Ya están tardando los más recalcitrantes – y cansinos- ruteros y ruteras de pro en criticar el nuevo disco de la autodenominada “banda callejera de rhythm & blues más diabólica de Nueva York”. Se lo voy a poner tan fáciles. Ahora ya no son tan crudos. Hay algún acercamiento incluso al pop. Todo es menos oscuro. Ya no suenan como si estuvieran en el sótano de tu casa (al menos no en todos los temas). Son más abiertos, más para todos los públicos. Y todo eso es cierto. Indiscutible. Pero donde alguien verá algo negativo yo lo veo positivo. Porque siguen sonando frescos y abrasivos. Callejeros y febriles. Y además tienen el gusto de contar con dos leyendas como Wreckless Eric y John Sebastian para aparecer en este ya su cuarto trabajo. Producido por Oakley Munson de The Black Lips, el disco no tiene ni un pero. Así que no los busquen. Si no les gusta, a otra cosa mariposa. Yo voy a seguir dándole vueltas, y vueltas, y vueltas…a la música.
Eduardo Izquierdo