Cada estación del año posee su carácter, su estado de ánimo. Y eso es lo que ha musicalizado esta vez la banda inglesa en su nuevo disco. Un viaje a lo emotivo, lo extraño y lo sensorial de la inocencia. Nos lo van a estar presentando en directo en el mes de noviembre en una extensa gira. Ver fechas en poster adjunto.
Hace ya años que The Wave Pictures sobrepasaron el underground británico para asentarse en el escenario europeo. Una carrera prolífica por las lindes alternativas en la que, cada uno de sus discos, se manifiesta como un brebaje de método, sensibilidad, evocaciones y mundos creativos más cercanos a la empírica sensorial que a la gnosis. En este último, When The Purple Emperor Spreads His Wings se detienen en las estaciones del año y sus sonidos. David Tattersall, fundador, vocalista y guitarrista de la banda, nos cuenta los motivos, que son múltiples, variados y fascinantes.
Apeláis al emperador Púrpura, protagonista del libro homónimo de J. H. Brennan, ya desde el título de este nuevo disco. ¿Cuánto hay de fantasía y de ocultismo en esta colección de canciones? ¿Y de realidad?
Wow! Esa es una pregunta de apertura muy fuerte, aunque debo admitir que nunca he oído hablar del libro que mencionas. Escuché la frase en una visita guiada por una zona salvaje en Reino Unido, una especie de granja que habían dejado crecer de forma natural y en la que introdujeron animales, y me gustó de inmediato. Me gusta el surrealismo en lo mundano y, creo, que también hay mucho de eso en Kafka y en las películas de David Lynch: no solo son raras, son completamente mundanas y cotidianas. En mi opinión, esto difiere en buena medida del ocultismo y de la fantasía. Es como Magritte, quizá pinta imágenes muy extrañas, pero al mismo tiempo hay algo muy terrenal en ellas. Con frecuencia miro hacia Londres y veo el paso de un tren que cruza sobre mí, detrás de él también veo la luna plateada brillante en el cielo, y esa imagen me recuerda a Magritte. Creo que la diferencia podría ser que en la fantasía, el ocultismo o la ciencia ficción tienes la presentación de ideas que hablan de nuestra realidad dentro de un mundo ficticio que es totalmente diferente al nuestro. Pero en las cosas que me gustan, Magritte, Lynch, Kafka, etc, se encuentra fácilmente buena parte de nuestro mundo, con pequeños detalles extraños, algo que me atrae mucho más. De alguna manera, también quería evocar a William Blake, cuyas visiones e ideas locas me han sido de gran ayuda durante los últimos años. Paseaba por Londres tratando de imaginar lo que él veía y sentía que When The Purple Emperor Spreads His Wings sonaba como él. Al principio pensé que era demasiado tonto y pretencioso usarlo como título, pero luego pensé: «a la mierda, ¿por qué no?». Personalmente, me gustan este tipo de títulos.
Este es un álbum doble, estructurado en cuatro epés: Spring, Autumn, Winter y Summer ¿Consideráis que cada estación del año tiene su propio estado de ánimo y , por ello, también su propio sonido?
Sí, supongo que sí. Creo que el estado de ánimo es muy importante, un buen punto de partida para crear una canción podría ser tratar de capturar un estado de ánimo. Hay muchas maneras de abordar una canción, y eso es, precisamente, lo más atractivo de la música. Pero lo que a mí me gusta es intentar impregnar sentimientos, aunque sea uno que tuviste por un minisegundo una vez, y alargarlos durante cuatro minutos. De todas formas, este no es un álbum conceptual, escribí todas las canciones y luego busqué una forma de estructurarlo; y fue ahí cuando noté que todas ellas tenían un marco temporal muy fuerte. Sabía exactamente en qué momento del año se producía cada canción, así que, a partir de ese momento, fue todo muy natural para mí. Estoy muy contento con el resultado.
