Sigo a Paul Zinnard hace mucho, mucho tiempo. Desde que dejó a The Bolivians para crear The Pauls en 2001 le he seguido la pista. La verdad es que siempre me han interesado sus pasos, en especial cuando en 2010 decide empezar a firmar sus discos con su alter ego (el mallorquín Carlos Oliver es el hombre detrás del personaje) con Songs of Hatred and Remorse.
Eso me ha llevado a irme encontrando periódicamente con los discos de un artista magnífico, cuyo nivel de calidad tiene pocas comparaciones en el estado. Un músico que, además, sigue las coordenadas musicales por las que un servidor bebe los vientos, léase el rock americano de Tom Petty, Wilco, Cracker o, yendo más allá, The Band.
Con Formula H llega a su séptimo disco trabajo en solitario, introduciendo en su música, como casi siempre, leves variaciones que le hacen avanzar sin dejar su personal sonido. En esta ocasión parece mirarse en el espejo que a finales de los setenta marcaron Dire Straits con su disco homónimo, magnífico se pongan como se pongan y le pese a quien le pese. Ese aroma lo JJ Cale, referencia evidente de Knopfler y compañía, engrandece esta pequeña colección de canciones que tiene en su número, ocho, el único pero a un álbum, una vez más, estupendo. Que no les den gato por liebre. Que les den Paul Zinnard.
Eduardo Izquierdo