A estas alturas de la película, si me dan a elegir, prefiero al Eddie Vedder guerrero que bebe vino tinto, que al que se sumerge entre brumas depresivas agarrado a su micrófono. Llegados a este punto, también deberíamos preguntarnos si él se ha tomado más en serio la creación de este disco que los últimos trabajos con Pearl Jam, obras aseadas pero que no han trascendido. En cierta manera, este Earthling me recuerda al disco del aguacate de Pearl Jam, tras encadenar varios álbumes a bajas revoluciones, aquel rezumaba vitalidad y un componente clave, honestidad. En Earthling Eddie asume su momento, la edad que tiene y, también, quienes son los que le han llevado hasta ahí. El primer nombre que te viene a la cabeza es Bruce Springsteen, presente en los temas más oscuros, por otro lado el evidente homenaje a Tom Petty en «Long Way» con Benmont Tench a los teclados y, como casi siempre, la sombra de The Who, «Brother the Cloud». Como indica al principio y al final del disco, Vedder se siente invencible, y para ello cuenta en su equipo fijo con Chad Smith y Glen Hansard como guitarristas, e invitados de lustre como Stevie Wonder —¡cómo suena esa armónica endemoniada en «Try»!— y la curiosa pareja que forma con Elton John en la indescifrable «Picture». Con todo esto, Earthlings no tiene el extraño encanto de Into the Wild y, en cambio, si muestra las cartas que Vedder escondió bajo su ukelele. Esto es una buena patada hacía adelante.
TONI CASTARNADO
