Sin contar apariciones en festivales, 11 años llevaban los maestros progresivos Opeth sin visitar España en una propia gira. Para esta ocasión, los suecos contarán con los legendarios canadienses Voivod como soportes de lujo, y celebrarán los 30 años del grupo con un repertorio especial, elegido por sus fans. El bajista Martín Mendez nos adelanta detalles de lo que será uno de los conciertos del año, anécdotas de la vida en la carretera, y sus comienzos en la música en el lejano Uruguay de los 90’s. Opeth presentarán su tour a la carta en varias fechas (ver cartel al final de la entrevista), en lo que será el cierre de su gira europea. Absolutamente imperdible.
Esta sección de la gira se llama Opeth By Request. Entiendo que será diferente del show que vi en Varsovia hace unas semanas.
Si, un poco diferente y un poco más largo también. Cubriremos toda la discografía. En Varsovia fueron 11 temas, ahora serán 13. Casi media hora más. Esta gira se encuentra en el medio de la de In Cauda Venenum, pero en realidad, esta gira que estamos haciendo en Noviembre es la del aniversario de los 30 años de Opeth (ahora son 32) ya que esto estaba planeado para cuando estalló la pandemia. Para hacerlo un poco especial, pensamos esto, que la gente pudiera votar y elegir los temas. Una canción de cada disco. La votación se hizo, y tocaremos temas que nunca hemos tocado en la historia de Opeth.
¿Por ejemplo?
«Black Rose Immortal», una canción que pide mucho la gente en los conciertos. Dura como 20 minutos, creo que es por eso que lo piden. La gente quiere el tema más largo (risas).
Es Opeth, ya sabes…
Y después, temas que hace años que no tocamos. Estamos preparando todo esto cada uno por su lado, y una semana antes, nos encontraremos para ensayar un poco.
¿Ha habido alguna elección que te haya sorprendido en la votación?
No realmente. Nosotros habíamos hecho una lista con lo que pensábamos que saldría, y lo que salió estuvo muy cerca de lo que habíamos estimado.
Antes de la gira europea, estuvisteis en América con Mastodon ¿Cómo estuvo eso?
Estuvo muy bien. Era la segunda vuelta que hacíamos con Mastodon para este disco. Mastodon es una banda con la que funcionamos muy bien los dos juntos, muy buena fusión para hacer hacer un formato de dos cabezas de cartel. Cada uno cerraba en noches alternas. Sus fans aprecian mucho nuestra música, y los nuestros la de ellos. Fue una buena combinación.
En Barcelona tocaréis con Voivod. ¿Que podemos esperar?
Es la primera vez que giramos con ellos. Alguna cosa había escuchado de ellos, son veteranos y tienen carretera. Mikael (Åkerfeldt) es quien los eligió, conoce más su música.
Son muy buenos tipos.
Si, tienen muy buena pinta.
¿Perdonaste a Dave Mustaine por aquella broma pesada del Gigantour?
(Risas) En aquel momento me cabreé, pero está todo bien. Nunca ha habido rencor. Era una gira en la que había 13-15 bandas, un montón de gente en el backstage, y me tocó a mí. En el momento fue una mierda, me asusté y me hicieron pasar un momento un poco malo. Luego Mustaine me mandó una postal de un mono pidiendo perdón y creo que una botella de vino. Todo bien. Mustaine es un personaje.
¿Cuál ha sido la gira más divertida en la que has estado?
Son muchas, pero una que no olvido nunca es la primera. Es la que más te marca. Cuando no esperaba nada, y de pronto fuimos de gira a Estados Unidos con Nevermore. Fue una locura eso. Eramos jóvenes, ellos también. Nevermore era una banda super fiestera. Fue brutal. Una experiencia inolvidable. Después todo se va haciendo más cotidiano y te lo pasas bien, pero ya no es lo mismo. En aquella época todo era nuevo, y salía a disfrutar como si fuera el último día de mi vida.
¿Qué ha sido lo mejor de la gira de In Cauda Venenum hasta ahora?
El sentimiento que tengo de toda esta gira es el de ver las ganas de la gente de ir a un concierto. Esa energía se siente. Y nuestro también, el volver al escenario, que es lo que hacemos. Más que nada, es una fiesta en ese sentido. Al fin podemos volver a nuestras vidas, a lo que nos gusta hacer. Por parte nuestra y de la gente, eso se ha reflejado mucho, se siente en el aire. Buena onda.
