Nerea Bassart se destapa en este tercer trabajo discográfico, Presons (Discmedi, 2022), como una artista plural y global que derrocha sentimiento ya sea desglosando versos o sujetando una guitarra o una batería. Su intenso poder emocional logra transmitirlo desde el momento que surca la aguja. Tras dos proyectos donde se inclinaba más por el rock, en 2019 forma el Nerea Bassart Trio donde recoge sus inquietudes más soul y urbanas y en el que le acompañan Xavi Pomar (bajo) y Pau Josa (guitarra).
Nos puedes decir de donde surges y un poco de tu background y trayectoria hasta la fecha…
Empecé a cantar y a componer en una banda de rock anglosajón llamada “See You Monday”. Luego vino el proyecto acústico, y con él un primer disco autoproducido, “Lucid Dreams”. Después de esto, fué el momento de una experiencia en mayúsculas; poder participar en 2019 en el disco “Polièdric” de Lax’n’Busto me hizo darme cuenta que me podía sentir muy cómoda cantando en catalan, más allá de las influencias anglosajonas a las que estaba acostumbrada. También me hizo entrar ganas de dejar de lado el proyecto en solitario y volver a tocar con banda. Además, llevaba un tiempo que había estado obsesionada con aprender a tocar la batería, y vi en montar una banda la oportunidad de ser batería y cantante a la vez.h
Con “Nerea Bassart Trio” publicamos nuestro primer disco en 2020, justo un par de semanas antes de la pandemia. Dábamos inicio a un proyecto de temas propios en catalan, donde las influencias funk y soul se entremezclaban con el rock. Este mes de marzo acabamos de publicar nuestro segundo disco, “Presons”, esta vez con una producción más elaborada, un sonido menos orgánico y la incorporación de un sintetizador. Las influencias de la música de raíz afroamericana siguen estando ahí, solo que esta vez con un toque más urbano.
¿Por qué el título de la canción y disco, Presons? ¿cuál es el mensaje?
Nos dimos cuenta que había una tendencia en los mensajes de las canciones. Hablábamos mucho de los límites impuestos por uno mismo, de ese tipo de mensajes negativos y conformistas que nos impiden avanzar. Esas “prisiones” prisiones mentales eran un hilo conductor de este nuevo trabajo. Por otro lado, hay la canción “Presons” que habla de esto mismo de una forma más directa. Nos gustaba mucho este tema para representar el disco, ya que de alguna forma rompe con lo anterior y muestra muy claramente la dirección sonora de este nuevo trabajo.
En el mismo hay una guitarra final que sorprende porque parece que tiene más sentido rock que urbano. ¿Cómo surge ese guiño?
El solo de guitarra era una forma de salirse de la “base de loops”, de concepto más urbano, y traer a nuestros orígenes el tema. Y el rock es una influencia clara que tenemos. Somos de esas bandas que nos cuesta bastante sentirnos identificados con una etiqueta estilística. Bebemos de muchas influencias distintas y en ningún momento nos planteamos la composición con un objetivo estilístico.
¿Con qué territorio te sientes más indentificada?, urban, soul, rock…
Creo que lo que más nos identifica es el “popurrí” propio que hacemos de estos estilos. Quizás la etiqueta que más nos funcionaria sería la de música de raíz afroamericana, ya que es un concepto que engloba todos estos géneros. Aún así, si tuviéramos que decidirnos por uno, sería el funk sin dudarlo!
Las guitarras funk son marca de tu sonido, un sonido muy funky que empuja a la pista de baile. Me recuerda a bandas de los 70’s como Chic. ¿Estás en esa onda en cuanto a base rítmica?
Por supuesto! Los tres, Xavi, Pau y yo somos oyentes de funk desde hace mucho tiempo y de hecho nos planteamos la banda como un trío de funk. En cuanto a la batería, es una influencia que se nota en el uso de grooves llenos de ghost notes, de bombos sincopados…
Tu voz aporta una fiereza y una seguridad aplastante. ¿Cómo la has trabajado?
Mi trayectoria musical como cantante ha estado estrechamente vinculada al rock. El romper la voz fue una de las primeras formas en las que empecé a expresarme con el micrófono, y así ha seguido siendo hasta la actualidad.
¿Parece que tienes muy claro que quieres mandar un mensaje en tus canciones con letras comprometidas. ¿Hasta qué punto te sientes una inconformista y cuales son las bases de tu pensamiento?
Creo que esto se debe un poco al proceso compositivo. En mi caso, escribir canciones es la vía de escape para expresar ese inconformismo. En general diría que soy una persona muy positiva, o al menos estoy segura que así es como me describiría la mayoría de gente que me conoce. Pero a menudo sufro de ese dualismo, del pensar “las cosas no están bien como están, ¿se puede cambiar todo esto?”. A veces creo que sí, otras que no…y esa guerra constante entre las dos miradas es la que me impulsa a componer canciones.
Has grabado un disco en catalán, otro en inglés y Presons de nuevo en catalán. ¿qué te inclina a escoger un idioma u otro?
El catalán es mi lengua materna, y por lo tanto no es de extrañar que me sienta cómoda cantando en este idioma. Pero como bien dices, he cantado durante muchos años en inglés, y eso se debe a que los referentes musicales que tenía por aquel entonces eran anglosajones. Cuando eres músico la lengua es a veces más importante por el sonido que provoca que por lo que dice en sí.
Al principio, tu propuesta era más rockandrolera, ahora saltas al soul sin complejos (aunque siguen apareciendo guitarras potentes). ¿Cómo surge este cambio?
La aparición de la batería en mi vida es la respuesta. Cuando descubrí este instrumento empecé a fijarme en el funky, en esos patrones llenos de groove…y de pronto mi playlist estaba repleta de bandas que no eran de rock! Es sorprendente como el aprendizaje de un instrumento puede transformar la forma en la que escuchas música.
¿Cómo vives la escena en Catalunya? ¿Ves muy difícil hacerse un sitio con toda la oferta existente?
La escena en Catalunya es compleja, porqué existen pequeñas escenas muy concretas para distintos estilos, y quizás, el hecho de no posicionarse claramente con uno no ayuda especialmente. A la vez, creo que como músicos es nuestro deber también intentar aportar cosas nuevas, en vez de buscar encajar con algo muy concreto, con un estilo que está en auge o de moda. La oferta, como dices, es grande, pero si los músicos nos esforzamos en crear algo único, toda esa oferta no dejará de ser diversa y única, lo cual nos beneficia a todos, a músicos y oyentes.
Texto: Daniel Miralles