Encuentros

Social Distortion, una institución del punk americano contra pronóstico

 

El Covid se llevó por delante muchas cosas y personas, música en vivo… y la primera versión de este artículo, iniciado en 2019 para celebrar las cuatro décadas del grupo y el nuevo disco que se estaba gestando ya entonces. Pero sin más noticias y con actuación programada para el Azkena 2020, decidimos aparcarlo unos meses, finalmente tres años. Tenemos de vuelta a Social Distortion y a Mike Ness al teléfono. Y le esperamos en el Azkena 2022. Still Alive.

VIVO Y COLEANDO

“Recuerdo cuando éramos jóvenes / y me decías que estaba acabado / Caminaba por el bulevard / con la cabeza gacha / Y con los rumores circulando / Yo estaba de vuelta / luchando las mismas guerras / Tenía que poner las cosas en su sitio // Y aún estoy vivo / Sobreviviré / Puedo tomar lo que la vida me depara / Sólo necesito un poco de tiempo (…) / Y los tiempos han cambiado, amigo / Estaré aquí hasta el final / con una guitarra en mi mano / Aún un poco más orgulloso / He ido al infierno y regresé / No me caeré del camino / Desde la última hasta la primera página / desde las cloacas al escenario”. «Still Alive», el tema que cierra el último disco de estudio de Social Distortion hasta la fecha (Hard Times and Nursery Rhymes, 2010) es tan autobiográfico como toda la obra de su líder, Mike Ness.

Aunque nacido en Lynn, Massachussets (1962), una localidad costera de cien mil habitantes cercana a Boston, Ness creció en Fullerton, un municipio similar en la otra costa, en el Orange County californiano, donde sus padres se trasladaron al poco de dar a luz para esquivar la fama de ciudad peligrosa que por entonces tenía Lynn. Fullerton es también el hogar de las guitarras Fender, así que peligro y rock’n’roll son dos palabras unidas al líder de Social D.
A los 15, el joven Mike ya abusaba del alcohol y jugueteaba con las drogas, y hartos de él, sus padres depositaron sus cosas en el porche y a la calle. Como multitud de chavales a finales de los 70’s y principios de los 80’s, él vio también en la música una forma de gritar contra el sistema.

La palabra punk llevaba unos años circulando, y junto a su hermana hardcore, cuyos máximos exponentes en la zona serían Adolescents, Black Flag, Circle Jerks, Dead Kennedys o T.S.O.L, darían lugar al subgénero SoCal Punk (Southern California Punk). Para todos ellos, o la mayoría de ellos, ser punk no implicaba ser unos descerebrados violentos y rompe-vasos; era una forma de mostrarse orgullosos y mostrar al mundo una actitud para cambiar las cosas. Sus inquietudes no se reflejaban en la música que sonaba en la radio y quién mejor que ellos mismos como protagonistas de los cambios necesarios según su visión. Sus inicios quedaron bien documentados en el documental Another State of Mind (1982).

Se embarcan en su primera gira por Estados Unidos y Canadá gracias al impulso de Shawn Stern, líder de Youth Brigade y de la Better Youth Organization, una asociación creada para impulsar una imagen positiva de aquellos jóvenes punks y desplegaron las bases del DIY (Do It Yourself): sello, promotora, medio de comunicación… fanzinero, claro está… Era 1982 y Social Distortion llevaban dos años y medio como banda, y durante aquellas cinco semanas con algo más de 30 bolos programados, recorrieron en un viejo bus escolar no sólo el país, sino la experiencia y los altibajos de la vida en una banda sin ingresos.

Junto a Mike, formaban aquella segunda encarnación de Social Distortion Dennis Danell (guitarra), Brent Lyle (bajo) y Derek O’Brien (batería). Hablamos de la segunda, porque en el momento fundacional, hacia 1979, además de Ness estaban los hermanos Frank y Rikk Agnew y el batería Casey Royer. Todos ellos dejaron tirados a Mike para dar forma a Adolescents en 1980, hecho incomprensible porque todos compartían fiesta continua en el apartamento oscuro de Ness, como quedó inmortalizada en la canción «Kids Of The Black Hole», del debut de Adolescents. «Mommy’s Little Monster», que daría título a su primer LP (1983), ya formaba parte del repertorio, pero durante aquella gira se gestó otro de los primeros clásicos de SD: «Another State of Mind», que daría título al documento visual de aquel tour.

