Encuentros

Nano Vegano , «aunque esto sea algo personal, me gusta que la música sea participativa”  

 

Nano Vegano publica el segundo volumen de su proyecto en solitario: Si no hay viento, rema, una reválida en la que el músico madrileño saca su vena más metalera, en temas que abordan diferentes problemáticas sociales, desde un punto de vista personal, y huyendo de la crítica fácil y de lo panfletario.  

 Una curiosidad: ¿Por qué decides titular este disco como un segundo volumen de Si no hay viento, rema, habiendo entre ambos trabajos tantas diferencias, al menos en lo musical?

Lo hice así porque ambos tienen una raíz común en el contenido, con unas letras crudas, con las que me proponía sacar de dentro todo lo que tenía. Estamos viviendo un momento histórico y social muy fuerte, el nivel de control y distopía es brutal, y quería reflejarlo en los dos volúmenes. Hay ahí un concepto de denuncia y autoafirmación con la edad y con lo vivido, y el titulo viene a decir eso: estoy solo, pero no voy a esperar a nadie para seguir este camino y mostrar este discurso que tengo que dar en lo letrístico y en lo musical. El primero era una carta de presentación y es más amable, pero el segundo, aunque era una continuación, tiene una vena más metalera. De hecho, se han quedado fuera varios temas porque les faltaba un poco de tralla, o no eran tan crudos como el resto del disco,  pero las retomaré en algún momento con esta marca o con otra.

Como comentas, es un disco muy metalero. ¿Cómo enfocaste la grabación en este registro más crudo?

Quería volver a la tralla, y no quería hacer un disco de baterías ultrarrápidas, quería algo con groove, que fuera muy metalero, pero como no me quería repetir, sin rozar el hardcore que, por otro lado, es un estilo que me encanta. Así que lo que me ha salido es un metal un poco 90s, hay influencias del trash metal que se pueden reflejar en temas como ‘Panacea’ o riffs que podrían evocar a Rammstein, por ejemplo. Yo pensaba en Helmet, Therapy?… en mogollón de bandas de los 90,  pero sin ser algo premeditado, sino que me ha surgido en esa dirección. Cuando se te da bien un registro y todo fluye, hay que aprovecharlo. Por otra parte, también hay cosas de heavy más clásico y hard rock, que son los estilos con los que yo empecé en la música.

En este segundo volumen, la voz suena mucho más contundente. ¿Ha habido un trabajo concreto en el aspecto vocal para conseguir estas tesituras?

Para estas canciones necesitaba más fuerza en la voz, y he trabajado mucho en el local y encontrar el punto hasta el que podía rasgar la voz sin jorobármela; y creo que, en ese sentido, está mucho más currada. Estoy trabajando diferentes estilos, me pongo a tocar y a lo mejor me sale algo que suena a Dinosaur Jr. o me suena a una movida de pop inglés de los 90, otras veces, de repente, me sale un riff super metalero… pues en este caso, lo he hecho más heavy y estoy a gusto con esta tesitura, pero no sé si seguiré con esto porque, a decir verdad cuesta mucho.

Y hablando de las letras, ¿sientes la necesidad de que las canciones no sean algo vacío de contenido?

Yo no soy impermeable a lo que me rodea, y en los últimos años, hemos vivido situaciones muy trágicas y todo redunda en lo de siempre: pérdida de derechos y más control. No es que yo me vea en la obligación de hacerlo así, y tengo otros registros y otras canciones más poéticas, pero no las veía para estos discos, porque en esta marca de Nano Vegano quería seguir denunciando cosas que veo a mi alrededor en mi vida cotidiana.

Dentro de esas temáticas, hay asuntos de los que, normalmente, se habla muy poco, a no ser que haya una polémica política, como por ejemplo, el maltrato animal…

Sí, así es. He metido guiños en el disco y hay un tema explícito como ‘¿Eres parte del problema o de la solución?’ y el mismo nombre de este proyecto, Nano Vegano, ya puede dar pistas sobre lo que pienso.

Quería denunciar la vida que tienen los animales no humanos que, desde que nacen, son considerados herramientas u objetos de producción y, en esa cadena, hay una crueldad horrible que no sale en la televisión. Nunca se habla de sus derechos, y sólo nacen para vivir una vida terrible y ser sacrificados. No es un tema que esté en la actualidad porque no interesa, pero hay gente que está trabajando muy bien como PACMA o Igualdad Animal, a quienes apoyo totalmente, y que están haciendo importantes investigaciones para que la gente se conciencie del horror que supone nacer para sufrir y morir.

¿Resulta complicado abordar el tema de la religión en un país que, de aconfesional tiene muy poco?

Pues sí. Parece que, como naces en España, ya lo haces bajo una religión concreta, cuando ese tema debería ser algo íntimo y personal de cada persona. Yo hace unos años ejercí la apostasía para borrarme de la iglesia católica, es un derecho que tenemos pero que, normalmente, no sabemos que existe y que no se hace público porque lo haría mucha gente. Tengo mucho respeto a todo el que quiera creer en algo, siempre que no piensen que, por ello, son más que los demás. Lo que tengo claro es que las religiones no tendrían que tener ningún privilegio, y que no tendría que salir del estado ninguna contribución ni ayudas para ello, sino que se debería financiar con las aportaciones de sus socios, como cualquier otro club o asociación.

Aunque planteas situaciones crudas, en canciones como ‘Tu poder’, también se percibe un poso de esperanza…

Yo no quiero dar lecciones a nadie en mis canciones, simplemente son cosas que me digo a mí mismo para reflexionar; y desde la oscuridad de esos temas, intento que quede una ventana abierta para que entre la luz.

Cada uno tiene que intentar encontrarse, y dentro de ese proceso de búsqueda, saber que tiene una fuerza interior suficiente para poder superarlo todo, y es lo que quería mostrar en esa canción: hay que saber encontrar o saber la dirección que hay que seguir, aferrarse a ello e intentar vivir con esa pasión todos los días.

A veces, somos nosotros mismos los que nos capamos esa búsqueda por no salir de nuestra zona de confort, pero es que a la humanidad, le cuesta mucho cambiar. De hecho, con todo lo que tenemos y los supuestos avances que se han dado, mira como estamos: guerra, pobreza, miseria, hambre…

A pesar de ser un proyecto personal, has contado con la colaboración de una extensa lista de colaboradores. ¿Cómo eliges a estos compañeros de viaje?

Toda la gente con la que he colaborado son amigos o colegas. Ahora estoy disfrutando de la música más que en toda mi vida, porque voy viendo cómo nace y crece la canción, y toda esta gente me ha echado una mano para sacar adelante este proyecto que, emocionalmente, me está ayudando muchísimo. Aunque esto sea algo personal, me gusta que la música sea participativa, para tener otras visiones externas que aporten a lo que hago y hagan que las canciones crezcan.

¿Y no echas de menos salir a tocar en directo?

Sí, claro. Hay mucha gente que, con estos discos, me dice que debería hacer conciertos, pero no hago directos porque tendría que empezar a buscar una banda a la que, obviamente, tengo que pagar para obtener un rédito mucho menor, y no estoy para palmar dinero. Me da mucha pereza y prefiero destinar lo que tengo a sacar más canciones. Pero sí estoy empezando algo, por la necesidad que tengo de directo, me apetece coger el micro y reventar todo a lo Henry Rollins (risas).

Texto: Sergio Iglesias

 

 

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