«Mushroom Wizzard», publicada en julio de 2018, es una de las canciones más curiosas que se pueden escuchar en su cuenta de Bandcamp. Durante 3:45 minutos el grupo valenciano con una pata en Londres captura a cámara lenta la magia de la música psicodélica con la voz distorsionada de su cantante, una letra que parece inspirada en un viaje lisérgico con referencias constantes a un paisaje alterado y delirante y, recuperando, de este modo, el sonido que los Beatles empezaron a descubrir en Revolver. En sus inicios, The Liquorice Experiment estaban ávidos por experimentar: «Mind at Large», del mismo año, también explora en clave instrumental las técnicas sonoras de la psicodelia.
Con el paso del tiempo, la propuesta del grupo se ha ido simplificando sin abandonar la música que se fraguó en la década de los 60. Es como si estuvieran cansados de los disfraces en que se habían metido y hayan optado por salir a la calle con ropa informal y casual. The Liquorice Experiment retroceden estilísticamente dos o tres años y emprenden el camino de la madurez al revés de lo esperado para una formación de sus características. El garage, el beat y el r&b más salvaje del periodo comprendido entre 1964-65 destacan en su LP de debut, How Many Lies (Snap Records), disponible en plataformas digitales y del que se puede obtener una copia en formato vinilo en el Bandcamp del sello madrileño (snaprecordsspain.bandcamp.com) o enviando un e-mail a snapdiscos@gmail.com.
Bruno Cruañes y Álex Amorós, los dos principales compositores del grupo, responden a las preguntas de RUTA 66.
Desde el mito californiano hasta los años del Swinging London, la década de los sesenta sigue inspirando y alimentando a multitud de bandas. ¿Cuál creéis que es su mayor fortaleza?
Bruno Cruañes: Fue la década clave de la explosión de la cultura. La juventud de esa época fue pionera y lo hizo realmente bien expresándose a través de la música y la moda. El legado que dejaron todavía es una fuente de inspiración para muchas bandas.
En la actualidad, parece que os sentís atraídos por los sonidos que se fraguaron entre 1964 y 1965 (beat, rhythm & blues, garage). ¿Cuánto le debéis a grupos como The Birds, The Sorrows, los primeros The Pretty Things…?
BC: A nivel de composición es cierto que el álbum bebe de esas influencias. Es el producto de lo que llevamos vivido desde que formamos la banda en 2016. Comenzamos con algo un poco más psicodélico y poco a poco hemos ido retrocediendo en el tiempo hasta llegar a hacer canciones con ritmos más primitivos y directos.
Impulsáis sin reservas un estilo retro y revival, pero el vuestro es también un ejercicio de estilo refrescante y desenfadado que no desentona en 2023 ni en ninguna otra época. ¿Por ahí irían los tiros de The Liquorice Experiment?
BC: Al final se trata de crear un estilo propio. Lo emocionante sería poder representar algo personal en nuestras canciones junto con las influencias que nos han marcado durante todo este tiempo.
Tras la salida del single «Mr. Scott» en noviembre de 2021, el grupo recuperó la velocidad de crucero previa a la pandemia. ¿Cómo está siendo la vuelta a la acción?
Álex Amorós: 2023 se presenta excitante. Tras el lanzamiento de «Mr. Scott», nos centramos en la grabación del álbum a finales de abril y hemos ido dando conciertos tanto en España cómo en el Reino Unido. Este año nos esperan nuevas emociones con la salida del disco. De momento, tenemos previsto actuar en festivales como el Ebroclub, en Miranda de Ebro, y hemos programado conciertos en Valencia, Madrid y Londres.
Por los estudios de grabación ingleses de North Down Sound han pasado grupos afines como The Embrooks y The Jack Cades. Allí hacen gala de una amplia colección de equipos vintage y un sonido analógico. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Colmó vuestras aspiraciones?
BC: Poder grabar en North Down Sound siempre es un lujo. Es un estudio pequeño pero muy acogedor. Detrás del sello está el gran músico y productor Mole Lambert, que nos ha ayudado mucho a sacar el disco adelante. Desde el principio teníamos claro que queríamos grabar allí, porque ya conocíamos su modo de trabajar y había colaborado con nosotros anteriormente. Sabíamos que íbamos a quedar contentos con el resultado. Eso sí, fue toda una prueba de fuego. Contábamos con tres días para grabar todo, un proceso muy intenso donde había que tomar decisiones con rapidez. Es una forma de trabajar muy interesante porque se producen situaciones inesperadas y espontáneas. En esos momentos pones a prueba tu creatividad con los medios de los que dispones.
Un pequeño detalle y una duda. En la contraportada del LP pone que la producción ha corrido a cargo de “State”, que supongo hará referencia al capo de State Records…
BC: Así es. State Records es el sello discográfico de Mole, que se dedica a la compraventa y reedición de vinilos de grupos de garaje de los años 60. Cuando grabamos el álbum le gustó tanto una de las canciones que decidió que quería sacarla como single («Novice Pretender / «How Many Lies»), a lo que le estamos muy agradecidos. De hecho, el próximo 24 de febrero haremos un concierto presentación en el Pub El Asesino de Valencia donde estará a la venta en formato vinilo.
Encajáis como un guante en el sello madrileño Snap Records, convertido en un santuario de los sonidos subterráneos del pop y rock and roll. ¿Cómo disteis con ellos?
ÁA: Les mandamos un e-mail y respondieron al instante. Nos comentaron que nos seguían desde el segundo EP y que les encantaría que colaboráramos con el lanzamiento de nuestro primer LP. Fue todo muy rápido, flexible y sencillo.
Creo que con Los Giros de Elche os une más que una bonita amistad y habéis tocado juntos en más de una ocasión. ¿Sois parte de una generación alicantina que entiende el acercamiento al rock and roll de una forma parecida?
ÁA: Es cierto que existe una relación de amistad con Los Giros y varias bandas de mi ciudad (Alicante) como Las Infrarrojas o Playa Gurú. Dada la cercanía que se establece durante los conciertos, surge esa identificación con una generación que ve y siente el rock and roll de una forma parecida. TLE se creó en Londres entre Bruno, Brian y yo. Allí fue dónde nos desarrollamos cómo grupo. Posteriormente, Bruno y Brian volvieron a Valencia, su ciudad de origen. Tras las incorporaciones de Carlos Llatas y Jesús Ramírez, la formación se ha establecido entre Valencia y Londres, dónde sigo viviendo. Se podría decir que TLE es una banda anglo-valenciana.
Álex, eres también fotógrafo, cineasta y difusor de la subcultura mod y sixties que has dado a conocer en proyectos como Le Scene y Les Mods. ¿Cómo está la escena en Londres a día de hoy? ¿Está viva o emites señales de agotamiento?
ÁA: La escena permanece igual de viva que siempre. Sigue habiendo eventos de forma habitual que rememoran la cultura y escena sixties, especialmente los organizados por New Untouchables. Pero no hay que obviar que tras la pandemia no se aprecia una regeneración; probablemente sea temporal y todo vuelva a su cauce original. Me gustaría destacar dentro de las nuevas generaciones los eventos de Peckham Northern Soul Nights, que creo que regenerarán el movimiento.
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Texto: Jon Pagola