Aunque nunca pasó de una honrosa segunda fila, Steve Gibbons es uno de esos tipos que parecen llevar toda la vida, incluyendo cuando los dinosaurios poblaban la tierra. Bueno, quizás no tanto, pero en 1958 ya estaba dando guerra en el circuito de pubs y bailes de Inglaterra, así que incluso llegó antes que los Beatles.
Quizás por eso sus influencias son básicamente los primeros rockers y luego Bob Dylan, y quizás por ello le dolían las comparaciones con Bob Seger cuando llegó al punto de la carrera en el que se basa este cofre, de cuando Steve Gibbons fue una banda accidentalmente, pues fue Don Arden quien tuvo la idea de bautizar así a la banda. ¿Quién era capaz de discutir con Don Arden?
Y es que lo de Bob Seger está fuera de onda, pues si una comparación tiene en la voz a alguien (o a la inversa, que llegó mucho antes) es a Meat Loaf, en cuanto a registros y calidez. Solo en esta época, porque su evolución en los ochenta le acerca más, vocalmente, a los rockers que tanto admiraba (Gene Vincent; Carl Perkins). El cofre que ahora presenta Esetoric Recordings recoge cinco compactos, los tres discos de estudio del 76 al 78 (dos producidos por Kenny Laguna y el más personal del lote, Down In The Bunker, con Tony Visconti a los controles), el directo Caught In The Act y otro directo para la BBC del 77, siendo éste disco lo más atractivo, por la crudeza y desfachatez con que ataca la banda el repertorio.
Los discos de estudio tienen cierto encanto, una especie de rock edulcorado con claras pretensiones de presionar en el mercado norteamericano, pero es en esa sesión de la BBC que la banda se acerca más al concepto de pub rock británico que tan bien les sienta y que de haber ido por ese camino, quizás la carrera de Steve Gibbons hubiera sido otra cosa. La realidad fue otra, y ni la conexión con los Who (management y visitas al estudio de los cuatro de Shepherd’s Bush), ni las producciones de Laguna (que luego encontró éxito produciendo para Joan Jett) y Visconti le hicieron sacar la cabeza entre tanto titán que habitaba entre el 76 y el 78. Por cierto, el recientemente fallecido Malcolm Dome es el autor del precioso texto que acompaña al cofre.
Texto: Sergio Martos