De todas formas, los recuerdos de aquella gira pasan por un joven Mike bastante bebido; una pelea en NYC con miembros de Agnostic Front y sus seguidores; un tour bus estropeado dia si, dia también; y una segunda formación de SD que dejó de nuevo tirado a Mike, Dennis Dannell entre ellos.

El grupo se separa en 1983, Mike va entrando y saliendo de la cárcel, colgado las más de las veces… hasta que a los 23, sobrio y limpio de otras sustancias, decide dar un paso al frente y tomar los mandos de su vida y su carrera. Llama a Dennis y reforman la banda con renovada sección rítmica en la que John Maurer se ocupa del bajo durante los siguientes 20 años. Y en 1988 publican Prison Bound.

Maurer se unió a la banda como bajista en aquella tercera encarnación, hacia 1983. Conocía a Mike y Dennis del instituto. Tras veinte años, decidió apearse para dedicarse a otras cosas, justo tras grabar Sex Love & Rock’n’Roll. Su sustituto temporal fue Matt Freeman, para unas actuaciones mientras Rancid decidían ponerse en marcha de nuevo. Desde entonces Brent Harding, que había tocado con Deke Dickerson y con Mike Ness en sus giras en solitario, se hace cargo de las cuatro cuerdas.

UNA INSTITUCIÓN PUNK
El tercer y homónimo disco de la banda (1990, primero con Epic/Sony) fue el disco que cambió su status. Se colaron por primera vez en el Billboard americano y canciones como «Story of My Life», «Ball and Chain» y la versión del popular «Ring of Fire» de Johnny Cash sonaron en bares y emisoras a lo largo del país. “Cuando empiezas siempre sueñas con firmar con un gran sello, y llegar a más público, porque estando aquí en California, cómo íbamos a llegar al público de Virginia, o Texas, o de España. Tú sólo eres un músico y no sabes cómo puedes llegar a más gente a menos que salgas de gira. Lo que nos consiguió la multinacional fue elevar nuestro perfil, que sonáramos más en la radio, y por supuesto, conseguimos más dinero, así que pude dejar mi trabajo diario y concentrarme sólo en la música”.

En 1992, Bruce Springsteen declara que Somewhere Between Heaven & Hell (Epic) es su disco favorito del año (años más tarde colaboraría en el debut en solitario de Ness, Cheating At Solitaire de 1999, y compartirían escenario en diversas ocasiones). En 1993 empiezan a escribir los primeros temas que darían forma a su siguiente disco, White Light, White Heat, White Trash (Epic, 1996). Para entonces cuentan con unas cuarenta canciones, algo impropio del grupo. Al final escogen once propias más una durísima versión de «Under My Thumb» de los Stones para el CD, que llevaban tocando una década en vivo y ya grabaron en los 80’s (esa primera versión de estudio aparece en el recopilatorio Mainliner de 1995) y publican el disco más áspero, crudo y peligroso que cualquiera de su carrera.

Tras una década alejado de las drogas y el alcohol, Ness tiene las ideas claras y su mente va despejando recuerdos del pasado que va volcando en las canciones. En aquella época, un Ness soltero aún lidiaba mal con sus sentimientos y eso se refleja en muchas de las canciones. Cuando escuchas «Dear Lover» no esperas que Ness venga a traerte unas flores precisamente. “No la escribí precisamente tras una ruptura, pero ya me sentía así. No he necesitado ni que me rompan el corazón para sentirme así. Lo que estaba haciendo no funcionaba. Era una forma de despedirme de ese tipo de vida porque realmente no me estaba deparando ninguna felicidad. Es algo que todo el mundo atraviesa y quería pintarlo de la forma más detallada”, explicó en 2016 al magazine del Riot Fest.


Es en aquella época cuando el rockerío español empezamos a conocer a Social Distortion gracias especialmente a un par de giras en menos de 6 meses. Recién lanzado el disco, en septiembre, se anuncian por aquí en octubre 1996 (con Passion Fish y Happy Meals) y en Marzo 1997 (con Swingin’ Utters), con la mencionada «Under My Thumb» abriendo sus bolos. Apenas seríamos 150 personas en su primera visita al Garatge barcelonés y tal vez 300 la segunda en la misma sala, pero recuerdo como si fuese ayer aquél puñetazo en la cara. El disco me había entusiasmado, pero tras verlos no una, sino dos veces casi seguidas en directo y a un metro del escenario, mi devoción por SD fue definitiva. Yo no vi a los Clash en vivo en su época, aunque sí a Joe Strummer con sus Mescaleros años después tocando «Safe European Home». Bien, pues para mi aquellos conciertos de Social Distortion en Garatge fueron el equivalente a haber visto a la legendaria banda británica en su momento de gloria.

