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The Exploited – Santana 27 (Bilbao)

Ya ha empezado la gira y esta es la crónica del concierto de Bilbao en la sala Santana 27 del pasado jueves, que confirma que el punk no fue capricho de un día. Al final de esta reseña puedes ver el resto de fechas que faltan por si estás a tiempo de pillarles. Valdrá la pena.

Hace tiempo, demasiado tiempo, tener un colega que volvía de Londres era un sueño musical. Por aquel entonces ni existía el mp3, ni el escaparate absoluto de internet, tan sólo las cassettes y, los más pudientes tiraban de vinilos, lo que les daba un status de Macho Alfa musical en la cuadrilla. Y así algunos descubrimos a The Exploited o GBH, cuando algún amigo volvía de las islas con unos cuantos vinilos bajo el brazo que se aprestaba a grabar a los demás. Los Sex Pistols eran de dominio público en una Euskadi muy Punk, pero conseguir otros grupos del estilo se antojaba complicado. Y hemos pasado de buscarnos así la vida a verles sobre las tablas con mucha nostalgia. Lo que te da The Exploited ahora en directo es un recordatorio de cuando fuimos jóvenes.

Y había ganas de verles en Bilbao. La última posibilidad que recordamos fue en un triple cartel de las giras de Resurrection Fest en el 2014. En teoría iban a tocar en el mismo recinto que ahora, junto a Hatebreed y Napalm Death, pero días antes Wattie Buchan, el vocalista de siempre, sufrió un infarto en pleno concierto en Lisboa. Así que nos debían una y han vuelto para saldar su deuda, esta vez acompañados de los parisinos Lion´s Law y los neoyorquinos The Casualties.

Abrían, antes poco más de treinta personas (a los que se fueron sumaron bastantes más a medida que caían las canciones) los galos Lion´s Law. Un quintento de Street Punk Oi, a los que no se les puede reprochar falta de entrega. Desde la inicial “PBS” tocaron como si estuvieran en cualquier escenario principal de gran festival. Descargaron durante 45 minutos un repertorio contundente, sin tregua, acelerado como suele ser habitual en este estilo, coreable y con temas conocidos entre la gente. “The Reaper”, “Escape”, “Knock´em Out”, o  “Zonard” (este en su idioma materno y con los Oi Oi Oi! del público) destacaron, aunque lo mejor fueron sus dos himnos, “Lafayette” y cerrando el concierto, “For my Clan”, un canto de unión callejera que era justo lo que había en la sala en esos momentos.

The Casualties

Y de los galos, a los norteamericanos The Casualties, un grupo con bastante predicamento por lo visto. Su Hardcore Street Punk suele ser algo que gusta mucho por estos lares y sus anteriores visitas a la península  formando parte del cartel del Resurrection Fest lo dejan claro. Al igual que Lion´s Law clavaron una actuación de tres cuartos de hora, repasando 16 temas, con muchos pogos (ahí que se lanzaba su vocalista David Rodríguez, una especie de Wattie Exploited pero en joven, a cantar entre el público, lanzarse encima y pedir a la multitud Wall of Death y Circle Pits varios), muchos temas coreables y actitud Punk con las crestas bien altas.

Energía no faltó, la verdad, ni entrega por parte de los neoyorquinos, que clavaron varios temas como “Ashes of my Enemies”, “So much Hate”, “Punk Rock Love” y “On the Front”. Las clásicas arengas antigubernamentales (contra el Gobierno español, el vasco, el estadounidense…) y los llamamientos a la unidad familiar entre Punks nunca pueden faltar en este tipo de conciertos. Se acabó con un in crescendo con dos temas, “Fuck hate you” y el clásico “We are all we have”, subiendo al escenario a Patxi, un fan irredento del grupo en silla de ruedas, al que demostraron mucho cariño. Si es que el Punk tiene una vertiente de unión que en otros géneros no es tan apreciable.

Y llegaba el momento de Wattie y los suyos. Los que formaban parte ahora del grupo, porque a lo largo de su existencia han pasado por el combo ni más ni menos que unos 30 integrantes (unas fuentes dicen que uno menos de esa cifra y otras que dos más…), pero la cara, la voz y la imagen de The Exploited es Wattie, su vocalista. Ya no lleva las trenzas caídas sino la cresta levantada, el Punk de los de Edimburgo (por lo menos, ahí se gestaron) no ha cambiado en años y llevan la friolera de 19 sin sacar disco nuevo. Para qué, se viene a escuchar lo que se viene a escuchar, a The Exploited no le hace falta nuevo porque sus seguidores tampoco lo necesitan.

The Exploited

Así que tocaba una de hits, comenzando con “Let´s start a War said Maggie One Day” (aviso de intenciones, hablar de Margaret Thatcher a estas alturas) y desgranado varios temas muy coreados. Eso sí, los de los discos más “nuevos” sonaron muy metalizados, una tendencia habitual en muchos grupos de Punk. Por ejemplo “Fightback”, “Porno Slut” o la esperada “Beat the Bastards”. El resto, temas de principios de los ochenta, esos que toda la familia Punk conoce por todo el tiempo que llevan en su cabeza (por cierto, sigue siendo inquietante cómo suena el cráneo de Wattie cuando se lo golpea con el micro, y le encanta repetirlo, la verdad).

Ahí descargaron “Dogs of War”, “Never sells out”, I believe in Anarchy” (cómo no), “Army Life”, su versión del “Troops of Tomorrow” de The Vibrators (otra canción que ya se conoce más por quién la versionó)… pero el sonido no acompañó demasiado, no es que el grupo necesite sonar limpio pero quizás menos batiburrillo sonoro hubiera sido recomendable, porque algunos temas sonaron mejor que otros. Pena que no tocaron más que una canción del grandísimo “Horror Epics”, la inesperada “Don´t forget the Chaos”, para acabar con “Army Life” y “Fuck the USA”, veinte temas antes de bis, obviamente.

Para ello Wattie se tomó un descanso en el primer tema, el festivo “Sex and Violence”, con todo el escenario lleno de gente y el vocalista de The Casualties a los mandos (antes ya había hecho su dueto con Wattie, uno entre el público y el otro sobre las tablas). Un poco de aire porque los años no pasan en balde y menos con sus antecedentes médicos, y cerrando el show con la canción del lema Punk por excelencia, “Punks Not Dead” y para acabar, lo más melódico de toda la velada, “Was it Me”. 71 minutos, no dio para más, el grupo dijo basta y todos satisfechos, una inyección de nostalgia desde lo alto de la cresta a la punta de las Martins.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

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