Te vi muy relajado tocando con el nuevo baterista Waltteri Väyrynen. Creo que era su primer o segundo show con Opeth, ¿no?
Si, era al principio. Waltteri es buenísimo. Siempre un cambio de músico es algo importante. Ensayamos una semana y salimos de gira con él. Es un máquina. Toca. Cuando estás con alguien tan bueno te hace sentir tranquilo y puedes disfrutar. No tienes que estar atento a nada. Es lo que uno siempre busca, y lleva mucho tiempo en que se conozcan los músicos. Con Waltteri estamos todos super contentos. Ha sido como una inyección de energía para la banda también. Como bajista, es un goce tocar con este tipo.
A Mikael le gusta hacer chistes sobre el escenario. Honestamente, ¿cómo lo llevas?
Estamos todos acostumbrados (risas) Ya es parte del show. Aunque no lo demuestre, por dentro me río. Hay veces que sale con cada una que no me aguanto, me tengo que reír de verdad. Es gracioso, tiene chispa en el escenario. Lo tiene dentro eso.
Me encantó cuando Mikael dijo “vamos a tocar una canción que no se si os gustará”. ¿Cómo ves la reacción de la gente desde el escenario?
Quiero creer que en general, la gente disfruta casi todo lo que tocamos. Hay temas que tienen más energía que otros y se nota que la gente se mueve más. El tema al que te refieres, seguramente es «Nephente», que es un poco más raro, pero es uno de los temas que más me gusta tocar en directo. En este set list es uno de los que más disfrutaba. Pero la gente mostraba respeto y estaban escuchando. «Sorceress» es un tema que se nota que ha crecido mucho entre nuestros fans, les gusta mucho. Pero es un poco relativo, porque temas como «Deliverance», que es de los temas más clásicos de Opeth, ves que la gente lo disfruta mucho, pero al mismo tiempo, temas del disco Heritage, como por ejemplo «The Devil’s Orchard», son temas que hace ocho, cinco años, no tenían el auge que tienen ahora. Como que la gente lo ha aceptado y lo ha escuchado más, y lo tienen como un clásico más de Opeth.
En este sentido, Opeth pasó de ser una banda de death metal a un grupo de rock progresivo. ¿Fue una decisión consciente, o es algo que se dio de forma natural?
Opeth desde que yo tengo memoria, siempre me sorprendía con el próximo disco comparado con el anterior. Siempre se buscó esto, nunca repetir una fórmula. Se puede decir que de Still Life a Blackwater Park hay una similitud, pero tampoco son discos iguales. Esto de experimentar siempre estuvo en la esencia de Opeth. Cuando vino Damnation, a ninguno del grupo nos sorprendió, porque creo que es algo que siempre buscamos. Algo diferente, y al mismo tiempo un reto. El cambio más grande que tuvimos fue a partir de Heritage, cuando dejamos los elementos de death metal. También me acuerdo, cuando estábamos haciendo las giras de Watershed, hablábamos mucho de que podría venir para el próximo disco. Y se sentía una transición super natural. Como grupo, teníamos esta inquietud de crear algo bastante diferente de lo que estábamos haciendo. El cuerpo nos lo pedía a todos en el grupo. Recuerdo que hablaba mucho con Mikael y era esto. Tampoco hablábamos claramente de hacernos más progresivos y dejar los guturales, pero necesitábamos un cambio y teníamos ganas de un nuevo reto. Que nos gustase de verdad como escuchas y que lo disfrutáramos. Está la anécdota con Mikael. El estaba escribiendo y hubo una fiesta en su casa y me mostró la música. Yo ya había tocado con él muchos años, y lo conozco como músico. Cuando escuché, estaba bueno lo que había hecho, pero sonaba muy parecido a Watershed. Cosa que nunca había pasado, lo de repetir un poco la fórmula. Yo sabía que en el fondo, su cuerpo le estaba pidiendo otra cosa. Le dije, “no te reconozco. Me parece que tienes que profundizar y experimentar un poco más”.
Muy bueno.
Y fue como una liberación para él. Quizás él tenía un poco de miedo, quizás quería ir más sobre seguro, no lo sé. Al día siguiente borró todo eso y empezó a hacer canciones nuevas. A los cuatro días me llamó y ya tenía el primer tema de lo que sería Heritage. Me voló la cabeza cuando escuché eso. Ahora si estaba al 100%. No paró, y escribió el disco super rápido. Hay veces que hay que seguir lo que te pide el cuerpo. Somos un grupo que hace música desde el corazón, no para vender ni mucho menos. Es algo completamente anti comercial.