Con cuarenta años de carrera y bajo una ética de trabajo e integridad a prueba de bombas, Social D. son una institución del punk americano contra todo pronóstico. “Solía fijarme en bandas como The Clash y los Ramones, y eran instituciones para mi. No creo que haya nada malo con ello”, apunta Mike. “Realmente no diría que somos una banda mainstream. Sí somos populares, pero ciertamente no somos estrellas del pop”.

A lo largo de su carrera las cifras hablan de más de 5 millones de discos vendidos, que les han reportado 3 discos de oro. Hard Times and Nursery Rhymes (2011, Epitaph), debutó en el nº4 de las listas americanas. White Light, White Heat, White Trash (1996, Epic) lo hizo en el 27 y Sex, Love And Rock’n’Roll (2004, Time Bomb) en el 31. De entre sus canciones, «Bad Luck« (1992) y «I Was Wrong« (1996) se colaron en el Top 5 de las listas de singles.
En 40 años, dejando de lado 2 directos 2 compilaciones y 2 de Ness en solitario, han publicado sólo 7 discos de estudio, los dos últimos uno en cada década. “Bueno, no es que tarde diez años en hacer un disco.

La gente realmente no se da cuenta de que somos una banda muy ocupada que gira constantemente, estamos siempre girando, y es duro grabar un disco cuando estás en la carretera. Yo no escribo cuando estoy de gira. Tengo ideas, y escribo canciones, pero para acabar las cosas, y escribir las letras, necesito dejar de girar y entrar casi en modo aislamiento. Empecé el trabajo hace un par de años, antes del Covid. Empezamos la pre-producción para el álbum, y luego todo se detuvo, así que me lié con otras cosas y ahora estoy retomando aquello donde lo dejé. Justo ahora estoy buscando un productor para el álbum”. De la última producción se encargó él mismo, y afirma que si no da con el tipo correcto que le ayude a mejorar las canciones, tomará él los mandos de nuevo.

Al preguntarle por alguna eventual box-set con todo el material inédito que tiene, Ness da una primicia: “Esto es casi un secreto: me estoy reservando un montón de canciones porque quiero sorprender a todo el mundo y publicar un disco al año próximo y otro al siguiente”. En octubre entrarán en el estudio y su nuevo trabajo verá la luz en la primavera del 2023. El siguiente pues, en el 2024.

UNA BANDA DE GUITARRAS Y… BATERÍAS
Mike Ness es ante todo un guitarrista. Lo de cantar fue casi por necesidad. En su primera banda el cantante era, según cuentan, un tipo alto y desgarbado que jugaba a baloncesto. En su siguiente banda, cuyo cantante desafinaba, Ness tuvo que coger el micro un dia que el vocalista no acudió a un show, y al tipo ya no le llamaron más para los siguientes bolos.
Muestra de su rol a las seis cuerdas, recientemente ha alcanzado un acuerdo con Gibson para crear un modelo con su propia firma, la Mike Ness 1976 Les Paul Deluxe, de lo que se siente orgulloso. “Queríamos hacerlo y lo creas o no, fue Gibson en Alemania la primera que dio pie a ello, pero finalmente Gibson América también quería hacerlo y estoy feliz de que haya salido adelante. Sé que adquirir una Les Paul como esta no es barato [8.999$], es más bien para coleccionista, y espero que podamos hacer algún tipo de versión más barata”.

Como guitarrista, ha desarrollado un estilo propio, que me recuerda al de Springsteen sobre todo en los solos. “Probablemente mi forma de tocar se debe a mis propias limitaciones. En lugar de volverme loco tocando rápido, y con escalas de blues y solos arriba y abajo, y cosas así, tuve que confiar más en las melodías, y tuve que crear cosas más basadas en la melodía vocal. Muchas veces hay algo en la canción que ya está allí, y te apoyas en ello”.

 

Mike Ness

Relevante fue el fallecimiento en 2000 de su compinche Dennis Danell a causa de un aneurisma cerebral. Poco antes, Dennis y su mujer esperaban un hijo y Mike ya había hablado con Johnny “Two Bags” Wickersham para que éste ocupase el lugar de Dennis durante el que iba a ser el tramo final de la gira de White Light. Johnny era otro punk rocker del condado naranja que había pasado por varias bandas como sus Cadillac Tramps, los US Bombs y, en aquel momento, en Youth Brigade. La prematura muerte de Dennis propició la entrada definitiva de Johnny en la banda, pero no en la gira prevista, sino en un concierto benéfico a favor de la familia de Danell.

