Con el motivo de un nuevo aniversario de la sala situada en el Poble Espanyol, los propietarios decidieron montar una jarana a lo grande en la que por supuesto no faltó rock & roll. Por motivos que no vienen al caso servidor no pudo llegar hasta los tres grupos cabeza de cartel de este extensa fiesta concierto.
Y salieron a escena los plurinacionales Belgrado ya con la sala bastante llena y en el punto correcto de ebullición. Su mezcla de afterpunk y electrónica hizo mover los pies de gran parte de los asistentes. Canciones oscuras pero muy bailables, un poco a la New Order como «Patac Kultury» o «Dalej» estructuraron un competente set que tenía su punto focal en esa vocalista que parecía salida de la Factory de Warhol y que no paró de danzar espasmódicamente en todo su recital. Se pudo bailar y mucho.
Y ahora tocaba cambio de tercio, más hacia el rock y el garage con los locales Medalla que se han labrado un espacio entre los seguidores del rock alternativo. Salieron con todas las ganas del mundo y desde el minuto cero mostraron sus armas; garage,indie rock y algo de metal. No se estuvieron de nada, y dejaron agotados a los presentes con esas canciones directas y de letras reivindicativas como «Velázquez» o «Leviatán». Mención especial a sus guitarristas que sonaron a gloria bendita y no dejaron ningún hueco en su sonido. A tenerles en cuenta.
Se cerraban los conciertos con los británicos Bad Nerves, que cerraron la fiesta con su punk rock de nuevo cuño con toques power pop. Mucha intensidad es lo que dieron, sin parar quietos fueron descargando una tras otros sus himnos de corto minutaje que el público recibía como maná de los cielos. En su contra decir que aunque lo que hacen lo hacen muy bien, están muy lejos de la peligrosidad que se le supone al punk, convirtiéndose en un muy enérgico entretenimiento, que a final de cuentas es lo que el público quiere. Y difícil es resistirse a pildorazos como «Dreaming» o «Baby Drummer» para rematar una fiesta de aniversario a ritmo de punk rock frenético.
Tres de tres y de diversos estilos lograron que la fiesta de aniversario de la sala no decayera para nada. Luego quedaban ya los DJ’s, pero eso…es otra historia.
Texto y fotos: Xavi Martínez
