A pocas semanas de su concierto en el Estadio Olímpico de Barcelona el 29 de julio, asistimos el concierto de Berlín y podemos garantizar que en esta gira no defraudarán a nadie.
Iron Maiden, el nombre es sinónimo de Heavy Metal. Para los que crecimos en los años 80 con los pósters de Maiden colgados en las paredes de nuestra habitación, cada nuevo show es una ceremonia y un reencuentro con el adolescente que fuimos y que -por suerte- en el fondo no hemos dejado de ser.
Una cita con Iron Maiden es además contemplar el asombro de los que participan por primera vez del ritual y comprueban que todo lo que ha quedado plasmado en los discos es real: vitalidad, ingenio y entereza.
El espectaculo actual es una cruza entre película de terror de la Hammer, novela histórica y musical de Broadway. Fuego, samuráis, candelabros, capas, espadas, aviones y el eterno Eddie nos sorprenden y emocionan mezclándose en un teatro macabro del cual el canto atronador de los veinte mil presentes es parte fundamental.
Imagino la satisfacción que los Irons deben sentir cada noche sabiendo que han llegado ha donde están en sus propios términos, bajo sus propias leyes. El secreto de su éxito quizás sea que han encontrado la fórmula para disfrutar a pleno lo que hacen. La camaradería se siente en cada momento y la complicidad es sincera en las bromas que se hacen unos a otros en el escenario. Esta fraternidad se extiende a nosotros, su legión, hermanos de sangre bajo el cielo púrpura del crepúsculo.
Esta noche le presto especial atención a Nicko McBrain y mientras escucho su precisión y fantasía en la batería, recuerdo nuestro encuentro en una pizzería de Buenos Aires. Un gran tío Nicko, el verdadero corazón de Iron Maiden.
Reunirse con Iron Maiden es, a su vez, constatar que el tiempo no se detiene. Los rostros de nuestros héroes ya lucen orgullosos arrugas, pero jamás han perdido la expresión juvenil. Lo que nos entregan en cada ocasión es un gran regalo y una verdadera enseñanza: Vivir cada día al máximo, con la curiosidad y el entusiasmo de un adolescente, con valentía, integridad y perseverancia.
Texto y fotos: Nicolás Coitiño
www.ironmaiden.com/tours/legacy-of-the-beast-tour-2022-2022