Ahora, con más de 20 años en SD, Johnny ha aportado un plus de calidad instrumental y como arreglista, cuya imagen y estilo rítmico se ha demostrado encajar a la perfección al lado de Ness. “En primer lugar él escribe grandes canciones, por ejemplo escribió conmigo «Angel’s Wings» [y «Machine Gun Blues» y un par más en cada uno de los últimos discos],… es bonito tener a otro tipo en la banda que, especialmente en tema de guitarras, puede complementar mis carencias. Casi me cortaron un dedo cuando tenía 18 años y nunca fui a rehabilitación, así que mi modo de tocar la guitarra es limitado y tener a alguien al lado capaz de utilizar los cuatro dedos para hacer texturas, o un buen trabajo en los solos… Claramente, aporta más texturas a las canciones”. En solitario, Wickersham ha publicado además un disco fabuloso de rock americano, Salvation Town, con colaboraciones estelares de Pete Thomas (The Attractions), David Hidalgo y Steve Berlin (Los Lobos), Jackson Browne y David Lindley.

Donde Social Distortion han tenido un endémico problema es en el puesto de batería. Por sus filas han pasado nada menos que diez, entre los cuales Casey Royer (Adolescents, D.I / SD 1978-1980), Derek O’Brien (D.I, Agent Orange / SD 1981-1984), Christopher Reece (The Lewd / SD 1984-1993), Randy Carr (7th Grade, 16 Tons / SD 1993-1995), Chuck Biscuits (D.O.A., Circle Jerks, Black Flag, Danzig / SD 1996-1999), Chalo Quintana (Cruzados, Cracker, Izzy Stradlin & The Ju Ju Hounds… / SD 2000-2009), Atom Willard (Rocket From The Crypt, Danko Jones, Against Me / SD 2009), Josh Freese (Vandals, Guns n’Roses, A Perfect Circle, Offspring… / SD 2010), que grabó también en los discos de Ness en solitario, y durante un mes Scott Reeder (Fu Manchu / SD 2010). La última década, con la incorporación de David Hidalgo Jr. (Suicidal Tendencies, The Bronx; hijo del líder de Los Lobos, David Hidalgo) la formación parece estable y compenetrada.

BAJO INFLUENCIAS
Ness es un clásico moderno, un compositor que ha sabido aunar la furia del punk con el clasicismo del country y la vitalidad del rock’n’roll de los 50’s. Consciente o inconscientemente, en su música y sus letras resuenan Cash, Springsteen, Tom Waits y la tradición irlandesa (recordemos que nació en la bahía de Boston). Románticos perdedores, nacidos para correr. Hay quien lo ha bautizado como heartland punk, y junto a él, tenemos otros ejemplos, como Laura Jane Grace (Against Me), Brian Fallon (The Gaslight Anthem) o Ben Nichols (Lucero), quienes al frente de sus respectivas bandas han grabado un buen puñado de discos que parecen beber de la misma tradición que Mike Ness. Pero claramente las influencias más reconocidas por Ness son Johnny Cash, Hank Williams, The Clash, Ramones, New York Dolls o los Rolling Stones.

De los Clash, Ness veía que tenían éxito, autocares de gira y roadies, y vestían cool. De los Ramones, New York Dolls o Iggy Pop admiraba su capacidad para crear espectáculo y ese ritmo rockandrollero incesante que no da tregua al cuerpo. La conexión Dolls quedó patente hace un lustro, cuando asumió el papel de Johnny Thunders en los conciertos de homenaje al mítico disco L.A.M.F organizados a finales de 2017 por el guitarra de los Heartbreakers Walter Lure y con Paul Cook (Sex Pistols) y Clem Burke (Blondie) en la banda.

Hablamos de los Stones y la pérdida de Charlie Watts. “Quedé devastado al escuchar la noticia porque ha sido uno de mis ídolos desde pequeño. Muy, muy triste. Ya sabes, sé lo que es perder a uno de los miembros de tu banda”. Y también sobre la autocensura que los se aplicaron en su última gira americana, apartando «Brown Sugar» del repertorio. Mike duda antes de responder. “Realmente son tiempos duros éstos y no sabes si es conveniente o no decir ciertas cosas… No sé, no estoy necesariamente de acuerdo con ello, pero si eso va a ofender a alguien puede entenderlo.

