En activo desde el 2008 The Rumjacks reviven el espíritu reivindicativo y bebedor de ese subgénero llamado Celtic Punk. Es decir, metralla sonora con influencias del folklore tradicional de países como Irlanda. Estos cinco tipos de Sidney se han ganado un hueco gracias a su explosivo directo y a un intenso calendario de giras. Se han paseado por medio mundo ejerciendo de teloneros, liderando sus propios conciertos o participando en grandes festivales, entre ellos el Punk Rock Holiday, Lowlands, South by Southwest o Mighty Sounds.
El punto de inflexión lo marcó el sencillo «An Irish Pub Song», contenido en Gangs of New Holland (2010), todo un éxito comercial unido a su carácter crítico con la excesiva banalización de la cultura céltica con pubs en cada rincón del mundo y un día de San Patricio convertido en una atracción turística. Como no podía ser de otra manera el impacto de la canción para afianzar su carrera fue decisivo y la misma se ha convertido en todo un clásico dentro de esas celebraciones teñidas de verde.
El pasado 2021 vio la luz su quinto disco de estudio, Hevia, segundo con Mike Rivkees como vocalista, un álbum que desbordó expectativas coleccionando una innumerable ristra de reseñas elogiosas y una entusiasta respuesta de sus fans. Ni la pesada losa del COVID afectó al estado de euforia en que se encontraban así que no perdieron el tiempo y se metieron en el estudio para dar forma a Brass fot Gold, un EP de ocho canciones que certifica el buen momento en que se encuantran.
Empiezan a toda mecha con «Bounding Main», breve andanada con coros a todo pulmón, para seguir con las nada disimuladas influencias ska que dominan «Bloodsoaked In Chorus» y el relato épico de un evadido de prisión que lleva su huida hasta California para iniciar allí una nueva vida, eso se narra en «One for The Road», una composición de esas que desatan la locura en los bares, entre jarras que chocan, vasos que estallan y la cerveza que se derrama por los suelos.
No aflojan ni un pelo la intensidad hasta que «Falling Back» pone el punto final a la grabación, grabación que ellos mismos definen de esta manera: “Es lo mejor que podemos ofrecer, al más puro estilo Rumjacker, canciones que representan una variedad de historias. Desde la nostalgia, el amor, el desamor, héroes de guerra y, como no, algunas canciones para beber por si acaso”.
Ya saben, suban el volumen y trasieguen unas pintas, ya vendrán tiempos mejores. Y en breve de gira por aquí.
Manel Celeiro