El libro Ecstasy & Wine, editado por Colectivo Bruxista, es el compendio del trabajo realizado, entre 2009 y 2015, por el fotógrafo Felipe Hernández en garitos, salas de conciertos y festivales. 100 fogonazos in your face a representantes, célebres o anónimos, de una fauna que quema la pista de baile mientras amanece en la calle, asalta la barra para regalar chupitos o hace crepitar las tablas de un escenario. (Spoiler: no salimos ni tú ni yo porque NO molamos tanto.)
Como apunta Miguel Trillo, el cronista en imágenes de la Movida, en su excelente texto a modo de prólogo, en los retratos de Felipe «comprobamos que la fiesta no es un cuadrilátero para la lucha, sino un pentágono de cuerpos con música para la diversión y ropas que se saben usar, un mapa del subsuelo con raíces, de pieles y pelos sin acuchillar». Y el editor Alejandro Alvarfer perfila la dimensión antropológica del volumen enfatizando su valor para una arqueología del presente porque «nos muestran restos vivos de un pasado que en cierta manera sigue siendo el nuestro, en pugna interminable con las fuerzas del mercado, que no dejarán de intentar convertir lo anacrónico en su versión descafeinada, la nostalgia.»
Felipe es un buen amigo de Ruta 66, no en vano algunas de las instantáneas se hicieron en el marco de algún concierto, festival o entrevista que se encargaba de cubrir para la revista. Es por ello que, para celebrar la edición de Ecstasy & Wine, le hemos pedido un pequeño texto para que nos explique cómo se siente al ojear un libro que, tras su presentación en Madrid, tendrá su acto oficial barcelonés este sábado 19 en la sala Meteoro.
Lo primero que siento es como «por fin, ya está» y después una sensación de que todo el trabajo ha merecido la pena. Una de las cosas que he aprendido es que hacer un libro cuesta mucho esfuerzo, tanto personal como monetario, pero todo eso se difumina cuando ves el resultado. También que trabajar con amigos como Koln Studio y la editorial Colectivo Bruxista es muy agradecido, siempre fue muy fácil tanto con los diseñadores como con la editorial.
Empecé el proyecto cuando tenía 23 años y justo acabo de cumplir 36; aunque haya pasado mucho tiempo veo que mis intereses y lo que me sigue gustando en la vida es lo mismo. El otro día hablaba con un amigo sobre el paso del tiempo y la conclusión fue que éramos más maduros pero la esencia y lo importante no se ha alterado.
Echando la vista atrás al ver todas las fotos, me hacen recordar con una sonrisa todas esas noches (tengo bastante buena memoria), lo bien que lo he pasado; no lo digo desde un punto de vista nostálgico ya que a día de hoy me lo sigo pasando muy bien cuando salgo por la noche.
Después de seis años haciendo fotos decidí que había llegado el momento de parar y hacer algo con ese material. Hacia 2019 me volvieron a entrar ganas de sacar fotos por la noche y pese a la pandemia y el cierre de ocio nocturno que hemos tenido he seguido fotografiando y la idea es seguir hasta que me canse; a lo mejor dentro de unos años podemos hablar de que un segundo volumen. Como pudiste leer en los textos de Miguel Trillo y Alejando Alvarfer, las subculturas como las entendemos parece que están muriendo, pero personalmente creo que no: con cambios y reformulaciones éstas se van a resistir a morir.
La pandemia hizo que se retrasara todo, no tanto por tener listo el libro sino porque queríamos hacer una presentación como merecía; al final es un libro que va de subculturas en su hábitat natural, la noche, y como el ocio nocturno ha estado tan perseguido quisimos esperar a que ya no hubiera restricciones. En Madrid cogimos un espacio y lo hicimos nuestro: oscuridad, luces rojas, máquina de humo, DJs que hicieron un viaje desde el soul hasta la electrónica y sobre todo cerveza y vermú gratis para la gente.
En Barcelona lo presentamos este sábado 19 en Meteoro, sala amiga donde me hace mucha ilusión presentarlo: contaremos con Adela, que ya pinchó en Madrid su vertiente más soulera; Luis Costa, DJ y autor del los libros Bacalao y Balearic, editados por Contra; DJ Usuario, Mario batería de Power Balance; y Julián Reca, uno de los DJs de Barcelona más activos.
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Descubre aquí el trabajo de Felipe en revistas, publicidad y proyectos personales tan interesantes como Krev (sobre el Euromaidán ucraniano de 2013), Arenal, El Carmen, Sol, Montera, Opera (y los últimos vestigios humanos del Madrid castizo) o Bar Napkin Archive (archivo de más de 400 servilletas de bares, qué lugares).Texto: Roger Estrada
Fotografías: Felipe Hernández