Maika y su banda aterrizaban por fin en Barcelona para presentar su álbum MKMK, y no parecía empresa sencilla.
Psicosis generalizada, baja obligada de su técnico de sonido y del polivalente Sam, nuevo motivo de superación para una artista dispuesta a seguir su camino contra viento y marea. Así, su primera fecha en el TNC se saldó con una gran entrada, un público entregado y unos músicos dispuestos a darlo todo. Arrancaron con recuerdo a nuestro añorado compañero y amigo Xavi Mercadé (¿Cuántas fotos debió hacer a Maika durante años y años?), con un volumen atronador y actitud de estar sobre un gran escenario. Intercambiando sus instrumentos, desgarrando cuerdas, teclas y timbales, radicalizando si cabe sus nuevas canciones. Talento, entrega y buenos temas, ¿qué más se puede pedir? Remansos de paz intercalados sabiamente, armonías vocales grupales como contrapunto a desenfrenos instrumentales y un invitado inesperado, Ovidi de los Zigarros que parecía sentirse cómodo entre tanto arrebato eléctrico. Otra noche para el recuerdo, y van muchas…
Texto: Alfred Crespo
Foto: Jordi Sánchez