El talento del compositor, cantante y guitarrista británico está fuera de cualquier debate, igual que su mala suerte, sus problemas varios y la innumerable ristra de malas decisiones tomadas. Aunque tal y como está el patio para el rock & roll, quizás no le hubiera servido de mucho seguir un camino menos espinoso. 
Así y todo nos ha dejado álbumes fantásticos al frente de The Wildhearts, que encajan como anillo al dedo en el tópico de en un mundo mejor serían éxitos mundiales, y una más que interesante carrera en solitario, donde se separa de la senda del punk, el hard y el power pop para mirar hacia horizontes más clásicos.
Este debut junto a los pecadores es un monumento al rock, una oda a bandas que adora, incluye lecturas de «Six Years Gone» de The Georgia Satellites y «Dirty Water» de Status Quo, y las composiciones propias respiran con fuerza, oxigenadas por guitarras al galope y estribillos euforizantes, canciones capaces de levantarte el ánimo en un mal día o hacerte estallar de optimismo si lo has empezado con el pie derecho. Uno de los mejores discos del pasado año.
Manel Celeiro
