Como suele pasar en muchos conciertos, la actuación telonera pasa desapercibida para la mayoría del público, en la web de la sala ni siquiera aparecía el horario de la telonera y eso no ayuda. Una lástima que se perdieran la música introspectiva de Corrina Repp, la telonera de Damien Jurado en esta gira. Con voz dulce y potente al mismo tiempo y acompañada por su guitarra con la que jugaba con los loops, Repp ofreció media hora de concierto, la mayor parte de las canciones pertenecían a su último disco Island. Un nombre a recordar.
Por su parte, Damien Jurado presentaba su último y excelente disco «The Monster Who Hated Pennsylvania». Venía además acompañado a la guitarra por Josh Gordon, propietario del estudio Sonikwine, que también le acompañó en la grabación del disco en su estudio. Perfectamente compenetrados a las guitarras. De su último trabajo tocó temas como «Helena» o «Johnny Caravella». Y sonaron a gloria bendita, a emoción celestial, a sentimientos profundos. Damien tiene ese poder con su voz. El de emocionar y transportar. El de envolverte suavemente, pero con firmeza.
Fue un concierto acústico, sentido y emocional. Jurado se mostró divertido, locuaz, pero sobre todo emocionalmente desatado en sus interpretaciones. Evidentemente, no faltaron clásicos como «Museum of Flight», «Ohio» o «Cloudy Shoes». En un Apolo respetuoso, con asientos para la ocasión, disfrutamos de uno de esos conciertos que son alimentos para el alma, que te salvan de todo y de todos, que te emocionan hasta ponerte la piel de gallina. Cuando Damien Jurado acierta, te da directo en el corazón y este día estaba iluminado. Gracias Damien por este concierto. Nos hacía falta algo así.
Texto: Anabel Vélez
Fotos: Sergi Fornols