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Ghost, las tinieblas ya lo cubren todo

Foto: Mikael Erickson

 

Te gusten o no, hay que reconocerlo. Si hay una banda en los últimos años que haya acaparado más odios, pasiones y debate sobre su música y espectáculo, esos han sido Ghost. Empezaron algo tímidos, cogiendo trucos y técnicas escénicas y de marketing que ya habían sido explotadas hasta la saciedad en el pasado, pero que era obvio seguían funcionando. Ideología pseudo satánica, imposibilidad de conocer la identidad de los músicos involucrados, imagen impactante, una puesta en escena extremadamente teatral… Todos nos acordamos un poco de las propuestas de Alice Cooper, Kiss o incluso Black Sabbath, artistas que sacudieron la escena con provocación, controversia y claro que sí, buenas canciones. Nos visitan de nuevo en mayo, esta vez sí, en grandes recintos. Ver fechas en el cartel al final del artículo.Todo lo dicho anteriormente creó un caldo de cultivo que fue refrendado por un álbum de debut irrefutable donde la oscuridad de sus textos, chocaba frontalmente con la innegable melodía de sus composiciones. Hoy en día, cuando el destino de Tobias Forge (el auténtico nombre que se esconde tras el alter ego Papa Emmeritus y demás reencarnaciones)  y sus espectros sin nombre son las grandes audiencias, pocos reconocen que ya en Opus Eponymous (Rise Above, 2010), sonaban tremendamente accesibles ¿Cómo definir pepinazos tan enganchosos como «Elizabeth», «Stand By Him» o «Ritual»? Se les incluyó en las giras y festivales de heavy metal por una simple cuestión de concepto, pero ellos ya tenían claro que su objetivo eran los estadios y empezar por esos eventos multitudinarios, les iba a dar la exposición que necesitaban. La primera piedra ya estaba colocada y bien asentada.

Cuando en 2013 se lanzó Infestissumam (Loma Vista, 2013) todo el mundo abrió los ojos de par en par. Cambio de discográfica, y un acercamiento a otros sonidos que despertó la curiosidad de incluso ese público que los había ignorado, creyendo que eran un engendro orquestado por un cerebro experto en marketing. Se pasaron más de dos años girando sin parar y cosechando elogios de todo Dios, desde popes del negocio como James Hettfield o Dave Grohl, hasta músicos del urderground como Steve McDonald de Redd Kross que comentaba que hacía tiempo que no salía nada tan excitante, oscuro y atrayente; “Desde que Kiss editaran Destroyer 1976” fueron exactamente sus palabras. Musicalmente habían crecido una barbaridad, en sus nuevas canciones había ecos del hard rock de los setenta, toneladas de pop oscuro, psicodelia, retazos de glam, rock pesado con tintes progresivos… era casi imposible definirlos, y lo que era mejor, comenzaron a convencer a los escépticos. Imposible no hacerlo cuando escuchas algo tan sumamente bello y espectral como «Ghuleh/Zombie Queen». En «Per Aspera Ad Inferi» casi parecían unos Blue Oyster Cult del nuevo milenio y «Year Zero» se alzaba como todo un épico himno demoniaco que te atrapaba precisamente por su envolvente melodía.

Foto: Sergi Fornols

Ese mismo año, Dave Grohl les produce un Ep, donde la banda muestra sus cartas sin ocultar unas influencias sorprendentes. Depeche Mode, Army Of Lovers, Roky Erickson y Abba son homenajeados de manera inteligente y efectiva, temas como «Marionette» o «If You Have Ghosts» parecen composiciones de la misma banda, dejando muy a las claras, que la melodía tiene un papel crucial en su sonido ¿A qué viene entonces la sorpresa e indignación hacía su supuesta evolución hacía propuestas más comerciales? Casi desde el principio, ellos mismos lo propagaban a los cuatro vientos: “Sinceramente, no me preocupa si perdemos seguidores durante el camino. Quien esté preparado para evolucionar y crecer con nosotros será bienvenido, los que no, pueden abandonar la nave cuando lo crean conveniente”. Más claro el agua.

MELIORA Y EL CAMINO HACIA EL ESTRELLATO TOTAL

Cuando llegó Meliora (Loma Vista) en 2015 todos pensamos que habían alcanzado su cima creativa. Parecía que habían conseguido fundir su lado más contundente, con su parte más etérea añadiendo esas gotas de comercialidad que tanta personalidad daba a la música del grupo. Su lugar todavía eran los teatros, pero pronto darían el salto a las arenas en una marcha imparable hacía el éxito masivo. Fue Dave Moustaine, un tipo poco dado a los elogios, el que comentó que una banda que es capaz de componer cosas tan diferentes entre sí como «He Is» y «From The Pinnacle To The Pit» estaba destinada a dominar el mundo. Como vaticinaba Papa Emmeritus, fueron perdiendo fans por el camino, pero por cada uno que abandonaba,  se ganaban cincuenta más, y por lo general, todos aquellos que los dejaban de lado eran los que no habían entendido que Ghost, nunca habían sido una banda de heavy metal. Lo suyo, era un ente sónico mucho más complejo y trabajado, donde cabían muchas cosas, demasiadas para las limitadas mentalidades de un integrismo rockero que todavía les negaban cualquier tipo de mérito. Siguieron su camino, ni siquiera los problemas que Tobías tuvo con sus músicos que exigían más reconocimiento económico, pudo frenar la marcha imparable de un grupo que cada paso que daba, era calculado de manera minuciosa.

