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Shawn James – Sala Azkena – BBK Music Legends Warming Up (Bilbao)

Hace tres años que Shawn James nos visitó por última vez. La pandemia hizo que se cancelara la visita que tenía prevista para el viernes 20 de marzo de 2020 en esta misma sala. Y nos obligó a muchos sacrificios, sufrimientos y planteamientos vitales de todo tipo. Y si hace tres años decíamos por aquí que nos hacía falta un Predicador que nos guiara por el Valle de las Sombras… este ha vuelto. Y de qué manera. Con dos discos nuevos bajo el brazo, con una banda en directo que suena como tiene que sonar y con ganas de cantar a la vida aunque sea a veces con oscuridad y redención.

El de Chicago comenzaba la gira española en la Sala Azkena, con tres fechas más por delante y con un concierto enclavado dentro del ciclo “Warming Up”, que precede al Festival BBK Music Legends (ojo a su cartel, con alguna fecha exclusiva por estos lares), y para abrir boca se ha traído a su amigo Baker. Un compinche de correrías (se le puede ver en alguno de los videos de Shawn) que ha pasado por esas vicisitudes de la vida (ciertos enganches a sustancias, problemas con los agentes de la autoridad, etc…) que hicieron que acabara combatiendo en Afganistán hasta dormir en el sofá de su amigo. Vamos, que bajo el nombre artístico de Gravedancer es otro que purga sus pecados de juventud de la mejor manera posible, contándolo todo a través de la música.

El suyo fue un set cortito, cinco temas, casi todos de su EP “Everykind of Dog”, tan sólo él y su guitarra, sonando limpio, intimista y presentando canciones tan delicadas como “The Spice of Life” o “Azalea”. También hubo un momento de versionar un tema de rap como es “Don´t Fuck with You” de Big Sean, para acabar con una canción larga y oscura, “The Devil´s Garden”, con mucha relación con el Black Metal (no hay más que ver el video de la misma), por cierto, en las dos últimas acompañado al violín por Sage Cornelius, de la banda de su amigo y compañero de gira. Un artista a seguir este Gravedancer.

Pero llegó el momento de Shawn James. La sala a rebosar y con un ambiente de excitación bastante palpable, si alguien hubiera encendido una cerilla aquello hubiera explotado por la tensión acumulada. Muchas ganas de presenciar en directo otra de las ceremonias cuasi religiosas de esta gente. En este caso, acompañado de bajo, batería y el mencionado violinista, que en alguna canción también se colgó la guitarra al cuello.

Para comenzar “Burn the Witch”, uno de sus clásicos, empalmada con “Flow”. La parroquia entregada y ojo, con el tercer tema, “The Shadow” ya empezaba la exhibición vocal de un artista que no parece de este mundo cuando canta. Ya lo comentamos hace tres años, su voz te puede dejar en shock si no estás avisado de lo que te viene encima. Y si lo sabes (lo sabemos) sólo queda entregarte al disfrute.

Tras “The Thief and the Moon” presentó el primer tema de su nuevo trabajo (“A Place in the Unknown”), una canción, “The Stones Cried Out” poderosa, como otra del mismo trabajo, “No One Knows”. A partir de ella dio un descanso a su banda pues se lanzó él sólo a interpretar un set semi acústico de cinco temas. ¡Pero qué cinco! Empezando con el “Ain´t no Sunshine” (versión de la canción original de Bill Withers) y siguiendo con su particular homenaje a “La Voz”, sí, Frank Sinatra y su “That´s Life”. Pero ojo, que lo mejor estaba por llegar. Su tema más conocido, el demoledor “Through the Valley”, que es tan inmenso que ha sido incluido en la banda sonora del videojuego “The Last of Us 2“. Quién haya jugado al primero sabe del por qué está este tema en el Soundtrack del juego. Y no sólo uno sino dos, porque también incluye “The Guardian (Ellie´s Song)”, que sonó tras el ya citado temazo. Y por si nos habíamos quedado con ganas ahí venía “The Number of the Beast”, de los Maiden. Lo siento por los fans irredentos de los británicos pero la versión de Shawn James hace casi lo mismo que hizo Johnny Cash con el “Hurt” de Nine Inch Nails, si Iron Maiden creó la canción Shawn James la ha elevado espiritualmente.

Un inicio intenso de la batería nos metía de nuevo en el concierto con el formato del inicio, adiós acústico, hola eléctrico. “Haunted” y “Delilah” para retomar y otra de las nuevas, “The Devil´s Daughters”, a dos guitarras cuando Sage Cornelius aparcaba su violín eléctrico. Incluso se animó a cantar parte de “No Blood for a Stone” (otra de las nuevas) a la que siguieron dos temas más antes de que el señor James se quisiera despedir, pero sabemos que querer no siempre es poder. No hubo ni siquiera posibilidad de hacer el pequeño paripé de retirada para volver al de un minuto para interpretar el clásico bis.

Y no fue así porque entre los gritos de “One More” y “Beste Bat (uno más)” no le quedó otra que tirar de seguido. Ojo, que aquí llegaba el acabose. Llamó a filas a Baker (Gravedancer), que enganchó el banjo y al lío. La loquísima interpretación de un tema loquísimo como es “Hunger”, el Capítulo II del disco titulado “The Bear”, se convirtió en unos seis minutos de paroxismo musical total. Vamos, parecido a la temática de la canción, en la que varios Hillbillies le roban en el monte la producción de la destilería de un Redneck y este responde a su manera (no spoileo, mejor verlo para entenderlo). Desfase total. Y para acabar ni más ni menos que la versión de “War” de Edwin Starr (que la hizo famosa aunque antes la interpretaran The Temptations), una joya contracultural de finales de los años sesenta, uno de los alegatos anti bélicos más famosos de la historia de la música, que viene que ni pintado en estos tiempos. Tiempos oscuros, tiempos en los que hacen más falta que nunca Predicadores como Shawn James.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

 

 

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