Ya está aquí, cual elefante en cacharrería con mucho estilazo, el segundo long-play de estos fantabulosos cafres de Perpignan, en el sur gabacho. El guitarrista y cantante, Frankystein, vivió en primera línea la escena roquera gala desde los ochenta, y el joven bajista y batería apodado El Néné no le va a la zaga en zarrapastroso virtuosismo.
Ambos levantan una sulfurosa orgía guatequera en Danger: R&B (Wild Cave-Sweet Grooves), que refina —hasta cierto punto, ¿eh?— la barahunda de su flamante debut. Como apunta Rafa “Chicos” Suñen en su reseña routier del elepé, “estos endemoniados pilotan tanto que sus canciones te dejan como si hubieras estado de after con Tony Leblanc, Dutronc y Wilko Johnson”. Ya la venta online (www.sweetgroovesrecords.com) y en los conciertos de su próxima gira: 4 de marzo, 16 Toneladas, Valencia; 5 Burrifornia Surf Café, Burriana; 6 El Mojo Club, Tarragona; y más fechas a anunciar.
¿Cuáles serían las principales diferencias entre Danger: R&B y vuestro anterior elepé?
Lord Diabolik: Por supuesto, mas R&B por la forma de varias composiciones o adaptaciones, con temas como «Un Train pour Memphis» o «Call the Doctor». Nuestro lado hispano o latino, también aparece más fuerte, gracias a esa variación del «Flamenco» de Los Brincos o «Payaso». Todavía encontramos en este elepé nuestro garage y surf-instro de películas… digamos que es ¡la segunda parte del primer disco!
Tremebundo el Hammond de Cyril Cucumber en el tema inicial «The Return of Danny Wilde» y «Un Train pour Memphis». ¿Cómo lo descubristeis?
Frankystein: Es una vieja historia mía, ¡je, je, je! Conozco al Poulet, así llamado porque de jovencico andaba como un pollo, desde no sé, hace más de treinta añicos… Empezó en los noventa, tocaba en Hawaiimen, y yo tenía el sello Cinelux. Había sacado algunos EPs, como el The Strawbery Smell, con el Cyril “Poulet”. Luego montó la fabulosa banda Stereoscope Jerk Explosion. Cuando quisimos meter Hammond en nuestro disco, ¡al instante pensamos en Poulet! Una buena noticia: estará a nuestro lado tocando muchos temas en algunos de nuestros futuros conciertos.
«Call the Doctor» parece llamar precisamente al Dr. Feelgood. ¿Ecos de Canvey Island?
Frankystein: ¡Total! Soy fanático de la banda desde mi juventud… También es nuestro homenaje al pub-rock y a aquellos héroes de los setenta, antes del punk, cuando no teníamos nada ni a nadie, aparte de aquellas bandas pub-rock y el Dr. Feelgood, ese logo que te da risa, y la música, una exploración del R&B, del blues… Con nuestra temporada de crisis sanitaria, fue como una aparición llamar al doctor, ¡para que me cure!
Vuestra versión del «Flamenco» de los Brincos, ¿se la mandaréis a Tarantino para su próxima película?
El Néné: Un buen día el Franky me viene con este EP de los Brincos, diciendo: “Vamos a tocar a España y debemos tener algo para rendir un homenaje a nuestra otra patria, y al público, pero debería ser en francés…”. Habíamos escuchado la versión de Dalida. Y, la verdad, parecía una canción nuestra, ¡con ese final a repetición y sus guitarras heroicas!
Habéis cumplido, en parte, la promesa que nos hicisteis de aumentar el nivel funk-soul. ¿Conscientemente?
Lord Diabolik: Bueno, escuchamos muchísima música negra los dos, así que es parte de nuestro ADN. También el funky o soul están hechos para bailar, así que con tantas leyes que prohibían bailar sacar un disco hecho para bailar era como una misión para los luchadores enmascarados del rock’n’roll que somos.
La brutal «Payaso», del portorriqueño Raphy Leavitt, ¿cómo demonios la descubristeis?
