Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.
“Mucha gente no lo sabe, pero mi hermano Robert aprendió a tocar la guitarra en las rodillas de mi padre. Tenía siete años, cuando llegó a mi padre. Mi padre tocaba muchos instrumentos: guitarra, violín, banjo, mandolina. No estaba en contra de tocar con los dedos en absoluto, porque lo hizo él mismo, tocó la música del diablo[1]. Se había ganado la vida, en parte, tocando música en fiestas en Mississippi durante su juventud. […] Nadie sabe que mi padre era músico. Amaba la llamada música mundana. Su principal instrumento fue el violín. Le encantaba escuchar a Fiddlin’ John Carson y a Uncle Dave Macon en la radio. Cuando estaba enseñando a mi hermano Robert, yo no había nacido, lo sé por mi hermana Carrie (Thompson). […] Mi padre dejó la música cuando se casó con mi madre, porque ella no quería barrelhouse[2] en su casa. Después de que mi padre se separó de Mama Julia (la madre de Robert Johnson) y antes de casarse con mi madre, se quedó con el hermano Robert. Creo haber oído a mi hermano Robert llamar a mi padre ‘papá’”.
Estas son palabras de Annye C. Anderson, hermanastra menor de Johnson y coautora, junto a Preston Lauterbach, de Brother Robert: Growing Up with Robert Johnson, una biografía del bluesman desde el punto de vista de la niña que Annie fue. Gracias a ella, a la que Robert se refería como “baby sister”, sabemos que el rey del Delta aprendió guitarra de su padrastro Charles. No solo eso, Annye ha confirmado que su hermano Charles Leroy (hermanastro mayor de Robert), que era guitarrista y pianista profesional de jazz, le enseñó las bases del boogie-woogie. Esto nos invita a pensar que el estilo de Robert Johnson, como el de tantos otros, nace de trasladar dicho estilo del piano a la guitarra. Annye cuenta que toda la familia sabía tocar de oído y Robert aprendió de la misma manera, sin lugar a dudas, es la forma idónea de formarse para ser un aspirante a rambler.
Huelga decir que no todo aquel que crece tocando música popular de oído con su familia política se convierte en una leyenda, pero el caso concreto de Johnson cobra mucho más sentido sabiendo todo esto. Por último, se suele mencionar a Richard ‘Hacksaw’ Harney como profesor ocasional de Robert Johnson. Una de las fuentes es el bluesman e hijastro de Johnson, Robert Lockwood Jr.: “Realmente creo que Hacksaw fue una gran influencia para Robert. Él (Hacksaw) era el único que podía competir con Robert Johnson”. Lockwood Jr. es una voz autorizada, pues se trata de la única persona que aprendió a tocar directamente de Robert Johnson. Una vez más, Hacksaw fue un guitarrista legendario del Delta del Mississippi en un sentido estricto. Sabemos de él que sus iguales le adoraban, desde Honeyboy Edwards hasta Big Joe Williams, todos le reverenciaban. El problema es que hay muy pocas grabaciones que respalden esa reputación. Se dice que tocó con una orquesta de jazz en la década de 1920 y se dice que tenía el mismo talento para la guitarra que para el piano, de hecho, se ganó la vida como afinador y reparador de pianos. Pinetop Perkins ha contado que su apodo (en español ‘Sierra para metales’) hace referencia a una pequeña sierra de mano que portaba para su trabajo como luthier. Es imposible saber qué relación tenían Hacksaw y Johsnon, no hay material suficiente del primero como para aseverar que el segundo es su discípulo. Para decir que en las grabaciones de Robert encontramos detalles característicos de Hacksaw tendríamos que tener mucho más material. Puesto que era capaz de aprender de oído, yo me decanto por citar como referentes a Kokomo Arnold, Peetie Wheatstraw, Leroy Carr, Scrapper Blackwell, Tommy Johnson o Tampa Red.
Lo que sí podemos afirmar tras leer el libro de Annye Anderson y Preston Lauterbach es que Robert llegó a formar un dúo con su hermanastro para actuar en reuniones familiares y puntualmente en eventos privados de la ciudad de Memphis. Lo mismo interpretaban canciones infantiles que Jimmie Rodgers o Louis Armostrong. Es por esto que Robert Johnson era un músico muy versátil, capaz de zambullirse con la misma facilidad en las playas más populares y las calas más exclusivas. Es muy razonable que obtuviera en casa las herramientas necesarias para desenvolverse con solvencia en su vida adulta. Esto explica también que de su obra se desprende un bagaje como escuchante bastante más sofisticado que el de muchos de sus homólogos de la Mississippi rural. Como esto va de hallar los orígenes de Johnson, voy a dar dos ejemplos de lo que estoy diciendo a modo de genealogía musical. Las dos piezas implican adaptar al tono del Delta cortes que nada tienen que ver con el estilo del blues del Delta y su reverso tenebroso. La primera es “From Four Until Late”, una revisión del “4 Four O’Clock Blues” de Johnny Dunn, un trompetista ilustre y miembro de los Jazz Hounds de Mamie Smith. Esta orquesta fue la primera formada íntegramente por afroamericanos y grabó “Crazy Blues”, el corte que consideramos como el primer éxito discográfico de la historia del blues. Las crónicas cuentan que “Crazy Blues” vendió más de setenta y cinco mil copias en un mes y supuso el nacimiento del race market, mercado racial en español. Si hubiera que elegir una fecha para celebrar el nacimiento del blues yo propondría el 10 de agosto, día en que, en 1920, se inmortalizó “Crazy Blues”; está claro que Johnny Dunn fue una figura relevante en su momento. Dos años más tarde, en 1922, tanto Dunn como Johnson residían en Memphis, este último en casa de su padrastro, y fue ese mismo año en el que Dunn cortó y lanzó “4 Four O’Clock Blues”, de la que Robert sacaría la melodía para “From Four Until Late”. El segundo ejemplo de esto es “Last Fair Deal Gone Down”, que está basada en “Don’t Let Your Deal Go Down”, del pionero del country Fiddlin’ John Carson, que gracias a Annye sabemos que era el ídolo de su padrastro. Carson no responde al patrón de artista al que hipotéticamente los bluesmen del Delta admiraba, fue un violinista y cantante de country descubierto por Polk C. Brockman en Atlanta y ha pasado a la historia por haber registrado la primera pieza de country con música y letra, «Little Log Cabin in the Lane» lanzada por Okeh Records el 14 de junio de 1923. Ahora les toca a ustedes escuchar las canciones citadas y juzgar.
[1] Referencia a que Charles tocaba blues en el mismo estilo que más tarde lo haría Robert.
[2] Un establecimiento barato para beber y, por lo general, bailar.
Dolphin Riot