La banda de Dallas The Vandoliers ya mostró en su reciente gira hispana que son perfectamente capaces de defender encima de un escenario su, a veces, aunque siempre dentro de la música de raíces, ecléctica propuesta. En su nuevo disco reinciden en lo apuntado ya en su ya lejano disco previo Forever (2019), aunque levantan algo el pie del acelerador para centrarse en el mejor conjunto de canciones que nunca han publicado dotando a cada una de ellas de lo que necesitan. Sea lo que sea. Conservando, eso sí, algo del punk de sus orígenes y con mucho de la influencia de la cercanía de la frontera a su lugar de nacimiento, trastean entre canciones a sus hijos o recuerdos a los días pre pandemia, con trompetas mariachis y violines que los llevan del rock fronterizo, al rock clásico, el punk mestizo o el rock americano de toda la vida en un disco del que difícilmente podrán salir. Yo, ni puedo, ni quiero.
Eduardo Izquierdo