En general, no creo que los álbumes conceptuales funcionen, porque el escritor siempre termina escribiendo letras de mierda para que encajen con su tema y eso no siempre acaba bien. Pero estaba escuchando Triplicate, el maravilloso álbum de clásicos del jazz de Bob Dylan, y la forma en que había agrupado el material en diferentes estados de ánimo me resultó muy hermosa, realmente funcionó; así que busqué eso mismo con mis propias canciones. Así fue cómo surgió la idea de agruparlas por temporadas. También quería, de alguna manera, celebrar el disco de vinilo, en esta era de Spotify en la que parece que ya nadie escucha álbumes.
Es muy difícil describir todo lo que significa para mí cada estación, soy muy aficionado a ellas. A muchas personas solo les gusta el verano pero, si te soy totalmente honesto, esa actitud me molesta. A mí me encanta el invierno, creo que es muy hermoso, con todos los árboles desnudos y el cielo gris; en Inglaterra, los colores del invierno son excepcionalmente bonitos, tenues y melancólicos, sutiles y suaves, hay todos esos púrpuras y plateados por todas partes flotando en una especie de niebla. El invierno es la estación de los acordes menores y de las melodías desnudas pero fuertes, el blues o un tipo más profundo de felicidad. Introversión.
El verano es genial también, pero de un modo diferente. Es una canción pop, es una puta gorda sudorosa mostrándote todo, es Pamela Anderson; los colores son casi abrumadores, tienes que usar lentes de sol todo el tiempo. Es totalmente extrovertido, casi no puedes esconderte, aunque también tiene su propio sentimiento melancólico. Todo el mundo está feliz, con tantos planes y todas esas barbacoas geniales, pero es demasiado y por eso se produce una tensión melancólica, una sobredosis.
La primavera es tremendamente optimista, algo curiosa y de corazón abierto. Diría que es, sencillamente, agradable; no creo que haya nada de melancólico en ella. No hace afirmaciones audaces, es bastante humilde, diría yo. Podría ser una canción popular.
Y el otoño es tremendamente poético, mi estación favorita. El otoño sería una canción country o tal vez un clásico de jazz cantado por Billie Holliday. Tiendo a escribir la mayoría de las canciones en otoño e invierno, pero soy feliz en cada una de las estaciones.
When The Purple Emperor Spreads His Wings suena a vuestro particular rock de sangre lo-fi, pero también hay country, hay rock clásico, dejes vanguardistas, pasajes más acústicos, otros más eléctricos… ¿Con qué lenguaje os identificáis más en este momento?
Siempre me ha gustado la variedad. Me encanta eso de ¿los Rolling Stones es la banda funk soul de «Beast of Burden» y «Miss you»? ¿Es la banda cursi de folk pop de «Back street girl» y «Lady Jane»? ¿Son los bues rockers de «Brown sugar» y «Midnight Rambler»? ¿O los beatniks poéticos de «Wilde horses» y «Till the next goodbye»? ¿O la banda de country de «Sweet Virginia» y «Dead flowers»? ¿O la pequeña y compacta combinación de rhythm and blues de «Walking the dog» y «Not fade away»?
Ahora, a casi todo el mundo le ponen en una etiqueta, y muchos en la música tienen éxito al aceptar ese hecho y asumir esa etiqueta. Esa es una cuestión que entró en escena en la música en la década de los setenta. Si comparas a los Stones con AC/DC, que también son geniales pero de un modo totalmente diferente, te das cuenta de que solo hay unos AC/DC. Tienen su marca ¡Es como la misma canción una y otra vez! Una canción bastante buena, pero la misma. Y esa es una forma muy útil de promocionarse, tienes una marca identificable y ofreces lo que la gente espera. La mayoría de las personas que son conocidas, lo son por una o dos canciones, ¡eso si tienen suerte!.
