Los Fusiles nos sorprenden en su nuevo tema, «Que no se acabe nunca», con la invitación a un nostálgico baile
Tan solo dos discos («¿Quién le escribe al coronel?» y «Victoriosa») han necesitado los Fusiles para, evocando a lo más granado del sonido castizo, construir una impronta lo suficientemente significativa como para alzarles hasta los puestos privilegiados de la escena roquera interpretada en castellano. Una carrera a expensas de recibir la noticia de la aparición de su tercer trabajo, del que ya contamos con algunas, pocas, noticias; la más relevante el lanzamiento de su single de adelanto, «Que no se acabe nunca», que ha contado con la buena labor del diseñador Rubén Suárez Sousa, partiendo de un fotograma de la película “Los amantes de la noche” (1948), para realizar su portada.
Un tema que pese a contener ciertos elementos distintivos de la formación andaluza, nos sorprenden escondiéndolos bajo una base instrumental que se rige por decálogos alejados de la firma de las guitarras eléctricas, siendo sustituidas por un ambiente que decide acercarse al funk, al soul o al pop más melódico con aires incluso latinos. Un contexto que nos sitúa en esos años setenta tardíos de pequeñas discotecas y febriles noches. Una sonoridad que para alcanzar toda su envergadura ha contado con la colaboración de Pilar Angulo (coros), Javi Cambra (saxofones), Jesús Chávez (arreglos de cuerda) y Guillermo Luceño (percusión). Un equipo completado por la grabación de Jesús Chávez en Pelícano Estudio (Sevilla) -quien también se ha hecho cargo de la mezcla y masterización- y de Quique Ruiz en Bala Errante Estudio (Sevilla),
Respecto al contenido lírico del tema, que exhibe un fraseo de tono nostálgico que choca con un armazón musical más jovial, es el guitarrista, cantante y compositor Pablo Cuevas, que junto a Quique Ruiz (guitarras), Juanlu Cordero (bajo) y Pablo Guinea (batería) configuran la alineación de la banda, el que explica a la perfección esa doble sensación plasmada: “El texto nos habla sobre una especie de canto de cisne hedonista de una pareja que disfruta del momento ajena a elementos externos y yugos sociales. Precisamente, el saber lo efímero del momento es lo que les hace sentir tanto placer ante el anhelo de lo eterno. El ser narrado en tercera persona daba más herramientas para recrear uno de esos instantes mágicos que pocas veces, y con candil en mano, se nos aparece.»
De momento pocos secretos más conocemos de un trabajo que será editado en la parte final del año y que como nos confiesas los propios autores, su carta de presentación juega al despiste: «Nos pareció buena idea lanzar como primer single una canción que poco tuviera que ver con lo que venimos haciendo estos años atrás. Aunque, como ya verán cuando salga el disco, seguimos insistiendo en nuestro ADN rockero.” De momento, y a la espera de la llegada a nuestras manos del resto de su contenido, seguiremos imaginándonos envueltos en el humo de esas soñadas noches donde la diversión, pese a estar anclada al yugo de la realidad, conserva su vestido de eternidad…
Texto: Kepa Arbizu
