Los Counting Crows y en particular Adam Duritz después de su enfermedad, no se rinden. Siguen girando por todo el mundo y publicando trabajos a tener en cuenta (“Butter Miracle Suite One” un excelente EP de 2021). Lo presentaron en Barcelona en una sala casi llena pese a ser Domingo y ante un público entregado desde el primer minuto y con bastantes extranjeros pululando por la 1 de Razzmatazz. Y una vez más demostraron solvencia, canciones en mayúsculas que son pequeños himnos generacionales y, por encima de todo, resiliencia, pues tras una larga carrera, algunos insisten en ningunear su propuesta tras su primer gran éxito mundial con Mr. Jones de su álbum “August and Everything After” que lo petó en las radios y en todas partes. De hecho, cuando la otra noche la interpretaron, percibí que la ejecutaban rápido, un tanto desganados, tras los dos primeros temas de la noche (“Round Here” y “Scarecrow”). Me dio la sensación de que se la sacaban de encima rápido quizás un tanto agotados de interpretarla noche tras noche desde un super lejano 1993 en el que cuenta la leyenda, cada hora sonaba en alguna radio del planeta.
Aprovecho la reseña para, bajo la humilde opinión de un servidor, apuntarles que es un craso error no tomarse en serio esta banda (más allá de gustos personales) que ya tiene más de treinta años en sus espaldas. Tienen canciones en mayúsculas y discos sólidos y notables que podrían perfectamente ponerse al mismo nivel que otros discos de bandas de su generación con mayor fortuna en ventas y éxito de crítica… pero claro, su éxito planetario les vino con su primer trabajo. Volviendo a explicarles lo que aconteció en la velada, matizar también que el combo tocó de forma sólida porque son muy buenos músicos y llevan tocando juntos muchos años. Son muchos kilómetros y mucha carretera.
Pero claro, el alma de la banda era, es y será siempre nuestro querido Adam Duritz. Un tipo afable y amable que “pasaba por ahí” pero que sigue demostrando sensibilidad cuando afronta cada uno de sus temas una vez superados sus problemas mentales. Adam no canta, interpreta y con ello, emociona. Eso es lo más difícil para cualquier artista: transmitir su propuesta al respetable. Y lo hizo mucho más que en su anterior visita a Barcelona. Adam se mostró simpático, dicharachero e incluso sorprendido y a ratos incluso incrédulo con un público que coreaba todos los temas con entusiasmo y devoción noventera. Vi muchas caras de felicidad. La misma que la de Adam y el resto del combo. Vestía una camiseta con el plátano amarillo de la Velvet y chupa tejana.
¿Y qué sonó? Pues clásicos como la fantástica “Round Here” (abrieron el concierto con este tema), “Omaha”, “A Long December”, la citada “Mr. Jones”, “Rain King”, “Hanging Around” o la estupenda “Holiday in Spain” con ese guiño, ya eterno en su letra, a la ciudad Condal (cerraron su directo con ese tema). Pero lo que resulta curioso a la vez que sorprendente para un servidor con muchísimos eventos y años en su espalda es comprobar que lo mejor del evento, lo que más le agradó a quien suscribe fue, ni más ni menos que sus temas nuevos. ¿Es raro verdad? Incluso inusual. Pues les prometo que fue así. Es la primera vez que me ocurre algo similar. Pese que entonces, la respuesta del público fue un tanto tibia, ese medley musical fabuloso compuesto por “The Tall Grass” (interpretado en formato acústico), “Elevator Boots”, “Angel of 14th Street” y “Bobby and the Rat Kings”, léase el citado EP de 2021 en el que los Counting Crows emulan al sonido más Springsteen de los 70 cual “Greetings from Asbury Park”, sonó enérgico, fresco, brillante pues, con Duritz, todo parece fácil y todo rezuma felicidad.
Texto: Jordi Sánchez
Fotos: Sergi Fornols