Mira, tenemos ahora una canción en el set llamada «Born to Kill», y son palabras que pueden provocar miedo en estos tiempos, por los tiroteos y todo eso, pero la canción no va de esto. La canción es sobre la revolución, y cómo la gente tiene que ir a muerte por lo que quiere. Es como una metáfora, sabes, pero es arriesgado, ya sabes… Pero yo no voy a cambiar esto sólo porque me preocupe ofender a alguien. Tengo claro el mensaje y no trata de coger un arma y matar a alguien. Estoy hablando de rock’n’roll, como si eres un animal de rock’n’roll y vas a muerte con ello.

Posiblemente sólo ha escrito un par de canciones con claras connotaciones políticas, «Prison Bound», entorno al sistema penitenciario, y «Don’t Drag Me Down», sobre el racismo, escrita tras observar la actitud racista incluso en conciertos punk durante sus anteriores giras. Una crítica abierta al racismo endémico de su país y la restricción al voto de las minorías que el propio Ness considera vigente veinte años después. Justamente sobre eso, en 2018, se lanzó sobre el público en un concierto para atizar a un fan que profería gritos pro-Trump.

Ness cree que son tiempos para expresar más abiertamente sus posiciones políticas. “Están cambiando muchas cosas. Leo mucho y me intereso por todo esto que las corporaciones están intentando hacer, para matar la democracia e intentar controlar a los seres humanos. Lo veo obviamente aquí, pero veo también que es a nivel global. Así que tengo que decir algo, no puedo permanecer silente. Voy viendo como la libertad va desapareciendo y si nosotros no luchamos contra eso nos vamos a convertir en robots”.

NO SOLO DE MÚSICA VIVE EL HOMBRE
Una empresa, un ente o una banda, como es el caso, se consagran como instituciones por su obra pero también por su imagen. Preocupado por su imagen, el joven Ness ya lucía sombrero y rímel caído en sus primeros tiempos, según él para generar un sentimiento de compasión entre la audiencia. Sin duda, el simbolismo que acompaña a SD ha contribuido a cimentar su reputación en el rock’n’roll estadounidense. Guitarras, gangsters, altares, coches, vestuario de currante…

En White Light combinó imágenes de Pin-Ups con imaginería religiosa para acompañar visualmente el disco pero, no, ni Betty Page era la Virgen María ni Ness había visto al Señor. “Creo que hay una diferencia entre religión y espiritualidad, y esto segundo es lo que me interesa. Colecciono arte católico porque tiene mucho simbolismo. No es malo que la gente sea religiosa, pero para mi no es más que un símbolo”, nos contó en aquella entrevista de hace años. En la portada de su penúltimo trabajo, en el altar está lo más sagrado: su Les Paul.
Posiblemente, que sus lanzamientos estén temporalmente tan espaciados se deba a sus múltiples aficiones e intereses. Mike sigue ocupado con su banda, pero están la familia y varias cosas más. En los últimos tiempos ha cimentado su pasión por la estética partenariando con diversas compañías. Con Madson Of America para crear una colección de gafas de sol que incorporan su logo con el esqueleto “Skelly”, con dos modelos: el Classico y el Memphis (hey! también hay unas Black Sabbath, si eres fan!).

También impulsó con un colega la empresa textil, Black Kat Kustoms, un proyecto al servicio de su pasión por el diseño gráfico y la reconstrucción de coches y motos antiguos.
Porque a lo que sigue dedicando parte de su tiempo es a restaurar coches antiguos, de los que posee cinco actualmente: un Ford ‘36, un Pontiac ‘55, y un par de Chevrolets del ‘47 y del ‘54 y un Chevrolet Impala del ‘60. Esa pasión le llevó a fundar de joven el Lonely Kings Car Club, que estuvo activo hasta 1996. Dijo en una entrevista (en los extras del video Live in Orange County) que no lleva música en sus viejos coches, porque como músico, la música está en su cabeza y prefiere escuchar el sonido del motor. Como anécdota reciente, en el bis de su concierto en el Berkeley del pasado octubre, emulando a Rob Halford pero con cuatro ruedas, subió al escenario rugiendo motor un 1946 Plymouth Deluxe. Si lo asienta como parte del show, el espectáculo está asegurado.

Así que a sus 60 años, y adicto a la práctica del boxeo, Ness se siente tan en forma o más que a los 40 y dispuesto a rockear duro durante los próximos años.

Texto: Félix Ortega

 

 

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