Yo no me identifico con una cosa u otra en particular, me gusta la variedad. Y no es porque los estilos no sean importantes, es que arrojar simplemente estilos así porque sí es un poco aburrido. Lo que realmente importa en la música es la emoción. Creo que tienes que tratar de expresar toda tu gama emocional como ser humano a través de tu música. Eso significa, canciones tontas, cosas pequeñas, sin importancia y todo lo demás. Eso es lo que nunca entendí de las bandas de heavy metal o post punk, que nunca hacen una balada. ¿Por qué tienen miedo de expresar una emoción triste? Estarán tristes a veces, ¿no?. Y luego, en el otro extremo del espectro, tienes a todos estos muchachos realmente patéticos en la radio, llorando y llorando todo el tiempo. ¿No se sienten alegres y seguros de sí mismos a veces? Creo que lo importante es la distancia, la versatilidad, el alcance. En lo que a mí respecta, ya sea Hank Williams, Muddy Waters o REM, creo todos los buenos buscaron una amplia gama de emociones. Esto era la música antes de que el marketing entrara en ella.
Pues ha sido muy interesante escucharos en tono rockabilly con «Dale it’s a damn shame»… ¿Cómo surgió esta apuesta por el rollo Sun Records?
Nos ha gustado toda la vida. Creo que el mejor sello de todos los tiempos es Sun Records o Chess Records, tal vez, que grabaron a Chuck Berry y Muddy Waters. Pero en Sun hay un material increíble: lo más importante de Cash y Presley, las primeras grabaciones de Howlin’ Wolf e Ike Turner… Tanta música hermosa. Escuchar «Red Cadillac and a Black Moustache», de Warren Smith; «Domino», de Roy Orbison… Hay algo extraño, como de otro mundo, poético. Es oscuro pero inocente al mismo tiempo.
En mi opinión, esto es algo que a menudo falta en la música. Si escuchas la música de los años 50, como Roy Orbison o Warren Smith, ves el equilibrio perfecto entre inocencia y vulnerabilidad; sin embargo, ahora, la gente solo quiere fuerza y sofisticación, aunque sin inocencia y vulnerabilidad no vale nada. Ahí es donde mucho del rock de ahora resulta mal, para mí; la fuerza por sí sola no te lleva a ninguna parte. El hastío lo es todo ahora, pero también necesitas un poco de inocencia. ¡Pensad en toda la música de Sam Phillips grabó en esa pequeña habitación en Memphis! «Moanin’ at midnight», «Blue moon of Kentucky», «Milkshake mademoiselle»… ¡Es una lista interminable de grandeza, todo saliendo de una pequeña habitación!
Con los años, habéis ido depurando vuestro sonido. Antes era más sucio, más despreocupado. Ahora pulís mucho e introducís infinidad de detalles. ¿Es algo que surge en el momento de la creación o ya en la producción desde el estudio?
No creo que el sonido tenga gran importancia, excepto la de que todo tiene un sonido. Puede ser de baja fidelidad o de alta, pero debe asegurarse de tener un sonido que personalmente te resulte atractivo. Yo necesito escuchar la habitación, no me gusta el sonido claustrofóbico de la grabación moderna cuando no hay sensación de espacio físico entre los instrumentos. Se debería poder deambular dentro de una grabación. Creo que hay que apuntar a una especie de espacio físico que existe en la mente del oyente, y luego, más allá de eso, proyectar ese espacio mucho más abierto detallado con la letra. No soy una de esas personas que piensa que tienes que buscar sonidos específicos, pero creo que se necesita una calidad cinematográfica y una calidad poética en el sonido, y hay muchas maneras de conseguirlo.
Hemos hecho un álbum de un micrófono, A Season In Hull. Hemos hecho álbumes en máquina de cinta. Hemos utilizado estudios de lujo… Y, es solo mi opinión, pero no encuentro que los sonidos en sí sean interesantes, excepto como vehículo para que el espíritu humano se manifieste. Odio ese enfoque de la música, tipo: «Tomemos el sonido batería de Led Zep, agreguemos algunas trompetas de Stax y luego superpongamos el sonido del teclado de Eurythmics. ¿Y por qué no hacer que un maldito elefante haga explotar una nota sacada de su baúl? Porque Brian Wilson lo hizo». Yo no pienso en la música de nadie más cuando estoy grabando. Solo voy tras esta pequeña idea y, como digo, hay muchas maneras diferentes de sacar ese espíritu. Es muy fácil cometer un error y dejar que la grabadora se interponga en el camino. Pero tienes que intentar que tu pequeño espíritu atraviese la máquina y, de alguna manera, convertirte más en un pastor que en un científico. Ese es el ideal.