Como si quisieran reírse de las críticas del sector más talibán, editaron Popstar (Loma Vista, 2016), un ep que presentaba el single «Square Hammer», una bailable tonada que  cohabitaba con sendas versiones de Echo And The Bunnyman, Eurythmics o Imperiet. Los muy cabrones, habían conseguido que incluso el público del metal extremo reconocieran sus canciones porque eso sí, el discurso satánico nihilista y de reafirmación personal nunca cambió. Un álbum en vivo titulado Ceremony And Devotion (Loma Vista, 2017) dio tiempo a que el grupo entrara de nuevo en el estudio para registrar Prequelle (Loma Vista, 2018) y volvieran a regalar otro hit ultra comercial titulado «Danse Macabre». La ruta ya estaba marcada, público de todas las escenas se habían rendido ya ante esa música tan atractiva y ese mensaje que no dejaba de reflejar, la rebeldía  y rabia que todo sujeto debe conservar en algún rincón de su corazón. La gente joven tan poco dada a construir ídolos, también abrazó su propuesta atraídos por esa imagen tan impactante y ese show tan efectista. Si en los setenta la audiencia alucinaba cuando Alice Cooper era guillotinado o Gene Simmons escupía sangre, esto era lo mismo. Quizás el mensaje era más sutil, subliminal y menos explícito, pero funcionaba igual de bien.

IMPERA, EL TRIUNFO FINAL

Tras la edición del single «Kiss The Go Goat» llegó la pandemia y el señor Forge tuvo tiempo de coger aire y preparar con mimo el siguiente paso a dar. Todos estábamos expectantes, nos corroía la curiosidad de cuáles iban a ser los caminos a escoger, se hablaba de una vuelta a los orígenes o de experimentar más con componentes electrónicos. El líder supremo dio la campanada en la televisión sueca apareciendo en horario de máxima audiencia sin sus espectros. En lugar de sus músicos enmascarados, se hizo acompañar de los mismísimos Hellacopters haciendo una sutil versión del «Sympathy For The Devil» de los Stones, una canción que por idea y pensamiento, podía haber estado perfectamente compuesta por el Papa satánico. Sonaba preciosa, gloriosa y si, tremendamente poderosa y melódica. Un golpe de efecto que hizo que se desataran los rumores ¿Se convertirían Ghost en el ente privado de Tobias Forge? ¿El comienzo de una carrera en solitario? Lo que quedó claro es que como ya se sabía desde hacía mucho tiempo, Ghost es una banda liderada a todos los efectos por un personaje listo, carismático y tremendamente talentoso. Cuando había muchas voces ya afeándole su aproximación al maistream más exacerbado, se hace acompañar por una banda respetada por todos y homenajeando a Sus Satánicas Majestades. Buena jugada.

Finalmente, la espera acabó y la sorpresa no ha sido tan devastadora si no fuera porque han facturado otro grandísimo álbum ¿Su mejor disco? Eso es difícil de dilucidar, pero lo que sí está claro es que el impulso que tomaran a través de estas nuevas canciones, los puede llevar finalmente a los estadios ¿Cuál fue la última banda de estadios? Quizás Metallica, Guns´n´Roses o podríamos citar a Foo Fighters, y ya va siendo hora de que alguien tome el relevo y ponga una banda de rock en el maimstream más salvaje. Lo sé, lo sé, todos amamos el romanticismo del underground, la supuesta belleza que reside en ese maravilloso artista que solo conoces tú y tu entorno, pero yo siempre pensé, en lo sano y necesario que era ver a Led Zeppelin o Motley Crue manejando audiencias masivas y vendiendo millones de discos. Pepper Keenan de Corrosion Of Conformity me dijo una vez que si su banda había podido grabar unos cuantos discos con Sony, era gracias a los millones de copias vendidas por Madonna y Michael Jackson.

Musicalmente, Impera es una grabación irreprochable. Sienta las bases de lo que ya a estas alturas es el sonido característico de Ghost, melodía, riesgo y contundencia. Una producción impoluta y una ejecución casi perfecta son la base para que el álbum pueda triunfar por todo lo alto. Luego viene la calidad de las composiciones, absolutamente incontestable tanto en hits como «Twenties» o «Spillways» como en sus momentos más dulces y macabros como esa preciosidad titulada «Call Me Little Sunshine». Lo tienen todo a favor porque se lo merecen, han sido hábiles hasta en centrar el concepto del artwork del álbum en la caída de los Imperios, justo ahora que la Madre Rusia parece pretender recuperar las viejas ambiciones imperialistas de la antigua Unión Soviética. En Meliora vaticinaron la pandemia dedicando todo la imagen del disco a los estragos que la peste negra hizo en Europa y Asia en el Siglo XIV y todos sabemos lo que la humanidad ha sufrido en estos últimos dos años ¿Casualidad? Dejémoslo ahí, y preparémonos para ver a Ghost reinando en un maimstream que hasta no hace mucho, los ignoraba cuando no directamente se reía de ellos. Finalmente, la oscuridad parece que lo va a envolver todo.

Texto: Andrés Martínez

 

 

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