Cierto es que nunca fueron primeros espadas del revival garage de los ochenta, pero también es cierto que el tiempo y algunos cambios en su formación les están sentando muy bien. Así que tampoco llevaba a sorpresa que la sala sin llegar al sold out presentara una afluencia notable. Y con una puntualidad extrema y sin teloneros salieron a escena los de San Diego; directos, al tuétano y sin florituras. Con un sonido que muy pronto cogió tono y que realzó ese garage aguerrido que siempre practicaron. Sonaron conjuntados y con mucho pulso realzado todo por el carisma, presencia y voz de su vocalista, el histórico Leighton Koizumi, que a pesar de haber dejado atrás hace tiempo sus tiempos mozos no dio síntomas de flaqueza en ningún momento, si no más bien todo lo contrario, echándose sobre sus espaldas gran peso de la actuación.
Que duró lo justito, todo sea dicho. Unos sesenta minutos que transcurrieron a toda velocidad a base de riifs irresistibles y canciones que no dejaban parar quieto al personal. Sólo nos pudimos tomar un respiro con la psicodélica «High Tide Killer». El resto material básico hasta la médula y con mucho fuzz; y por supuesto no faltaron canciones de su clásico mini LP de debut Emerge; como «Born Loser». Estupenda velada retro de una banda que nunca será pasto de selectas mayorías, pero que se disfrutan enormemente en petit comité y en las distancias cortas. Sin duda The Morlocks son gente en la que se puede confiar en cualquier noche.
Texto: Xavi Martínez
Fotos: Sergi Fornols