En el repertorio encontramos guiños a Syd Barret, William Blake, 13th Floor Elevators, Lou Reed, Dion & The Belmonts… ¿Es este trabajo un compendio de todo lo habita en vuestro imaginario?
Adoro a todas esas personas que nombras, pero también hay muchas otras cosas que me gustan que no han entrado en el álbum. Pero sí, supongo que muchas de mis influencias se perciben. Creo que eso es bueno, es bueno que una banda lleve sus influencias en la manga, pero no tienes que intentar que eso suceda aposta, solo hay que dejar que ocurra. Lo más importante es que permitas que esas cosas sucedan, en lugar de que tengas la intención de representarlas. No hay nada en común entre hacer un disco y hablar de un disco. Creo que Easter Everywhere, de 13th Floor Elevators, es un álbum muy bonito para la primavera, tiene la cualidad emocional de esa estación. Otro disco así es New Morning, de Bob Dylan. Más de estado de ánimo que de sonido, diría yo.
Las relaciones interpersonales, ya sean familiares, de pareja o incluso con uno mismo, son la clave temática del disco. ¿De qué manera se conectan todas ellas con los elementos de la naturaleza, tan presentes también en las canciones?
Siempre sé cuál es la escena donde se desarrolla la canción, la hora, el lugar, el clima y todo eso. Incluso si la canción le parece vaga a otra persona, sé por qué, sé lo que está pasando. Mi amigo Billy Childish siempre se burla de mí por lo que él llama «la basura de la corriente de conciencia de Jack Kerouac» en mis letras, pero personalmente me gusta eso. A cada uno le gustan unas cosas y creo que también es razonable si eso le resulta pesado o molesto a otra persona. Cuando tuve la idea de secuenciar las canciones de esta manera todo encajó. Ya sabía cuándo y dónde iban a tener lugar las canciones.
No es una pregunta fácil de responder, pero eso es porque me sale muy natural conectar esas cosas; desde el primer momento en que me siento a escribirlas, salen. Me temo que esta respuesta suena muy tonta pero, honestamente, todas las cosas salen de mí así. Es como dijo Jad Fair: «Abrir un grifo y que salgan las canciones». Luego te das cuenta de que algunas son malas, otras valen para entrar en un disco… pero esas que escribes, las que sean, debes mantenerlas en secreto -incluso con los chicos de la banda- porque pueden ser muy malas o que de diez versos escritos solo uno sea utilizable. Así que hay mucha edición, ¡mucha más que Kerouac! Se cuela mucha autocrítica y timidez, pero estas cosas son dañinas si las dejas entrar desde el principio. Al comenzar, tienes un papel en blanco y debes llenarlo de palabras, todo lo demás viene después.
Seguís dándole mucha importancia a la imagen. El trabajo detrás de cada videoclip vuestro es increíble. ¿Hay veces que la música se queda corta y es necesario completarla con visuales? El clip de «Blink the sun» nos lleva de viaje a la infancia…
Nina Garthwaite es quien hace esos vídeos, es realmente brillante. Amo su trabajo. Dicho esto, no creo que la música necesite elementos visuales, creo que lo que ves en tu mente puede llegar a ser mucho más interesante. El cineasta Robert Bresson dijo que los oídos captan cinco veces más información que los ojos. Aunque, desafortunadamente, los humanos siempre se sentirán más atraídos a la hora de usar sus ojos primero y confiar en ellos.
Sin duda sois una de las bandas más prolíficas de Reino Unido. ¿La inspiración llega sola o hay que trabajarla? ¿Os asusta repetiros o caer en la rutina?
No, no tengo miedo. Creo que la gente tiene mucho miedo de ser creativa y esta es una trampa en la que es muy fácil caer. Existe la suposición de que si eres creativo, debes ser muy arrogante. Y también sucede lo contrario, la gente piensa: «qué derecho tengo yo de hacer algo, si no soy lo suficientemente bueno». La verdad es que no hay que ser arrogante en absoluto, solo tienes que disfrutarlo; si lo disfrutas, lo haces y, si no lo disfrutas, haces otra cosa.