Frankystein: Escucho mucho boogaloo, salsa y rumba, me enamoré de Fruko & Sus Tesos comprando en mi tienda de discos favorita de Perpinyà, que tiene mucho de Vampisoul, etc. En una recopilación del salsero colombiano está incluida «Payaso». Una canción, ¿bolero, no?, con letra que nos pega. Somos dos mods tocando garage o rock’n’roll, elegantes pero con máscaras de lucha libre, y como los Beatles, nos encanta hacer el tonto sobre el escenario… ¡pero no hacemos el payaso! Es nuestra forma de ser, y de comunicar un poco de bienestar, en este mundo salvaje y vulgar. Pensé que sería difícil adaptarla, y nos ha salido natural. Estamos muy contentos de nuestra versión. Muchas ganas de tocarla en concierto.
«J’irai Cracher ta Tombe», ¿se refiere a la tumba de Lux Interior o a otro finado ilustre?
Frankystein: Por supuesto que sí, a todos estos héroes, que durante su vida no fueron unánimemente aceptados ni alabados. Recuerdo hacer muchos kilómetros para ver a los Cramps en París y encontrarme con un público de solo treinta personas en la audiencia. Pero, a pesar de todo, ¡el concierto fue fabuloso y la banda increíble!
Entonces, después de hablar de este tema con mi amigo Charles, el bajista de la banda de Quebec Les Envahisseurs, decidimos hacer una canción a partir de eso. Él me escribió la letra y yo compuse la música. ¡También hace referencia a mi escritor favorito, el gran Boris Vian!
Punk del 77 con teclados en «Com’on to my Life». ¿Qué grupos de aquella época os molan?
Frankystein: Tenía doce años en el 77, y empecé a escuchar música, primero en la radio, y me maravilló descubrir el punk con Plastic Bertrand. Luego los Ramones. Sin pensar en el estilo ni en la forma, devoraba con el oído a The Clash, Sex Pistols, Undertones, etc. Tuvimos la suerte en ese momento de que había un gran programa de rock en la FM nacional, todas las noches a las nueve, y créeme, nunca vi la televisión, prefiero escuchar la radio.
¿Dónde se os quiere más, en “la France” o en “l’Espagne”?
Frankystein: ¡Ja, ja, ja… ché! Diremos que nos gustan las dos. Somos como el yin y el yang. Yo viví mucho tiempo en el País Valencià, ahí está mi corazón. Cuando El Néné, aún muy joven, siente la llamada de la tierra, sigue unido a Francia, más precisamente a Catalunya. Después, francamente, tener la posibilidad de vivir tan cerca de España es una providencia para nosotros. Porque siempre estamos por allí, copón… ¡Ja, ja, ja!
Menudos calambrazos de Theremin en «Space Phantom». ¿Encontrásteis el Sputnik?
Frankystein: Este tema es un viaje espacial y un doble homenaje. Probablemente a Joe Meek y sus producciones siderales como la famosa «Telstar». Pero en especial a Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio. Era joven, hermosa, sin ningún tipo de formación ya que trabajaba en la URSS, en una fábrica, y sin embargo hizo aquel gran viaje y volvió como una heroína. Tenía muchas ganas de transcribir este verdadero viaje sideral. Queda transcrito en música por un duelo entre mi guitarra en modo “echo” barato y el brutal Theremin de Sheri Corleone, más conocida como Bang Bang Band Girl.
Las primeras copias del elepé llevan una máscara de lucha troquelada. ¿En el próximo… una “culotte du boxing”?
El Néné: Volvimos a hacer lo de la máscara de lucha libre, sin vergüenza. Esta vez, es roja y sigue siendo una pieza de colección, pues solo se han impreso cien. Con Rafa, el jefe de Wild Cave Records, y Frankystein, somos tres “diggers” locos por los vinilos y todas las mierdas que vienen con ellos. Por supuesto, estaría genial una bonita braguita de boxeo roja satinada. Animamos a la gente, al público, en la lucha. La lucha por nuestra cultura el rock’n’roll… que casi perdemos con la crisis sanitaria, ¿no?
Docteur Rawk