Primera visita a nuestro país de la joven promesa (realidad ya, a estas alturas) sueca, en una gira de once fechas que ha ido dejando aplausos y elogios sin excepción. Comprensible en cuanto lo que vimos y escuchamos sobre las tablas de La Textil fue uno de los conciertos más clásicos y elegantes de este año que va terminando ya. Elegante en la factura de un sonido limpio, orgánico y repleto de detalles. Clásico en sus referencias y puesta en escena. Una formación de dos teclados, bajo (Kristoffer Schander, de los Blues Pills) y batería, más el jefe y un segundo guitarra en tareas de multi instrumentista que se percibió perfectamente engrasada, llevando varios pasos más allá el excelente material de base de sus dos trabajos en estudio. Trabajos, por cierto, que se vieron representados en el set list casi en igual medida. Y es que la sensación general, recogida en comentarios de amigos y conocidos durante y después del show, era precisamente esa: que los discos están muy bien, pero sobre las tablas el plus estaba siendo más que evidente. Canciones como «Dance», «If There Comes A Time» o «Keep on Keeping On», por citar solo algunas, sonaron espléndidas, revestidas de una pátina extra de brillo e intensidad respecto a sus versiones en estudio.
Con sus adorados The Band – a los que versionó implícita y explícitamente- como referencia de base, Jesper lideró a su banda en un viaje que fue de Liverpool a Belfast hasta recalar en Nueva Orleans. Soul, pop, blues y rock’n’roll en perfecta armonía, detallista en lo instrumental y sorprendentemente versátil en lo vocal. Porque aquí, de nuevo, se notó que la voz de este mozalbete se aprecia notable en los álbumes, pero sobre las tablas gana muchos enteros.
Se mostró Jesper agradecido, por su parte, con esa seca cortesía tan escandinava; e incluso se permitió un momento de confesión al presentar «Christmas Card», ya en la recta final, revelando que la compuso convaleciente en el hospital, recibiendo diálisis tras recibir un trasplante de riñón de su padre.
Una noche sobresaliente, en resumen. De la que personalmente salí con la sensación de haber visto a un músico que lo tiene todo para llegar a lo más alto. Voz, presencia y una indiscutible capacidad para escribir grandes canciones. Si alguna de ellas da con la tecla del gran público, el éxito estará a la vuelta de la esquina.
Texto: Eloy Pérez
Fotos: Fernando Ramírez
