Que Slaid Cleaves publique un disco sin mácula ya no es ni noticia. Su carrera discográfica es tan impecable que a uno le cuesta entender que su reconocimiento no sea mayor. Quizá el tema está en la dichosa frase del “no inventa nada” o del “se parece a…”. Algo que me lleva a recordar como el otro día el amigo y compañero Eloy Pérez me decía al respecto que “si llevas consumiendo cultura toda la vida, detectar la herencia de autores pretéritos en los nuevos -como oyente, como espectador, como lector- es una gozada. Refuerza la experiencia y el disfrute…”. Para grabárselo a fuego y argumento indiscutible para los eternos buscadores de ¿evolución? Slaid Cleaves no sabe ni quiere saber qué narices significa eso. Y quizá esa es la razón de que haga discos como soles. Por eso ha vuelto a componer un temazo como «Through The Dark» con su amigo Rod Picott (que firma algunos temas más), por eso también ha grabado el mejor tema que Springsteen soñaría con registrar hoy con «Puncher’s Song», y por eso se acerca con maestría a la worksong a ritmo de blues arrastrado en «Double Shift Tuesday». Ha sido capaz de grabar veinte álbumes en 33 años y todavía estamos esperando que tenga un resbalón. Es un decir, ya me entienden.
Eduardo Izquierdo