Grupo con original nombre, original título de sus discos y buenas letras que se salen de lo habitual para bien. Comenzaron en Bilbao allá por el 2015. Tuvieron la mala suerte de llegar a su debut con Stay Ñunk, justo cuando estallaba toda esta movida. Se mudaron a Madrid y ahora llega la interesante reválida con el título de Perros Con Cara De Humano (Malapata Records). Ñunk, punk-grunge y hasta guitarras shoegaze para un grupo que cree que sí hay futuro, pero que se la suda. Esto fue lo que nos contaron sobre el presente, el disco y lo que se les ocurrió. Acaban de sacar segundo single de su nuevo disco en forma de refrescante «Cantimplora».
Primera pregunta casi obligada. ¿Qué es eso del «Ñunk»?
Sencillamente un Fnord, es lo mismo que punk pero con ñ. No cambia nada, pero como ya no se llama igual podemos tomarnos licencias. Es una especie de vacío legal para rellenar la casilla de las etiquetas.
Para la segunda, perdón por mi ignorancia, pero ¿qué es eso del nidoking con trueno?
Nidoking es un Pokemon de la primera generación. Es del tipo tierra/veneno, pero puede aprender muchos otros ataques, entre ellos trueno de tipo eléctrico, uno de los ataques más potentes que hay. Así que en la frase vendría a significar algo que es pura potencia.
En los temas de vuestros dos discos habláis de la falta de expectativas (futuro) para la juventud. ¿No se puede extender esta negatividad a toda la humanidad?
Sí bueno, siempre hay negatividad de sobra para todos y más ahora. Hay sitio para todos en este barco.
De hecho, el título de vuestro segundo disco, «Perros Con Cara De Humano» (Malapata Records) parece indicar que no tenéis demasiada confianza en el género humano como tal…
No tiene que ver nada con la confianza, es algo más concreto. De hecho, hace referencia al perro que aparece en el cuadro de “La Familia de Felipe V” de Van Loo.
Parece que dais bastante importancia a las letras de las canciones. ¿Quién se encarga de las mismas y qué ideas tratáis de transmitir con ellas un poco en general?
De las letras me encargo yo (Martín) como cantante. Intento escribir sobre lo que tengo alrededor sin pensarlo mucho. Lo que las letras transmiten es algo que descubro ya después de terminar la canción, no suelo pensar en ello cuando escribo.
Habláis de «Ñunk», pero también de punk y tenéis una canción titulada funk, pero por vuestras guitarras parece que también os gusta el sonido shoegaze y hasta el grunge. ¿Qué grupos os empujaron a formar Los Chivatos de Ana Frank y qué grupos habéis escuchado más antes de poneros a grabar vuestra reválida?
Lo que nos impulsó a formar la banda fue el nombre y no los grupos, no sabíamos ni que música nos molaba entre nosotros. Lo fuimos descubriendo conforme quedábamos para tocar como una especie de proyecto Jam-jazz y nos fue molando. En cuanto a los grupos que hemos oído más antes de grabar pues no sé, te podría decir que he escuchado a fuego Nena Daconte y no te mentiría.
¿Por qué habéis emigrado de Bilbao a Madrid? ¿Acaso por la «libertad» con mayúsculas que ofrece la Ayuso y que faltan en Euskadi?
No que va, ocurrió antes del Covid el traslado. Ha sido más por motivos profesionales de cada uno que por el grupo, aunque también ha influido el hecho de que en Madrid es donde viven actualmente Joaquín, el batería, y Mikel, el guitarra, más el comodín de oportunidades para dar conciertos que es lo que realmente nos gusta.
¿Qué ofrecéis diferente en vuestros conciertos para que alguien quiera perder su futuro inexistente y sin esperanzas en ver un concierto de vuestra banda?
Bueno la principal sensación que nos transmiten los bolos y la gente que va es futuro y esperanza precisamente, se respira vida como dice Romano Aspas. Diferente no sé si ofrecemos algo, pero nos lo pasamos como enanos tocando y lo hacemos siempre con muchas ganas. La gente por lo general se lo suele pasar de la hostia nos dicen.
Texto: Txema Mañeru