Disco casi tan bueno como fea es su portada. No es de extrañar, una vez leídos los créditos, encontrarnos como productor a Sadler Vaden, miembro de los 400 Unit de Jason Isbell. Dicho esto, pocas sorpresas se llevarán si conocen la carrera en solitario de Vaden o incluso su participación como miembro fijo de la banda de Isbell. Aquí hay rock estadounidense del de toda la vida, con todas sus virtudes y todos sus defectos. Drayton Ferley tiene la voz, el carisma y las canciones para hacer disfrutar a los amantes del género, y para poner de los nervios a sus críticos. Con algo de los Eagles en el tratamiento de las voces y mucho de los songwriters clásicos en sus letras, que pueden hablar igual de la melancolía ante una pérdida que de un ferrocarril, quizá el álbum solo peque del exceso de medios tiempos y se eche de menos algún tema rápido que rompa el ritmo demasiado pausado. Nada que el siguiente paso de un artista al que vamos a seguir no pueda solucionar.
Eduardo Izquierdo