Después de Mikael Åkerfeldt eres el músico que más años lleva en la banda. ¿Cómo fue entrar en Opeth en 1997, en Suecia, viniendo de Uruguay?
Es toda una vida casi. Más de la mitad de mi vida he estado al lado de esta persona y en este grupo. Para mí Mikael es familia, más que nada. Recuerdo que al principio no me lo creía, fue una sensación brutal estar allí probando. Yo escuchaba Opeth en Uruguay, tenían un par de discos fuera. En el cartel en el que buscaban bajista prometían gira, discos…Yo estaba cagadísimo. Pensaba, “ahora se viene lo gordo”. Sin embargo, estuvimos quizás como dos años sin hacer nada. Entré en la banda y no pasaba nada. De repente, fuimos a Londres para el primer concierto, en el Astoria con Cradle Of Filth, buenísimo. Ese fue mi primer concierto con Opeth. Todo era nuevo, todas esas experiencias. Tampoco me esperaba mucho, porque tampoco sabía lo que había, lo que se venía. Me subí al carro como “vamos a ver qué…”. No tenía referencias de nada. No sabía lo que era tocar delante de 1.000, 1.500 personas o tomarme un avión para ir a tocar. Viniendo de donde venía yo, y lo que había vivido, todo era gigantesco para mí. Aprovechaba la situación y disfrutaba, estaba contentísimo. Son experiencias que no olvidas. Estas cosas quedan.
Ahora ti eres el fan. Tu primer concierto fue en Uruguay, aquel de Ratos de Porao en 1994 ¿no?
Ese fue el primero de gran magnitud. Mi primer show fue con los argentinos Vibrión y Sátrapa, en un club que se llamaba La Luna. Luego cuando Ratos de Porao fueron a Uruguay, tocaron los Chicos Eléctricos, Cross…
…. y Eclampsy, la banda de death metal.
Ah sí, me acuerdo.
Después tocaron Chopper y Ratos de Porao. ¿Ya querías ser bajista en ese momento?
Si, ya tocaba. Yo empecé con 11 años. En 1990, 1991 ya empecé a tocar. En esa época ya tenía mi grupito.
¿Vivías en el barrio de Piedras Blancas de Montevideo?
Si.
Eso nos lleva a tu proyecto de death metal White Stones. ¿En qué está eso?
En este momento está apartado, pobre…. Congelado. Pero nunca descarto reiniciarlo y a lo mejor hacer un par de temas nuevos y si se puede, dar un concierto, pero…
…dependes de la agenda de Opeth.
Claro. Necesito estar libre un buen tiempo y prepararme bien. No me gusta hacer cosas a lo loco. Cuando tenga tiempo, si hay ganas e inspiración, se hace algo.
Honestamente, ¿esperabas la repercusión que ha tenido White Stones? De Blabbermouth en adelante, las críticas han sido buenísimas.
No me esperaba nada, la verdad. Este proyecto surgió un poco de la nada. No tenía intención de sacar discos al principio. Al final, todo se aceleró y me dije “bueno, vamos a sacar el disco”. No pretendía mucho, quería hacer música, grabarla y sacarla si era posible. Y lo hicimos. Luego, todos los buenos comentarios que vinieron fueron un plus.
Me contabas que en casa escuchas mucho Jaco Pastorius y Stevie Wonder. ¿Y en el bus de gira?
Lo mismo que escucho en casa. Pero va según el día. Si estoy tranquilo, pongo jazz, Stevie Wonder, James Brown. Pero de repente me levanto un día con ganas de escuchar Morbid Angel, otro día Metallica… depende del ánimo. Me considero una persona bastante abierta con la música. creo que en cada estilo hay cosas buenas. Lo único que no me va mucho es el techno y todo esto. Escucho música árabe, latina, de aquí, incluso hasta africana. Afro-cubana, Latin Jazz, salsa…Como bajista es super divertido escuchar eso.
In Cauda Venenum salió hace ya tres años. ¿Estáis trabajando en música nueva?
No. Mikael me ha comentado que está empezando a tener alguna idea por ahí, pero aún estamos en el proceso este de “carburar” que te decía antes. Estamos hablando, ver que posibilidades podrían haber, pero la idea es hacer Sudamérica en Febrero y esa será la última etapa de esta gira. De ahí en adelante tomaremos un pequeño descanso, y empezaremos a componer el nuevo disco. A ver qué sale.
Texto: Daniel Renna