Nuevo Mundo es el nuevo proyecto musical del cantante y escritor Dani Gancho y el músico de 12twelve José Roselló, quien en este primer trabajo, 1935, también ha ejercido de productor. El resultado son cuatro canciones en las que el dúo ha unido fuerzas y referencias musicales, en un EP en el que llaman poderosamente la atención los arreglos sonoros y, sobre todo, la honestidad de las letras de un Dani Gancho que, en la charla que hemos mantenido con él, se muestra absolutamente feliz en este nuevo registro.
Para comenzar, cuéntanos cómo se cruza tu camino con el de José Roselló.
La primera vez que yo veo a José fue a principios de siglo tocando en la sala Apolo con 12twelve; me maravilló su forma de tocar la batería y su presencia en el escenario. Posteriormente, se fueron dando casualidades porque vivíamos cerca y coincidíamos en conciertos. Empezamos a intercambiar saludos y charlas por redes sociales de una forma dilatada en el tiempo, hasta que, al final coincidimos en el AM Fest en 2019, donde volvían a tocar juntos 12twelve después de una década, y ese día ya me dijo que quería meter la batería en algún tema mío. Así, poco a poco, se fueron desarrollando las cosas, hasta el punto de que, de esa colaboración, finalmente ha salido este EP.
¿Notabas que, de alguna manera, necesitabas esa evolución en tu sonido, que José ha aportado?
Yo siempre estoy abierto a experimentar cosas nuevas, y más si es con gente a la que tengo en tan alta consideración artística. Y parece que es algo recíproco, porque él también ha visto cosas en mí; hay una admiración mutua entre ambos y creo que, si no fuera así, esto no habría salido. Además, con esas diferencias de lo que él ha hecho musicalmente y lo que hago yo, hemos conseguido una fusión muy buena, a medio camino entre lo que yo vengo haciendo en solitario y lo que él ha hecho con 12twelve y otras bandas con las que ha trabajado.
¿Cuáles crees que son las diferencias más notables entre este 1935 y tus trabajos anteriores?
Yo diría que mis dos primeros discos estaban más enfocados hacia el pop rock o el indie, con un tipo de sonido muy marcado, siempre he intentado hacer una propuesta sencilla de fácil consumo y propuestas optimistas. Para este trabajo, José escucho muchos temas de los que, finalmente, seleccionó estos cuatro, que yo considero que son bastante profundos… son pura desnudez y honestidad emocional.
Y en cuanto a los arreglos, él tenía absoluta libertad para hacer lo que quisiera y lo que sintiera y, si posteriormente, había dificultades para llevarlo al directo, ya lo afrontaríamos. Pero lo que ha salido, creo que es una fusión perfecta entre 12 twelve, para mi gusto una de las mejores bandas de este país, y mis composiciones y mi manera de entender la vida.
¿Te ha costado desnudarte emocionalmente de esa manera que comentas?
No, porque es algo que siempre me ha liberado y que llevo haciendo toda la vida. Aunque con 20 años, a lo mejor te cuesta decir según qué cosas, ahora ya no me ando con tonterías y, si tengo que decir algo, lo diré por duro que sea, y por mucho que duela cuando lo escuche. No es que te cure, pero es absolutamente liberador. A veces, me sorprendo de las cosas que he dicho componiendo un tema y me tocan mucho, porque hablan de cosas muy íntimas. Pero imagino que, si a mí me toca, a alguien le llegará y le encontrará cierta relevancia artística porque, al final el arte, si no se comparte no tiene sentido.
En cuanto al sonido, lo que podemos ver es una variedad absoluta de diferentes estilos. ¿Crees que, en general, cada vez se están acercando más los géneros en la música?
En este EP pensamos que hay tal fusión de géneros, que nos cuesta mucho categorizarlo. Hay elementos de música experimental, folk, música ligera, pasajes orquestales… hay una amalgama de estilos que no sabemos definirlo y creo que esto es un gran valor, porque abarca muchas cosas. La fusión, hoy en día, es lo más apreciable porque no hay una sola propuesta y se muestra la intención de evolucionar y progresar. En nuestro caso, lo hemos hecho sin pretenderlo, lo que creo que es un valor añadido. Pero, cuando uno confía en el criterio artístico del otro, era inevitable que saliera así porque, además, tenemos una forma de pensar parecida y así ha salido: pura honestidad y sinceridad.
Hablando de esa honestidad y de las letras de las canciones, una de las cosas que se repiten es el concepto de “libertad”, que aparece claramente en «Ni un día más» y en «Sueño con volar». ¿Es un valor al que dais la máxima prioridad, también a la hora de crear?
Yo entiendo que, tal y como está planteada esta sociedad, aunque pretendan hacernos creer lo contrario, no tenemos excesiva libertad. Nos podemos permitir tal o cual valor material, pero en realidad, vivimos en una esclavitud encubierta y la libertad empieza en uno mismo al darse en cuenta de lo que necesita o no. Pero, para eso, tiene que haber primero una consciencia previa de la “no libertad”, conocerse a uno mismo y tener la suficiente inteligencia emocional para darse cuenta de cómo queremos invertir el poco tiempo que tenemos.
Los valores que se transmiten hoy en día no son los correctos. Se tendría que enfocar la vida como la búsqueda de aquello que te hace feliz, más allá de si eso es económicamente productivo o no. Entonces, como la cosa esta enfocada de otra manera, hay mucha frustración e infelicidad en la sociedad, y en las grandes ciudades en especial. Por eso, la búsqueda de la felicidad ha sido una constante en mi vida desde siempre, y cuando escribo eso sale. En mi caso personal, creo que voy consiguiendo, más o menos, la felicidad aunque no es fácil.
Somos una sociedad y vivimos en comunidad y todo está relacionado porque, al final, todos queremos lo mismo. En realidad, hay muchas más cosas de las que pensamos que dependen de nosotros mismos, lo que pasa es que nos dejamos llevar por historias externas y, en realidad, gran parte de los cambios están en nosotros, pero hay que hacer esfuerzos por tener paz y tranquilidad para darnos cuenta de todo eso.
También creo que «El fin» tiene mucho que ver con el nombre del proyecto, Nuevo Mundo, que, a su vez, tiene mucho que ver con el título del disco, 1935…
Así es. 1935 es el año anterior a que sucedieran una serie de acontecimientos que han marcado la historia de este país. Así que, lo que nos planteamos es cómo sería esta sociedad si pudiéramos resetear para volver a ese año y ver qué cambiaríamos. Sí que, como dices, todo está relacionado con la letra de «El fin», porque, para que haya un nuevo principio y ese nuevo mundo, tiene que haber un fin.
¿Tenéis pensado ya cómo vais a llevar al directo estos nuevos temas?
Barajamos varias posibilidades: una en formato dúo con samplers y bases programadas, otra en formato de banda con bajista y teclista, y también hay otra vía más complicada con sección de vientos y cuerdas… lo que pasa es que todo va más lento de lo esperado, pero tenemos muchísimas ganas de poder presentar este proyecto en directo.
¿Y después de esto, hay temas ya preparados para seguir adelante con el proyecto?
Sí, hay temas y van en esta misma línea de absoluta desnudez emocional y de tempo reducido, pero sin limitar todos los pasajes sonoros y el desarrollo musical que hay ahí. Nosotros partimos del menos es más y, dentro de esa premisa, se puede desarrollar todo ese universo, tal y como hemos hecho en este EP.
Texto: Sergio Iglesias
Fotos: Miquel Vilanova