puse de relleno. “Bajo La Luz de la luna” y “Mediterráneo” las compuse estando en Ceuta, en Regulares 3. No las puse en “Eso es rocanrol”. Las hacíamos en directo, porque en aquella época todavía se podía, y no las grabábamos. Hicimos Rebeldes con Causa, y dije “bah, éstas no”. Hicimos el directo, y tampoco. Hicimos “Diablo Sobre Ruedas”, que era una inédita, y cuando hicimos “Más Allá del Bien Y del Mal”, finalmente me decidí a incluir esas dos canciones, porque soy muy perro, y no me gusta mucho trabajar. Y de repente, dos canciones que puse de relleno, pues son dos canciones míticas en la carrera de Rebeldes. Eso quiere decir que una de las cosas mas bonitas del negocio de la música es que ni yo, ni la discográfica, ni los medios, ni el manager, saben qué le va a gustar al público. De hecho, “Mescalina” no fue single de “Rebeldes con Causa”. Sacamos “Quiero Ser Una Estrella”, “Eres Especial” y otra más. Pero los bares musicales de la comunidad valenciana empezaron a poner “Mescalina” y ahí pegamos un pelotazo. El disco llegó al número uno por una canción que no era single, porque lo había elegido el público.

 

Texto: Alex Fernández de Castro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3 Comments

  1. August Ferrater

    Interessant entrevista. Gràcies.

    Vaig comprar aquest LP i els seus dos singles quan van sortir. Encara els tinc.

    Us vaig veure en directe el 1981, i el 1982, telonejant Tequila i Micky & Los Tonys. Vau tocar «Hombre de Mala Fama». Memorable.

    Bona sort, amics.

    P. S. – Álex : no és «Cervezas…», és «Cerveza…».

  2. Es un disco buenísimo, con temazos: Hombre Lobo, Gata Salvaje, Susie, Rocker, Carbón, Jamás, Autopista… Carlos ya hacía unos solos magníficos y el piano de Speed era puro boogie woogie de los mejores que he oído, y soy músico y he trabajado con decenas de teclistas. Estuve tocando con Javier Andreu de La Frontera y coincidimos varios bolos con Carlos (y andaba por ahí Aurelio, no tocando pero por ahí estaba), me agarraba en el camerino y no me soltaba (toco el contrabajo)… Que si The Train Kept a rollin’, que si Tired & Sleepy, que si Maybe Baby… Personaje entrañable, musicazo y buena gente, un poco acelerado pero todo corazón de rock and roll 🙂

  3. Desde Jaén con amor… Aún quedamos afortunados

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