Revisando los créditos de este debut, uno se encuentra con Conor Riley y Brian Ellis, dos viejos conocidos de los aficionados a los sonidos setenteros, como nombres al frente de Astra. La banda de San Diego, que hasta donde sabemos sigue en activo, nos dejó dos lejanas perlas de psych prog –The Weirding (2009) y The Black Chord (2012) -a revisitar con frecuencia. Escindidos sin disolverse, los dos músicos reclutaron a sendos colaboradores ajenos para este proyecto que acaba de editarse. Y a falta de saber si convivirán ambos, lo que está claro es que Born es otra muestra del talento de esta gente para revivir el hard progresivo de los setenta, sin que -por suerte- huela a polil ni alcanfor.
Un álbum mayormente aposentado sobre el hammond y el mellotrón, con pasajes instrumentales absolutamente bárbaros ya sea desde lo frágil, ya desde lo contundente. Las guitarras, ácidas pero no pasadas de rosca, están en su punto justo, al igual que las partes vocales, reminiscentes de los nombres más clásicos del RPI. Difusamente dividido en dos mitades, los tres primeros temas («Born», «Descending Us» y «For Yesterday») mantienen un tono ligeramente melancólico, tanto en instrumentación como en melodías. Nada que se pase de pastoral, pero sí son tres piezas de esas que los cursis (presente) suelen tildar de “evocadoras” cuando no tienen el diccionario de sinónimos a mano. Pero si hasta aquí se cernía mayormente la sombra de Camel, Yes o PFM, a partir de «Cosmic Tears» entran en escena otros nombres como Atomic Rooster o King Crimson. Como si de nubarrones vespertinos se tratara, las guitarras piden paso y la música se vuelve más sombría, tirando hacia el jazz rock y demás paisajes experimentales, aunque de nuevo, sin pasarse de frenada.
El conjunto, sobrio en minutaje (cuarenta minutos en los que no sobra ni falta nada) empuja al replay en cuanto suena la última nota. Y eso, y más en un disco del género, es siempre señal de que se han hecho las cosas bien. Y jugando como tantas veces al examinador sin carnet, le cascamos un notable muy alto. Rozando el nueve.
Eloy Pérez
