Discomático

Foghat – Road Fever: The complete Bearsville Recordings 1972-1975 (Cherry Red)

 

Foghat debió ser la banda favorita de Homer Simpson en detrimento de Grand Funk Railroad. Te dejan KO antes de que tu celebro asimile su música, van directos a la yugular, y, aunque suene a tópico, se deben escuchar bebiendo una cerveza bien fría o en largos tramos de carretera al volante.

 

Jamás olvidaré la decepción que me llevé al conocer que la banda era inglesa. Por dios, hubiera apostado a mi abuela pensando que eran más americanos que el pollo frito rebozado de Kentucky. Su sonido, su forma de asentar ese rock tan canalla, bailable y directo, el tono caliente al cantar del inigualable Lonesome Dave Peverett, el slide de Rod Price, y esos bigotes… No ganar la lotería, las derrotas del Madrid en Tenerife y la nacionalidad no estadounidense de Foghat: tres decepciones que un adolescente arrastra el resto de sus días.

Bromas aparte, Foghat fue un grupo adoptado por los estadounidenses y muy poco apreciado en su Inglaterra natal. De ahí que solo tocasen una vez durante su época de esplendor, los 70’s, y fue abriendo para Captain Beefheart. Raro, ¿eh? Consiguieron el éxito en USA muy pronto y se establecieron allí, como banda y como personas de a pie. Pocos se acordaban de que sus orígenes procedían de Savoy Brown, donde habían coincidido tres de los cuatro componentes originales de la banda. Pero hey, vayamos a por este cofre que recoge los primeros cinco discos del grupo en cinco discos más un cd extra con variaciones diferentes de singles de la época.

Foghat: El estilo está aquí; rock & roll correoso (con grandes dosis de boogie) que no deja espacio a la imaginación, una base contundente con menos onda con una bandera de acero (a ellos les funcionó, así que ningún problema con ello) y la voz «más grande que la vida» de Peverett. Graban la versión definitiva de «I Just Want To Make Love To You»  de Willie Dixon y una atropellada «Maybelline» de Chuck Berry, pero el material propio deja mucho que desear en comparación con lo que vendrá a continuación, pese a la buena intención de «Sarah Lee». Produce Dave Edmunds desde su centro de operaciones entonces: los Rockfield Studios galeses. El sonido es especial, como todo lo que produjo Dave entonces, pero no casa lo bien que debiera con la sinergia del grupo.

 

Foghat (Rock & Roll): Esto es otra cosa. Suenan contundentes, confiados y el sonido global es el reflejo de la cubierta: duro pero esponjoso; contundente pero dulce. «Ride, Ride, Ride», «Long Way To Go», la bella «It’s Too Late», «Road Fever»…  No hay un solo poro, un solo pero. Cuando los astros se alinean solo queda mirar al cielo y sonreír.

Energized: Asentados en su sonido y establecidos en USA, acogen una máxima que es sinónimo de ese país: si algo funciona no lo cambies. Será así durante el resto de sus días, o al menos mientras duró lo bueno (hasta finales de los setenta). Es otra gran colección de canciones («Home in My Hand»; «Wild Cherry») y de versiones bien elegidas y ejecutadas («Honey Hush», que es prima hermana de «Train Kept A Rollin’», y «That’ll Be The Day» de Buddy Holly).

Rock And Roll Outlaws: La cubierta les muestra como estrellas, posando delante de la avioneta privada con el logo del grupo. Pero no nos engañemos, nunca fueron estrellas al uso, copando tan solo en una ocasión la portada de una revista, Circus. Vendieron discos, recibieron galardones por discos de oro y platino, llenaron pabellones y en contadas oportunidades encabezaron algún estadio con varios artistas invitados de renombre engrosando el cartel. Pero podían pasear por las calles de forma anónima. Quizás el batería Roger Earl, por ese reconocible bigotazo… Sea como fuera, debieron gustarse mucho a sí mismos en esa posición porque bajaron el nivel considerablemente con este álbum. Tiene un inicio apoteósico con la versión de Howard Tate, «Eight Days On The Road», y la vacilona «Hate To See You Go», donde Peverett se deja el alma. Pero el resto del disco es bastante discreto en comparación con esos dos trallazos. Debían volver a ponerse el mono de trabajo.

Fool For The City: Y lo hicieron, porque no solo vuelven al nivel de Energized y Rock & Roll, sino que lo sobrepasan. Quizás la entrada de Nick Jameson sustituyendo al bajista Tony Stevens les dio una nueva frescura (desde luego, tiene una mano derecha más fluida que la de Stevens y mucho más funk), quizás la escasez de éxitos en Rock And Roll Outlaws les puso la presión necesaria para revertir la situación… Quién sabe. En cualquier caso, es uno de sus discos definitivos, por sonido, por confidencia en la tocada, pero sobretodo, por la colección de canciones: el tema título, «Save Your Loving For Me», «Take It Or Leave It» (lo más cerca que han estado de la coquetería de Steely Dan) y, por supuesto, la mastodóntica, robusta y nada sofisticada «Slow Ride», cuyos 8 minutos y 15 segundos son una celebración de la vida en sí.

 

Finaliza el cofre con un anecdótico cd que recopila singles en versiones estéreo y mono. Solo un dato curioso; la caja lleva por título «The Complete Bearsville Recordings 1972-1975», sello, Bearsville (licenciado por Warner), que fundó Albert Grossman a principios de los setenta, y que dio cobijo también a Todd Rundgren. Pero el título es engañoso, pues Foghat siguieron publicando discos con la disquera otro buen puñado de años. Imaginamos, pues, que algún día tendrá que salir el volumen 2, incluyendo los poderosos Night Shift y Stone Blue, así como Live, el directo que me tuvo enganchado a su música desde los 0 hasta los 18, de cuando uno pensaba que eran una banda americana.

Texto: Sergio Martos

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