Desde que pudimos disfrutar de su directo en la desaparecida sala Rocksound no han hecho más que ir hacia arriba. Era al final del verano de 2014 y presentaban su segundo álbum, Voyage. La buena recepción obtenida por ese disco los llevó a fichar por Nuclear Blast, una compañía fuerte con mejor distribución y recursos que les dio el empujón necesario para tocar en grandes festivales, abrir para grandes nombres y hacerse un hueco en la escena.
Nada de eso habría podido suceder sin la tremenda calidad que atesora el trío. Sus canciones son una amalgama de todo lo que han aprendido de sus mayores influencias, pero llevado hasta el siglo veintiuno con frescura y energía. Para el abajo firmante son de lo mejor de la actualidad dentro de su estilo junto a los holandeses DeWolff, si bien los neerlandeses son más flexibles y no dudan en atreverse con el funk o el soul, el trío islandés apuesta por los sonidos más clásicos, el hard rock, el blues pesado, algo de psicodelia y unas gotas de progresivo.
Y en vivo no dan tregua, Oskar Logi es un torbellino con su guitarra y su energía en escena, no ceja de arengar al público, metiéndolo siempre en el concierto, ayudado por un incansable Alexander Örn al bajo. La sala Bóveda respondió con entusiasmo, con una muy buena entrada, a pesar del exceso de oferta que había esa misma noche en la ciudad condal, a su entrega y simpatía. Una hora y media que trascurrió en un suspiro, desde que abrieron con «Whispers» no le perdieron la cara al concierto, llevando al personal en volandas con una exhibición de destreza instrumental y temas de la intensidad de «Reflections», «On The Run», «Babylon», «Midnight Meditation», la belleza de «Inneverse» o el expansivo viaje ácido escondido en «Expand Your Mind».
Esperemos que sepan mantener la línea, están en la dirección correcta, no cabe duda y además son todavía muy jóvenes. Así que a seguirles la pista. Por cierto, no pude llegar para ver a los teloneros, sus compatriotas Volcanova, pero voces autorizadas me aseguraron que habían estado muy bien.
Manel Celeiro
Foto: The Vintage Caravan (Bóveda, Barcelona)
