En más de una ocasión, se usa el argumento de “en directo en el estudio” más como un eslogan que como una realidad. No es el caso. Shapeshifter se grabó efectivamente de ese modo, a la vieja usanza; dos guitarras -acústica y eléctrica – y voz, con el sonido dependiendo de la colocación de los micros de ambiente. Dos o a lo sumo tres tomas, y a positivar la que quedara mejor. Y siendo una retrospectiva en concepto y pese a trabajar sobre material ya conocido tanto de su producción en solitario como con Southern Cross y Fatal Shore, el enfoque dado a las canciones (arregladas para encajar en el formato de dúo) lo convierten en un trabajo prácticamente nuevo. Once temas que abarcan la carrera de Shoenfelt a partir de los noventa, con paradas en varios de sus álbumes desde entonces, con especial atención a God Is The Other Face Of The Devil (1993), del que rescata hasta cuatro temas.
Grabado para dar testimonio del trabajo de la pareja en directo, alianza que cumple ya ocho años, la primera sensación a poco de empezar la escucha es de no echar en falta una banda al completo, ni mucho menos los arreglos que varios de los temas vestían en origen. De algún modo, los dos músicos han conseguido reescribir y reinterpretar estas canciones dotándolas de nuevos matices y detalles con -paradójicamente- muchas menos armas. Actuando el colchón acústico y la siempre profunda, sugerente voz de Phil como base, los punteos eléctricos y los eventuales destellos de bottle neck y lap steel por parte de Babka consiguen que pequeños clásicos como «Charlotte’s Room», «Six Miles Deep», «The Gambler» o «Salvation Hotel» suenen tan frescas e intensas como si hubieran sido escritas ayer mismo. Otra nueva joya que añadir a una discografía que nunca ha bajado del notable y que cuenta, sus fans bien lo sabemos, con más de una y de dos obras maestras.
Eloy Pérez