La banda madrileña reaparece tras cuatro años de silencio con un disco aferrado a su pop-rock personal con toques electrónicos e influencias de la música popular brasileña en las letras.
“El secreto es no tener expectativas, algo que siempre es más fácil decir que hacer”, afirma Luismi Pérez de Tigres Leones. El meme del perro en medio del incendio diciendo que todo va bien es la influencia para la portada de Todo va bien, el último disco de Tigres Leones, pero también de sus temáticas. Tras cuatro años de parón, la banda regresa a la música sin esperar que nada cambie -o que todo siga igual. Entre el confinamiento, paternidades y mudanzas, comenta Pérez, “la composición de los temas nos tomó mucho más tiempo, algo que creo que ha beneficiado al disco”. Y así es: Todo va bien es un disco reposado, madurado en el tiempo pero que conserva el frenesí del pop-rock potente de la banda. Como cambios, Pérez se ha incorporado a los teclados y Miguel López ha tomado las riendas del bajo, por lo que Javier Marzal ha podido volver a tocar la guitarra.
En este trabajo, la banda ha coqueteado con letras tristes pero melodías bien alegres, una obsesión que les viene “con Vinicius de Moraes, que cantaba “la tristeza no tiene fin, la felicidad sí” con la melodía más alegre que existe”, confiesa Pérez. De ahí, contraponen el pensar que todo va bien mientras la casa arde a través de una lírica sobre la música y sus significados, de la amistad y hasta de fútbol en “México ‘86”. Sin ser futboleros, explica Pérez, el partido de España-Dinamarca le marcó aquel año: “Mi relación empieza y termina en ese partido que vi con mi padre en el mundial de México. No estoy seguro de haber visto algún partido más en mi vida”. Las letras se combinan con su sonido característico mezclado con alguna que otra nueva influencia como la incorporación de sintetizadores y samples, la otra cara musical de Pérez: “Cuando empezamos a componer re-descubrí a Burial, lo que nos llevó a componer directamente sobre samples propios -como es el caso de “Todos los Santos”- o ajenos”.
Precisamente, este sintetizador estará incorporado en sus directos, así como el sampler. Un disco que cabalga en el querer atrapar el optimismo sin éxito y que cuenta con las colaboraciones de artistas a los que se les da muy bien eso, como Eric Sueiro y Josep Peris de Medalla, Andrea Buenaventura, Marcelo Criminal, Miren Iza de Tulsa, Marta Movidas, María Benítez y Lucas Bolaño de Estrella Fugaz. La banda ya ha confirmado su directo para el Sound Isidro en abril. Una aventura que empieza y, con expectativas o sin ellas, les augura un escenario exitoso en el que seguro que todo les va a salir bien.
La pregunta que muchos esperan: ¿Qué ha pasado en estos 4 años, por qué este break tan largo?
LUISMI: En diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan… No, en serio. El confinamiento hizo imposible que quedáramos en el local. Pero nos pusimos a componer en casa. Todos estos acontecimientos coincidieron con paternidades, reformas, regresos del Coronavirus, mudanzas… Quizás por eso la composición de los temas nos tomaron además mucho más tiempo. Algo que creo que ha beneficiado al disco.
¿Ha cambiado algo a nivel interno en la banda después de este tiempo?
LUISMI: Sí. Ana dejó el grupo, ahora toco los teclados yo. Miguel se ha asentado definitivamente en la banda con el bajo, lo que le ha permitido a Javi volver a la guitarra y demostrarnos en cada ensayo lo bien que toca bossa nova. Gracias, Miguel.
Aunque todo va bien, la portada hace referencia al meme del perro en medio del incendio. ¿Por qué decidisteis enfocar el disco en esta sensación de que las cosas van bien a medias?
LUISMI: Supongo que intentamos ser optimistas pero no lo conseguimos. O lo conseguimos desde otro punto de vista. El secreto es no tener expectativas, algo que siempre es más fácil decir que hacer.
Mantenéis un estilo fresco y fiel a lo que veníais haciendo, aunque incorporáis algunos sintetizadores y estilos distintos, como en “Todos los Santos” o “No lo digo por ti”. ¿Cómo decidisteis tirar hasta estos cambios?
LUISMI: molaría decir que el confinamiento nos tiró a trabajar con sintetizadores y samples, pero no es así. Yo siempre he estado obsesionado con la electrónica y cuando empezamos a componer re-descubrí a Burial, lo que nos llevó a componer directamente sobre samples propios (como en el caso de “Todos los Santos”) o ajenos.
Aunque las temáticas corroboran que no todo va bien, las melodías son alegres y agregan distintas sensaciones. ¿Cómo lograsteis contraponer temas así con las melodías que queríais llevar a cabo?
LUISMI: Porque estamos obsesionados con Vinícius de Moraes que es el gran virtuoso de todo esto. Él cantaba “la tristeza no tiene fin, la felicidad sí” con la melodía más alegre que existe (o sea, que era depresivo pero brasileño). Me obsesiona el camino contrario que lleva “La vida es un carnaval” de Celia Cruz: una letra positiva, optimista y, hasta cierto punto, alegre con la melodía más triste y depresiva.
¿Cómo han ido las colaboraciones con Eric Sueiro, Andrea Buenaventura, Marcelo Criminal, Miren Iza de Tulsa y Marta Movidas?
LUISMI: Y María Benítez, Lucas de Estrella Fugaz y Peris también de Medalla. Ha sido genial trabajar con todos ellos y que el disco suene tan bien.
¿Qué relación con el futbol tenéis como banda? Lo pregunto por “México 86”.
LUISMI: Javi creo que es más futbolero. Mi relación empieza y termina en el partido España-Dinamarca que vi con mi padre en aquel mundial de México. No estoy seguro de haber visto algún partido más en mi vida. El futbol no es que no me guste, es que no me acaba de interesar.
¿Cómo preparáis los directos de esta nueva etapa?
Estamos ensayando, incorporando el sintetizador (lo alterno con la guitarra a lo The Edge) e también el sampler como instrumento de directo. La base rítmica de Paco y Miguel a mí me parece un cañón. Y Javi, además de que canta cada vez mejor, es un guitarrista natural como pocos. Ya lo veréis cuando entre canción y canción os toque “La chica de Ipanema”.
Texto: Karen Montero
Fotos: Mariano Tejedor