Personalmente estaría encantado de repetirme. Escucho a músicos que luchan a menudo con este problema porque, en primer lugar, no disfrutaron haciendo su música y, ahora, no desean repetir la experiencia. Están obsesionados con la idea de sí mismos como grandes genios, los grandes genios que creen que deberían ser, y ahora no son capaces de hacer frente a la presión a la que se han sometido a sí mismos. Todo esto no favorece a la creatividad. Es lo que Rick le dice a Morty: «¡La buena música proviene de personas relajadas!».
Es muy fácil tener miedo, pero también es muy fácil no tenerlo. Hay una bifurcación en el camino y puedes elegir qué camino tomar. Nadie puede detenerte, aunque seguro que muchos lo intentarán. Me gusta mantener todos mis canales abiertos durante una pequeña parte del año y, en este tiempo, escribo muchas canciones. Una vez que ha comenzado no puedo parar, soy Charles Bukowski, soy Bob Dylan, mi cabeza está llena de genio y poesía. Luego grabo todas las canciones y, entonces, me doy cuenta: no soy Bukowski, no soy Dylan, soy un tonto de Wymeswold, Inglaterra, y estas canciones son terribles. Luego se publica el disco y piensas: «No volveré a escucharlo en lo que me queda de vida». Pero a continuación nos vamos de gira y es muy divertido, bebo mucho tequila, toco muchos solos de guitarra y es un momento muy feliz. Después de eso me voy a casa y veo mucha televisión, especialmente me gusta ver billar.
Qué queda de los Wave Pictures de Just Watch Your Friends Don’t Get You (2003)?
Me encanta esta pregunta. A menudo pienso que lo más importante en el rock and roll es seguir viéndote a ti mismo cuanto tenías 15 años. ¿Qué diría mi yo de 15 años? ¿Lo he defraudado? ¿Me he vendido? ¿Sería un fanático? ¿Pensaría que soy idiota?.
Yo era un poco mayor cuando hice Just Watch Your Friends Don’t Get You, tal vez 18 años. No soy como esos músicos a los que nos les gustan sus primeras grabaciones, ¡a mí me encantan mis primeras grabaciones! Esos primeros años fueron geniales y me encantan las canciones que escribí en aquel momento. Tengo mucho amor también por mi hermano de otra madre, Franic Rozycki. Él estaba allí al principio, le enseñé a tocar el bajo porque era mi amigo y quería estar en mi banda. Y, tras todos estos años, continúa en ella y se ha convertido, probablemente, en el mejor bajista del mundo. Solo conozco a dos tipos que están en la liga de Franic con este instrumento: Phil Lesh, de Grateful Dead, y ese tipo en The Violent Femmes. Casi todos los demás bajistas del mundo son súper aburridos. Quizá también el de The Meat Puppets pero, de todos modos, Franic es mucho más bueno.
Supongo que me siento exactamente igual que cuando hice Just Watch Your Friends Don’t Get You, soy casi tan estúpido como lo era entonces. Me gusta tocar música tanto como entonces. No puedes pedirme que juzgue el resultado final, es muy probable que sea un mal juez de mi propia música; sin embargo, me siento en contacto con mi versión de 15 años y me siento en contacto con mi música, mi juventud y mi inspiración.
¿Hacia dónde os dirigís estilística y conceptualmente?
Creo que vamos a sorprender mucho a todos. Creo que vamos directos a la cima. Quiero decir, encabezar tragaperras en Glastonbury y residencias en Las Vegas. Traeremos a Britney Spears como banda de apoyo. Va a ser muy sorprendente: hombres de 40 años con camisetas y jeans en la parte superior de las listas. Al igual que Grateful Dead, crearemos toda una cultura a partir de los cientos de personas que quieren venir a vernos. ¡Y todo esto lo haremos sin cambiar en lo más mínimo! ¡El mundo cambiará a nuestro alrededor!
Texto: Sara Morales