Nueva visita de Blackberry Smoke a la ciudad Condal, esta vez con el cartel de entradas agotadas en una sala tan grande como Razzmatazz. Arrancan la velada Read Southall Band con el difícil objetivo de hacer olvidar que si el concierto se hubiera dado cuando estaba previsto, la banda elegida eran los enormes Steelwoods. Con un sonido algo apagado, cumplieron su objetivo sin más, con gente incluso queriendo verlos en una noche para ellos.
Charlie Starr y los suyos, por su parte, prescindieron de la puesta en escena de Madrid, probablemente por problemas de espacio, pero hicieron coincidir a muchos de los presentes, que doblaban fecha, en que superaron el concierto de la capital. Los cambios en el repertorio fueron notables, aunque el groso del concierto siguió estando en las canciones de The Whipporwill, para muchos, todavía su mejor álbum, con sorprendente poco protagonismo para su último trabajo You Hear Georgia. Bromearon con guiños a Tom Petty, Allman Brothers y Grateful Dead, y brillaron en varias ocasiones: «Rock And Roll Again» transformados en Status Quo dándole al Boogie Rock, «Hey Delilah», «Ain’t Got The Blues», «One Horse Town», «Old Scarecrow»…Tenían a la gente ganada de antemano y no hicieron sino confirmar lo que se esperaba de ellos. Cuarta vez que los ve un servidor y estaría entre las dos mejores, aunque la tarde noche del Azkena de 2019 se me sigue antojando bastante mejor. Muy buen concierto, sin llegar a noche antológica. Por ponerlos un pero, quizá mayor interacción entre las guitarras, ya que llevan tres en esta gira, dado que esta brilla por su ausencia.
Y ahora vamos a la reflexión, ya que estamos. Perdonen pero no entiendo las críticas a esta banda. Estos días he leído en las (malditas) redes varias de ellas: que no se mueven, que son fríos, que los Allman Brothers les patearían el culo, que serían una banda del montón en los setenta, que no tienen canciones, que no hacen largos desarrollos, que con un disco ya sobra el resto de su discografía…Todas ellas viniendo del rockerío. Y es que nosotros y nosotras somos nuestros peores enemigos. Luego nos quejaremos de que la cosa se muere…Curiosamente, hace un par de semanas, se vivió algo parecido con DeWolff. Y es que no hay cosa que le siente peor al rockero de pro que el éxito de una banda. Ahí las cosas se tuercen. Miren, pues voy a aprovechar esta crítica, ya que estamos, para rebatir de una en una esas cuestiones, mientras sigo sorprendiendo de esos asistentes que aseguran haberlos visto cuatro o cinco veces y siguen sin gustarles. No entiendo esa auto tortura, la verdad. Pero vamos al lío.
No se mueven/ son fríos. No lo hacen, cierto, pero vamos a ver, que aquí la cosa no se trata de una actuación de feria. Que no todos los frontmans son Iggy Pop. Son un grupo que gira alrededor de su líder, que es quien pone la personalidad, y me atrevería a decir que la calidad. Ojo que esto lo asegura gente que luego se va a ver a mi adorado Bob Dylan tocando detrás de un piano y sin que nadie de la banda se mueva un centímetro de una x que tienen en el suelo y les parece magistral y lleno de dinamismo. Por cierto, los conciertos de gente como The Jayhawks, Wilco o Son Volt tampoco son un dechado de actividad en el escenario, ya que estamos.
Los Allman Brothers les patearían el culo. ¿Y a quién no? Pero oigan ¿dejamos ya de compararlos con ellos? Es que Blackberry Smoke no son una banda de Southern Rock, sino de rock americano, y ahí tienen pocos rivales. Quizá ahí está el problema, en el lugar en el que los ubicamos. Por cierto, y volviendo al primer punto, los Allman tampoco se pasaban sus conciertos dando saltos por el escenario.
Banda del montón en los setenta. Aquí pensemos lo contrario. Vamos a pensar qué sería hoy de grupos como Blackfoot, 38 Special o Marshall Tucker Band, por coger sureños que es con lo que se les compara. Todas ellas bandas que me encantan, me chiflan, pero ¿creen que ahora serían igual de valorados si fueran artistas de nuestra época? Como decía Lapido estamos en otro tiempo y en otro lugar. Dejemos a aquellos donde están y valoremos lo que tenemos ahora, que no es tanto.
No tienen canciones. Esto es tan absurdo que no se ni si discutirlo. «One Horse Town» es, sin duda, una de las 10 mejores canciones de rock americano que se ha hecho este siglo ¡Pero si es su fuerte, que tienen canciones como templos!
No hacen largos desarrollos. Ni falta que les hace. Si no, me aburrirían. Insisto, esa no es su liga. De hecho, cuando los hacen, como pasó un par de veces en Barcelona, es cuando realmente aburren. Si buscas largos desarrollos, no vayas a ver a Blackberry Smoke. Te vas a ver a Phish o a Widespread Panic y ahí lo vas a gozar. Yo no voy a un concierto de Will Hoge a pedirle largos desarrollos. Basta de memeces absurdas.
De todos sus discos haces uno. Y de lo que han sacado Bob Dylan, Neil Young o Bruce Springsteen en los últimos diez años haces medio. Otra astracanada. Que no te gustan, vale. Pues no lo escuches. Pero, como en el resto de casos, la gente que hace estos comentarios con el escudo de las redes sociales luego vuelven a sus conciertos ¿para qué? Si vas a decir lo mismo. No tienen ni un disco que baje del notable y eso no es nada fácil porque su producción es bastante cuantiosa.
Dicho esto, sigamos cavando nuestra tumba, y luego ya nos pondremos la losa. Sigamos cargándonos cada banda con comparaciones con otros tiempos, bien diferentes. Eso sí, luego no olvidemos quejarnos de que el rock está muerto y la juventud no se acerca a él. Mirémonos al espejo y pensemos. Quizá nosotros tampoco estamos dispuestos a hacerlo.
Texto: Eduardo Izquierdo
Fotos: Sergi Fornols
Buenisima reflexion sobre parte de la escena que por suerte, no es mayoria. A veces «cuatro que van de listos» pueden hacer mucho ruido pero representan eso, listos con ganas de protagonismo.
Los vi la primera vez que vinieron en el Razz 3, en Dublin y esta ultima y me parecen una muy buena banda de rock puro americano. Ahora mismo, con este tiron y llenando hasta los topes el Razz grande, muy pocas.