Encuentros

Inspector Cluzo, «hacemos cosas serias, pero no nos lo tomamos seriamente»

 

Laurent Lacrouts y Mathieu Jourdain / Foto: Salvat Philippe

Pocos conjuntos musicales hay en este mundo como Inspector Cluzo. Dos agricultores franceses capaces de girar por más de sesenta países y a la vez gestionar una granja de quince hectáreas. De plantar semillas de trigo en sus tierras al sur de Francia y a la semana grabar en Nashville su noveno trabajo de estudio junto a Vance Powell.

La música para Laurent (guitarra y voz) y Mathieu (batería) es un elemento de lucha, humor y esencia. Algo muy alejado de los palcos vips, las grandes discográficas y las canciones creadas exclusivamente para TIK TOK.

Horizon es su nuevo álbum. Un disco compuesto por una docena de canciones en el cual mediante toques de blues, rock y folk nos muestran la realidad de la industria agropecuaria. Sin duda, una apuesta arriesgada. Un camino vital, no apto para todos los músicos.

Un placer hablar con vosotros. Lo primero de todo, enhorabuena por vuestro nuevo trabajo. ¿Cómo estáis viviendo estos momentos?, ¿tenéis ganas de empezar con la gira?

¡Estamos impacientes!

Con este trabajo llevamos ya cerca de tres años. Dos para componerlo y grabarlo y otro para publicar el lanzamiento a través de nuestro sello, F. the bass player records.

Incluso, nos hemos ido a grabarlo a Nashville con Vance Powell (Jack White, The Raconteurs, Arctic Monkeys y Chris Stapleton, entre otros). Ha sido un proceso largo, pero debemos dar las gracias por tener la oportunidad de hacer música y más como está el mundo.

Al final, habéis estado viviendo cerca de un mes en Nashville. ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Vance?

Esta es nuestra quinta colaboración con él. A lo largo de los años se ha convertido en algo más que nuestro productor, es nuestro mentor y un amigo íntimo. Sentimos una profunda admiración por su trabajo y es muy fácil trabajar con él. Además, es una persona increíble, tanto en términos de trabajo como de espíritu, nunca dejará de sorprendernos.

Vuestro proceso de composición es muy parecido al de Neil Young. Siempre partís de la guitarra acústica, aunque luego llevéis el sonido hacia otros estilos.

Sí, todas las canciones las componemos con la guitarra acústica. Esa es la base de nuestro trabajo, luego con Vance elegimos la forma más natural de tocar cada composición, si en formato rock, unplugged u otros estilos. Por ejemplo, este verano hicimos una orquesta sinfónica en Mont de Marsan.

Todo parte siempre de la base acústica, menos es más. Pasamos mucho tiempo refinando la versión inicial. Las letras y la colocación de las voces posteriormente son el otro 50% del resultado final. Piensa que luego en directo solo somos dos y no utilizamos ni cintas pregrabadas ni nada, solo guitarra y batería. Estos instrumentos tienen que cubrir todas las funciones armónicas y de frecuencia.

Al igual que Vance, estamos muy ligados al hecho de que la armonía y la calidad de la escritura es lo que hace grande el sonido, y no tanto el hecho de tener un gran material o apilar muchas capas de sonido …La clave está en la armonía.

Además, vuestro discurso musical es una mezcla entre humor y conciencia política.

Efectivamente, nuestro lema es: Hacemos cosas serias, pero no nos lo tomamos seriamente. Algo que es bastante común en la zona de las landas de Gascogne. Una región muy acogedora donde las ferias y las fiestas de los pueblos son muy importantes.

Los gascones, al igual que los vascos, descendemos de los vascones, así que encontrarás cosas muy parecidas a ambos lados del Pirineo. Eso sí, cuando llegas a Burdeos ya es diferente. Los Gascones se nos conoce bastante porque siempre estamos filosofando, pero mientras nos divertimos y festejamos.

