El pasado 16 de julio de 2019 reseñé el paso de la banda por la ciudad y en el mismo festival. Aquí, en esta misma web. Y la leo antes de reseñar que aconteció ayer noche en el mismo recinto y el mismo festival. Y salvo, algunas canciones, podría explicar de nuevo lo que ya escribí y ya ocurrió. Fue un deja vu. Pero vamos a intentar aportar nuevas reflexiones. Y es que, ante la enésima visita a la ciudad de una banda a la que le llaman “The Beach Boys” y con el reto de explicarles que aconteció anoche (que se me antoja complicado). En realidad, uno puede afrontar la reseña de dos formas bien distintas. O bien como aficionado a tomar el aire una calurosa noche de verano y disfrutar sin complejos ni prejuicios de un cancionero irrefutable con dos miembros “originales” (Mike Love y Bruce Johnston y a los que hay que sumar una banda de buenos músicos asalariados); o bien como un melómano sesudo sabedor de la historia de la banda y que como lema principal utiliza siempre la misma frase: sin Brian Wilson no hay Beach Boys.
Quizás si están leyendo esta reseña en nuestra web es que la música forma parte de su vida Pero, ¿por dónde tiramos? Elijan Vds. Yo les contaré qué ocurrió, que sonó, que vi y como lo pasé y en función de donde se coloquen uds. ante las dos anteriores disyuntivas podrían hacerse una idea. Me pasé prácticamente todo el concierto fijándome en las imágenes de la pantalla colocada tras los músicos. Quizás no hace falta añadir mucho más. Se me entiende, ¿verdad? Imágenes en color de los chicos, imágenes en blanco y negro, con los Beatles, coches, surfistas, actrices, en definitiva el American way of life que nos vendió Hollywod.
Nostalgia y adoración por músicos que ya no están (Carl y el gran Denis Wilson), y también veneración a uno de los mayores talentos musicales del siglo XX. Sí, han adivinado. Brian Wilson. Y en definitiva, ¿por qué me fijaba poco o muy poco con la banda que estaba encima del escenario? Porque no son los Beach Boys. Y punto. Son una correcta banda de versiones de temas de los Beach Boys. Ya está, lo he dicho. Sin complejos y no pasa nada. Razonado lo anterior, el cancionero es irrefutable, imbatible, bien cuando repasan sus clásicos (Good Vibrations, God Only Knows, Surfin’ USA, I getta round, Dance , Dance, Dance, etc. ) o cuando hacen covers de Chuck Berry (Rock and Roll Music); Rockaway Beach (The Ramones) o la famosísima Barbara Ann de los Regents.
Mike Love sigue empecinado a ser el más cool y simpático cuando todos, sí, todos los sesudos melómanos sabemos la verdadera historia. Y también en interpretar y destrozar una vez más uno de los mejores temas de la historia. Here Comes The Sun de los Beatles aka George Harrison. Lo hicieron en 2019 y volvió a ocurrir tres años después. No aprende. En definitiva, una azucarada verbena nostálgica con buena música pero, sinceramente, ni “chicha ni limoná”. Aún así lo pasamos bien, y de eso se trataba.
Texto: Jordi Sánchez
Fotos: Fernando Ramírez
Una vez más, el mismo deja vu…
Todo el peso recae sobre la falta de Brian Wilson en el escenario.
Veamos, para empezar el que Brian sea quizás el mayor genio musical pop del pasado siglo es una cosa y otra es concatenar todo tipo de conclusiones respecto los Beach Boys por ello. Pero bueno, es más de lo mismo, el discurso fácil.
Lo primero que hay que recordar es que Brian desde el 64 dejó de ir a giras y actuar en los conciertos de los Beach Boys. Queda claro entonces que el no estar Brian en los escenarios sería lamentablemente lo más habitual en la historia de los Beach Boys.
Segundo, de los 5 restantes, 2 están fallecidos hace décadas (83/98) y 2 estuvieron en el concierto. Por lo tanto de los 3 esperables, había 2,….no está nada mal.
Tercero, esos “músicos asalariados” en algún caso llevan más de 30 años tocando con los Beach Boys….démosles algo de esencia en el grupo, que menos. Que grupo hoy en día no actúa con apoyos en instrumentos.
Cuarto, guste o no, sea talentoso o solo showman, Mike es parte, causa, aportador y escritor al igual que Bruce de muchos temas, seguramente los más simples y fiesteros pero no por ello, deja de ser parte. Tan triste es no poder disfrutar de la voz de Carl en el Good Only Knows como carecer de la de Mike en la mayoría de temas rock-surfers. Algo falta de los Beach Boys sin Brian y algo sin Mike, así de simple.
Tampoco hay que olvidar que el equilibrio entre calidad musical, diversión y sensaciones, es la clave de los Beach Boys, y esa idea hace que por ejemplo sea maravilloso ver a alguien de 81 años cantando el Rockaway Beach de los ramones, (cerrando el circulo de dedicatorias mútuas). Dado que el rock en especial en directo es también pulsión con independencia de lo demás.
En resumen, simplismo teórico e ignorancia práctica de lo que son los Beach Boys. Ver a 2 miembros originales de 81 años, dando dos horas de concierto es ejemplar. Indicar que es un grupo de versiones es sencillamente falta de chicha y limoná en la capacidad de entender a este grupo.
César