Cuando en 2005 The Bye Bye Blackbirds iniciaban su andadura, la etiqueta de power pop les cayó, probablemente de manera merecida, encima. No diríamos que fue una losa, porque ayudó a colocarlos en el mapa, pero su líder Bradley Skaught se ha ido encargando de alejarlos poco a poco del género, del que no reniegan, para abrirse a sonidos indie pop y, sobre todo, al sonido country rock y West Coast de los setenta. Eso es lo que hacen en este nuevo trabajo, aunque siga manteniendo esas melodías de guitarra propias del rock universitario que pueden llevarnos a pensar en los primeros R.E.M.. Pero este es su sexto álbum ya, y parece que han encontrado definitivamente su sonido. A ello colabora el riff de «Want Show As Young», las armonías vocales de «Mechanics», el sonido a lo Wilco de «We Got Lost» o el músculo de «Favorite Stars». Lástima que los nueve minutos de «Marching» se hacen innecesarios y lastran un álbum que, sin ella, merecería una calificación superior. A pesar de ello, su mejor disco hasta la fecha, sin duda.
Eduardo Izquierdo