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Flamin Groovies Independance Club / Gures On Tour (Madrid)

Asistir a un concierto sin tener que estar preocupado de la puta mascarilla. Y a partir de aquí ya hablamos del evento. Los Groovies se presentan en Madrid un martes de abril, con la resaca de la Semana Santa aún candente y en una ciudad que está en ese momento en que no sabe si colgar los abrigos o llevar los paraguas consigo. ¡Qué ciudad biestacional es esta!
En una sala mítica como es la Independance, algo menos de un centenar de personas se agrupan con la incertidumbre de quien lleva un tiempito sin presenciar un concierto. Porque no sé vosotros, pero aquí el que escribe ya necesitaba asistir a un directo de los de antes. De los de hace un par de años. Y parece que no era el único. Dobles de Marc Bolan y de Brian May, más jóvenes que los grandes discos de los Groovies, se juntan con viejos roqueros que lucieron la misma melena en algún momento, con el único fin de pasarlo bien, estuviera quien estuviera sobre el escenario. Por suerte, los que están ahí arriba no son unos cualquiera. Al fin y al cabo hablamos de una banda con más de medio siglo de existencia, que gira por diversión y que ha llevado una carrera tan próspera como accidentada. ¿Quién coño se sabía la formación actual antes de verlos a medio metro de distancia?

Lo bueno de los Groovies, o eso me parece a mí, es que cuentan con ese aura de súper grupo molón y legendario, donde la peña sabe el título de un par de canciones y con eso es suficiente. Sería la hostia preguntar a los allí presentes de que conocen a estos californianos que tantas veces nos han visitado. Sea como fuere, es un gusto ver a madres e hijas junto a parejas cincuentonas y pandas de treintañeros saltando y bailando al son de canciones como “Way Over My Head”, “First Plane Home” o “Jumpin In The Nite”.

La banda liderada por Cyril Jordan acude puntual a su cita y en ningún momento muestra síntomas de fatiga, como si el paso del tiempo fuera una bendición para un conjunto que conoce el secreto antes de que existieran análisis en forma de tutoriales, directs y tiktoks. Una actuación sobria y eficaz, con la música como eje central, sin luces, performances ni polladas de esas que luego copan todos los titulares. Porque, si alguien quiere mostrarse como un grupo seguro, que haga lo que han hecho estos tíos hace un rato: tocar su mayor éxito en medio del concierto, nada de esperar hasta el final, cuando los espectadores casi ruegan que suene el hit, ya sea por excitación excesiva o por ganas de irse a casa. “Shake Some Action” sigue sonando tan fresca como siempre. Un himno tan reconocible que el bueno de Jordan se permite ironizar sobre si se acordará de cómo se tocaba esa canción que compuso hace casi 50 años.

En resumen y por ir acabando, una actuación digna para cerrar el ciclo del “súbete la mascarilla”. Mañana empieza una nueva vida, y nada mejor que hacerlo con estos punkhippies de fondo. Creo que todos los que estamos ahí nos vamos a casa con una sonrisa en la cara y los tobillos hinchados. Puede que ya no sean esa inmensa banda de la que el Llopis tanto presumía, pero leí una vez no recuerdo donde que las grandes bandas son como los buenos yogures, una vez acabados, necesitas relamer los bordes y la tapa.

Texto: Borja Morais

Fotos: Salomé Sagüillo

 

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