He podido leer que os conocéis desde que sois unos adolescentes. ¿Cómo fueron esos primeros años?, ¿cómo fue vuestro primer acercamiento a la música?

Tocamos música desde que tenemos siete años. Laurent empezó con el saxo tenor y yo como trompetista. Ahí empezamos a aprender armonía, aunque nunca fuimos los reyes del solfeo. Hasta casi los veinte años solo nos dedicamos a instrumentos de metal. La guitarra y la batería la empezamos a tocar con unos 17 años.

Nos conocimos en un Liceo de Mont de Marsan, en clase de matemáticas. A partir de ahí montamos un grupo de versiones e íbamos por los bares de la zona a tocar. Luego terminamos nuestros estudios, Mathieu es ingeniero y yo hice una maestría en física fundamental. Inspector Cluzo nació en el 2008, después de que terminara una banda que teníamos con unos amigos.

Desde entonces, quince años en la carretera y más 1200 conciertos en 67 países. ¿En algún momento pensasteis que esto podía hacerse realidad?

Qué va, cuando empezamos esta aventura ni se nos pasaba por la cabeza. Es una oportunidad que nos ha dado la vida. Hemos podido tocar desde Wuhan hasta la India, pasando por Madagascar, el Medio Oeste Americano y Perú. Nunca hemos tenido un plan de carrera, solo somos dos músicos que querían tocar y por suerte lo hemos podido hacer hasta ahora.

Además de vuestra carrera musical completamente autogestionada, también tenéis una granja en vuestro pueblo.

Decidimos no firmar con ninguna discográfica por nuestros ideales, muy basados en la economía local y de proximidad. Llevamos a cabo esa frase que dice “piensa globalmente y actúa localmente”. Vivimos bien con lo que nosotros mismos somos capaces de generar.

Todo esto tiene que ver mucho también con la ecología, incluso gran parte de nuestra comida es lo que nosotros mismos cultivamos. Nuestro enfoque es así, ya sea con la música (financiamos nuestro propio sello y todo lo relacionado con los directos, el merch o la venta de discos) o con nuestra granja, llamada Lou Casse.

Además, esta granja nos permite ser autosuficientes alimentariamente. Este era un objetivo prioritario, poder producir y vender nuestros propios productos, tanto carne como vegetales, directamente o en el mercado de Mont Marsan los sábados por la mañana.

¿Cómo es de grande la granja?, ¿qué productos cultiváis?

Es una explotación de unas 15 hectáreas, donde la cría de razas locales está completamente integrada en la agronomía. Una especie de pastoreo del siglo XXI. También utilizamos nuestras propias semillas de maíz y trigo, que además no están genéticamente modificadas.

Queremos demostrar que podemos ser autosuficientes. Es un enorme trabajo, pero también es un proyecto de vida familiar y diferente. Además, con las ventas financiamos el proyecto musical y viceversa. Es cierto que debes tener menos ambición y más humildad, pero se puede hacer.

Al final, vuestra experiencia diaria también ha servido para describir la lucha de los agricultores en vuestras canciones. Un ejemplo perfecto es “Act local, Think Global”, canción que abre vuestro nuevo disco.

Los agricultores, ya sean los industriales o los bio, son víctimas de un sistema cada vez más injusto. Además, tienen unos valores que rara vez se ven en otros sectores. Es un trabajo muy duro, sin horario fijo, mal pagado y, sobre todo, lo que es común a ambos, es el hecho de no protestar tanto como se debería.

Nunca saldremos del caos ambiental sin la ayuda conjunta de todos los agricultores. Cada vez hay menos personas que quieren realizar este trabajo en nuestras sociedades occidentales y en parte es por estas problemáticas. Aun así, es uno de los trabajos más hermosos y necesarios del mundo.

¿Cómo compagináis el cuidado de una granja de tales características con la vida de un grupo que está de gira por tantos países?

