Encuentros

Conociendo Rusia, «la gente conecta con mi modo de decir las cosas»

 

Conociendo Rusia es una de las más grandes revelaciones del rock latinoamericano de la última década. Su propuesa destaca por su refinada elegancia. En tan sólo 4 años los argentinos han publicado 3 álbumes, sumado una legión de fans en toda Latinoamérica y colaborado con artistas de la talla de Fito Páez, Leon Gieco y Leiva. Además han ganado 2 premios Gardel y recibido nominaciones para 5 Grammys Latinos.

La próxima semana andarán nuevamente por tierras españolas, en una gira que los llevará a Barcelona (11 de Octubre), Valencia (12 de Octubre) y Madrid (13 de Octubre).

Nos conectamos con Mateo Sujatovich, creador y alma del proyecto, para que nos cuente que puede esperar el público español de estas nuevas presentaciones, su relación con España y la historia músical de su familia, que está fuertemente entrelazada con la historia del Rock argentino.

Conociendo Rusia estará de gira por España presentando el álbum La Dirección (2021). ¿Qué me puedes contar de este trabajo?

La dirección es un disco bastante impulsado por dos cosas, primero, que después de terminar un disco siempre dan ganas de hacer otro. Entonces después de terminar Cabildo y Juramento, que fue mi segundo disco, enseguida tenía ganas de componer. Por otro lado pasa que te dan ganas de salir a componer otro disco, pero el que recién terminaste lo tenés que presentar. Entonces presentando Cabildo y Juramento se nos viene la pandemia encima y prácticamente la única actividad que no estaba prohibida para mí era componer. Todo lo demás no se podía hacer. Así poco a poco empezaron a sumarse todas las canciones de La dirección.

Hay un tema recurrente en tu música que es el paso del tiempo. ¿Por qué te interesa particularmente este tema?

No sé, la verdad. Le tendríamos que preguntar a mi psicoanalista (risas). Pero creo que como bien decís, el paso del tiempo es algo que a mí me convoca. De algún modo también el paso del tiempo es la nostalgia, el recordar los lugares en donde estuviste y momentos de la vida y de algún modo volver a vivirlos y atravesarlos. Eso también es un sentimiento muy del Río de la Plata. Es mi modo de conectar con mi sensibilidad.

Tres álbumes en cuatro años. ¿De dónde sacas la inspiración para para crear tanto en tan poco tiempo?

Creo que soy un afortunado de poder dedicarme a lo que me gusta y de que las canciones que yo hago en mi casa, después las puedo cantar en algún lugar y que la gente se las aprenda y se las sepa. Es mi pasión, es lo que más me gusta hacer y también se transformó en mi trabajo. Las canciones te vienen a buscar y también las vas a buscar vos. La inspiración va apareciendo en el trabajo, va apareciendo en la escritura, va apareciendo en los libros, va apareciendo en las conversaciones. Hay un sin fin de momentos, de lugares y de situaciones donde van cayendo las ideas.

Una cosa muy particular de Conociendo Rusia, es que las canciones son sumamente íntimas, muy de casa, y luego funcionan en vivo ante miles de personas. ¿Por qué piensas que existe esta conexión?

Me parece que hay algo de eso, de lo íntimo y lo personal que deja de ser íntimo y personal porque pasa a ser de todos. A todos nos pasan las mismas cosas, solo que cada cual tiene su modo de decirlo y por alguna razón la gente conecta con mi modo de decir las cosas. Creo que esa identificación con el modo de decir las cosas hace que me acompañen, y que cada vez me acompañan más, ¡por suerte! (Risas)

Sin embargo, hubo un tiempo en el que parecía que ibas a ser futbolista, en el Real Madrid…

Bueno, podría haber sido cualquier cosa. Futbolista porque tenía 13 ó 14 años y cualquier chico argentino quiere jugar a la pelota. Yo tuve ese plus en mi historia y esa aventura de haberme probado en el Real Madrid. Pero quedó sencillamente en una cosa de chico.

