Muchos fans de Hellacopters llevan semanas divagando sobre la necesidad o la redundancia de un nuevo disco suyo. Han pasado catorce años desde su último álbum de estudio, Head Off (2008), que venía acompañado de una gira de despedida y un adiós que cerraba la puerta a cualquier reunión. Transcurrido dicho tiempo, y haberse posicionado los astros, Eyes of Oblivion ve la luz en tantos diseños y formatos que genera ansiedad al coleccionista. El trabajo se compone de diez temas, algunos descartados de The Hellacopters, otros de Imperial State Electric y otros escritos exprofeso para este nuevo capítulo vital. No hay sorpresa significativa en el sonido, si tenemos en cuenta las publicaciones a nivel cronológico, pues saltos como el de Payin’ the Dues (1997) a Grande Rock (1999) y más tarde a High Visibility (2000) no han vuelto a tener lugar. Sin embargo, la banda defiende que este álbum contiene su propio sonido actual. El regreso de Dregen y la obvia ausencia de Rober “Strings” Dahlqvist son las más notables diferencias y no se encuentra ya el tándem referente tipo Sonic Smith y Wayne Kramer de MC5. Es cierto que temas como «Eyes of Oblivion» parecen más propios de The Hellacopters, a la vez que incendiarios, y otros, como el réquiem «So Sorry I Coud Die», más propios de ISE, pero también que la esencia de Nicke Royale es tan pegajosa como atractiva, incluso en su vertiente glam de «Tin Foil Soldier». Alejemos cuestiones de redundancia y demás de los surcos de este trabajo, ya que tan buena es su música como el directo donde las defienden. Con eso me basta a mí para dejar constancia que este, como los otros, es un gran trabajo.
MARIO SILVESTRE