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Black Flag – Sala Salamandra (Hospitalet de Llobregat)

Black Flag

 

Nunca hubiera dicho que llegaría a ver a Black Flag en l’Hospitalet de Llobregat. Aunque, y para ser coherentes, nada más underground que el extrarradio condal. Ésta fue una de las tres fechas que la banda californiana ofreció en territorio nacional, junto a Bilbao el viernes y Madrid el sábado.

Para abrir el show, se gozó de la presencia de Total Chaos, sus paisanos californianos de Pomona, quienes ya habían abarrotado la sala antes del asalto de Black Flag. Éstos recibieron una más que cálida acogida, tan digna como la de cualquier cabeza de cartel.

 

Total Chaos

Entonces tomaron situación Black Flag, la banda de Hermosa Beach, con el eterno y único miembro original, Greg Ginn, creador del suculento catálogo SST, gracias al cual hoy muchos somos fans del punk. El cuarteto se completaba por Brandon Pertzborn, Tyler Smith y el skater profesional Mike Vallely.

La banda arrancó con Can’t Decide, uno de los temas de su segundo disco, My War. Las sensaciones del público eran extrañas desde un inicio. En lo personal, no percibí el estruendo ni la violencia sónica con la que esperaba iniciar el setlist, —irán subiendo de intensidad— pensé. Como segundo tema sorprendió Nervous Breakdown, que, si bien encendió la mecha del público, también anticipó que no habría rastro de dicho estruendo a lo largo de la noche.

A medida que el concierto avanzaba, con temas como Fix Me, Six Pack o Slip it In, hubo gente mostrando todos los estados posibles, desde los más encantados hasta los decepcionados, pasando por aquellos cuya velada pareció correcta. Pero a juzgar por el pogo, el número de golpes y empujones, la diversión superó al aburrimiento. La banda se mostró contenta, con una base rítmica sólida, un Vallely enérgico y un Greg Ginn disfrutón.

Black Flag

En el bloque final del concierto se incluyeron himnos como TV Party, Rise Above y un Louie Louie por los viejos tiempos en forma de jam y fin de fiesta junto a miembros de Total Chaos.

Si bien, ya pasaron los 80s y la policía de Los Ángeles no irrumpe para boicotear conciertos, ni vuelan botellas ni los pogos son batallas a muerte de todos contra todos, disfruté de una gran noche viendo a los míticos Black Flag. Me zambullí en el pasado y también recordé que somos un poco menos jóvenes que antes. Reconozco que hubo sus más y su menos, no lo niego. Pero sin duda vi a una vieja gloria viviente, que aunque vieja, Greg Ginn y su pasado son para siempre una gloria.

 

Texto: Mario Silvestre

Fotos: Dena Flows (Kafé Antzokia, Bilbao)

 

 

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