La conexión entre el rock y el arte es indiscutible. De hecho no discutiríamos, la mayoría de lectores de esta revista – o al menos eso espero – que el rock es arte, en muchas ocasiones. Aunque no es eso lo que pretende este lujoso volumen a todo color, originalmente publicado en italiano en 2018, sino relacionar disciplinas artísticas con nuestra música favorita, cosa que hace claramente con ocho apartados: carátulas o música para mirar, el rock y su relación con la poesía, la pintura, el teatro y la danza, la cartelería, la fotografía, logos y memorabilia, cine, moda y un muy especial capítulo con rockeros que hacen sus pinitos en otras áreas artísticas. Nada de esto podría tener valor si la presentación de la obra no fuera como es. Buen papel, buen tratamiento del color, y excelente maquetación con bloques, anécdotas destacadas y detalles varipintos que hacen la lectura mucho más amena. Está lo que esperan, claro. Léase Andy Warhol, Pink Floyd, Allen Ginsberg , Jim Morrison o la portada de Sgt. Pepper’s, pero me atrevo a decir que también van a encontrar un buen número de cosas que desconocían. Entre estas, y el valor de recordar algunas no por sabidas permanentes en nuestra memoria lo convierte en una de las ediciones musicales del año. Espléndido, a todas luces.
Eduardo Izquierdo