Tú vienes de una familia muy musical, tu abuela le daba clases de piano, entre otros, a Charly García…

Algo muy loco, sin duda. Siempre fue sorprendente toda mi vida saber que mi abuela le había dado clases de piano a Charly García, siempre fue un condimento bastante loco. Y a muchos más músicos, por supuesto también.

¿Y cuándo te diste cuenta de que tu padre también era una parte importante del rock de Argentina?

Cuando volvemos de vivir en España y yo empiezo a dedicarme un poco a la música y a tocar y empiezo a conocer músicos y a formar parte de ambientes musicales y ahí me doy cuenta de la relevancia del apellido y de que los músicos admiraban a mi papá. Escuchando los discos de Spinetta Jade me voy dando cuenta de que él había formado parte de un momento importante de la carrera de Luis Spinetta y, por ende, de la historia del rock argentino.

¿La influencia de tu padre en tu música viene más por esos discos o por tocar con él y por convivir con él musicalmente?

Creo que tiene que ver con un combo, de haberlo escuchado, de haber compartido con él, de la música que ha sonado en casa, de verlo trabajar, o sea, de un montón de capítulos que al compartir y al estar al lado se absorbe un montón de información.

Tus canciones son sumamente bonaerenses, pero ¿los años viviendo en España han dejado algún eco en tu música?

Ese pasaje por España a mí me hizo aprender un montón de música, primero porque escuché muchísima música argentina estando en España, pero también obviamente la música folk española, o sea el flamenco. A mi me encanta el flamenco y tiene mucho que ver con haber estado ahí. Obviamente que el rock y el pop español lo consumí, pues yo tenía 15 años cuando viví allá. La música española de los años 2000 la tengo clarísima.

¿Cuál piensas que es el mayor desafío de hacer música hoy en día?

Me parece que el desafío es muy personal, es el poder sentirse representado por la propia música y encontrar lo que a uno lo identifique, que tenga identidad, que no sea parecido a todo lo que ya suena y no ser parte de una bolsa, de todas cosas que son más o menos parecidas.

Tu música es muy actual, muy del momento que estamos viviendo y sin embargo ha resonado con músicos argentinos de otra generación. ¿Por qué piensas que hay esa conexión, por ejemplo, con gente como Fito Páez?

Yo creo que tengo un alma de viejo (risas). Soy como un muchacho con una alma porteña de otra generación. Me identifico mucho con esa época de la música. Entonces eso nos conecta. De algún modo estamos en un lugar parecido.

En el álbum La dirección hay una canción con Leiva, llamada «Mundo de Cristal». ¿Cómo surge esa colaboración?

La colaboración surge del interés musical mío de poder compartir algo con él sin conocerlo personalmente y sin tener ningún tipo de contacto. Tiré una piedra para el otro lado del mundo a ver si este tal Leiva se entusiasmaba conmigo. Le mandé una canción y me dijo: “por supuesto, me encanta la canción, te conozco, hagámosla”. Esto fue sorpresivo, que a Leiva le gustara lo que hago y que pudiéramos componer y grabar a distancia esta canción que está buenísima y que aporta mucho al último disco.

¿Qué expectativas tienes para esta gira por España?

Divertirme, cantar y comer rico pulpo. El año pasado estuve de gira por España, sólo yo con mi guitarra y se generó una energía preciosa. Ahora tengo la oportunidad de ir con la banda, que es otra cosa. Tengo muchas ganas de ver cómo la gente se encuentra con la energía del show.

¿Qué puede esperar el público español de estas fechas?

Puede esperar una banda argentina super power, que viene desde hace tiempo con energía, con ganas, con tres discos encima y con la emoción de cruzar muchos kilómetros del mundo para ir a tocar las canciones. Y eso es algo que cuando estás en el escenario se siente. La gente que vendrá a los shows seguro que la va a pasar bien.

 

Texto: Nicolás Coitino

 

 

 

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