Hace justo un año Casey Crescenzo publicaba una nueva referencia de su banda. The Indigo Child era un doble EP que parecía anticipar una nueva saga conceptual, tras aplazar la sexta entrega de sus magistrales The Act Series. Pero ni los temas -mayormente instrumentales- ni el futurista cortometraje que se lanzó para acompañarlos, daban pistas demasiado explícitas al respecto. Con la edición ahora de Antimai, la incógnita queda en buena parte despejada.
Cada una de las ocho pistas del nuevo álbum versa sobre las diferentes clases sociales a lo largo de la civilización; una estratificación que abre el disco con «Ring 8-Poverty» y lo cierra con «Ring 1-Tower». Por medio, una fábula no especialmente original pero sí bastante cínica y bien narrada, por la que discurren ácidas críticas y comentarios a la alienación industrial, el conformismo de la clase media o los lujos de los zánganos forrados de pasta.
Pero donde encontramos los mayores alicientes es en el nuevo enfoque dado al conjunto, mucho más cohesionado -estilísticamente- que en otras ocasiones. Cierto que muchas estructuras siguen siendo intrincadas, pero su faceta más progresiva queda orillada en favor de un sonido negroide que navega entre el funk, el rhythm & blues y hasta la música disco por un lado, y por ese deje a lo Broadway -ya presentado puntualmente en anteriores entregas- y a la estética sonora del musical clásico, por otra.
En realidad, se podría hablar de la música contenida en Antimai como de alt-prog music-hall, siendo conscientes de que suena bastante a boutade. Pero la sensación que se tiene es esa, mayormente. La voz y las armonías de Crescenzo siguen intactas, su sentido de la melodía no ha variado un ápice, pero los ropajes con que las ha vestido en esta ocasión llevan su clásico sentido de lo teatral hasta el extremo.
Queda por ver si este va a ser el primer capítulo de una nueva era -en música y concepto- para The Dear Hunter, o si eventualmente volverán a ese tan esperado Act VI. Sea lo que sea, ahora toca disfrutar; y seguir preguntándose cómo es posible que una banda de este nivel siga siendo tan injustamente desconocida.
Eloy Pérez