Es algo bastante difícil, la granja tiene unos 300 años de antigüedad y llevaba unos 10 años abandonada. Hemos tenido que trabajar bastante para poder dejarla tal y como está ahora. Justo realizamos un documental, titulado Rockfarmers, con el director Yann Sourigues donde mostramos todo el proceso.

Todo esto, lo hemos estado haciendo desde el 2014, entre una gira y otra. Actualmente, vivimos allí y cuando estamos fuera por motivos musicales son los propios vecinos los que la gestionan, junto a Nathalie, la mujer de Laurent.

Hay ciertos momentos del año en los cuales no podemos girar debido al trabajo agrícola. Nuestra carrera musical es muy importante, pero hoy en día nuestra prioridad es la granja. En estos momentos Yann está haciendo otro documental que se titula Running a Family Farm, saldrá a mediados de febrero y tratará sobre como la granja ha ido mejorando en estos últimos ocho años.

¿Esta situación no os hace sentiros un poco outsiders dentro de la música?

En realidad, ambos trabajos están bastante entrelazados. Hay días que solo gestionamos la música, generalmente cuando llueve, y hay otros en los que solo miramos el email por la noche porque estamos todo el día ligados con la granja.

A nivel general, sí que nos sentimos un poco outsiders. Aun así, menos mal. Siendo sinceros lo que nos gusta de la música es la música en sí, no todo lo que la rodea. Es una forma de protegernos y ver exclusivamente lo esencial.

Por ejemplo, el año pasado, tocamos en el Hellfest delante de 50.  000 personas. Cogimos la furgoneta y salimos de la granja. Fuimos Laurente, nuestro técnico de sonido, el de iluminación y yo. Justo después de tocar, tuvimos que volver a la granja porque ese día teníamos que encargarnos sí o sí de las ocas y del resto de los animales, y hay prioridades.

Eso de quedarte en la zona vip no es para nosotros, hay ferias cerca de nuestro pueblo que son mucho mejores.

Una de las grandes sorpresas de Horizon es la participación de Iggy Pop en el tema “Rockphobia”. ¿Cómo surgió esta colaboración?

La verdad es que fue todo muy sencillo. Nuestro productor escuchó la canción y nos comentó que sería muy divertido enviársela a Iggy Pop para ver su reacción. Además, conocíamos a su agente, porque había organizado un festival punk en Mont de Marsan en el 76 y en el 77. Guardaba cierta ternura hacia nosotros por ser del pueblo.

A Iggy le encantó el tema y nos envió la intervención que ha quedado en la canción. Algo bastante gracioso y simple. Además, parece que concuerda con nuestro lema sobre la seriedad.

En estos momentos, la situación política de Francia es bastante compleja. Además, debido al aumento de la edad de jubilación introducido por Macron, se esperan unos meses de grandes manifestaciones sociales. ¿Creéis que se puede cambiar la situación?

No somos grandes fans de Macron, no deja de ser un banquero. Tampoco tenemos nada en contra de los banqueros, pero no se puede gestionar un país como si fuera un banco. Aun así, no es el único responsable del estancamiento de la sociedad francesa. Nuestros servicios públicos poco a poco se están privatizando y los gobiernos socialistas tampoco han hecho nada para remediar la situación. Son tan culpables como la derecha.

Todos deberíamos movilizarnos, a pesar de nuestras diferencias culturales y políticas, para defender los valores que hacen de Francia lo que es. Un país con una gran seguridad social, un sistema de pensiones solidarios, una educación de calidad … de lo contrario el relato de lo que es Francia dejará de tener sentido.

Esta situación la estamos viendo en Inglaterra, donde todo se ha privatizado y prácticamente nada funciona correctamente. Los servicios públicos son fundamentales para cimentar una democracia. Debemos luchar contra esta visión ultra neoliberal globalizada, pienso que otro camino es posible.

Texto: Víctor Terrazas

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter