Canastéreo nos presentan Pasajes de lo impuro, rebosante de quejío y psicodelia fresca, con Pata Negra y Triana bajo las alas. Canastéreo son Juan Olaya (guitarra), Jesús Contador (guitarra y voz), Marcos González (batería), Manuel Pérez (trompeta), Juan Bidegain (bajo) y Nico González (teclista).
Antes de adentrarnos en vuestro LP debut, Pasajes de lo impuro, ¿De dónde venís musicalmente y cómo nace Canastéreo?
Nuestras raíces son muy variadas, a medio camino entre Andalucía y Extremadura en una suerte de mezcla entre formación académica y la experiencia de la universidad de la calle. Las primeras veces que nos juntamos fue por la zona de la Alameda, allá por 2015, con toda la movida alternativa que hubo en los corralones y todos esos lugares bastante underground, herederos de esa Sevilla del arcoíris que llevaba ya mucho tiempo gris. Ahí solo éramos colegas que lo pasábamos de puta madre tocando y disfrutando hasta altas horas de la madrugada, sin ningún tipo de pretensión más que la de disfrutar de la vida, de la música y del arte del momento.
Por Canastéreo han pasado varios músicos y hemos tenido diferentes formaciones, peña que también han participado en otros proyectos como Vera Fauna, Los Reyes Magos, Batracio, Shepherd o La Libertad del Garbanzo. Aquí somos muy dados a la endogamia musical pero siempre desde el buen rollo.
¿Cómo definís vuestro sonido y qué referentes tenéis?
A nosotros nos gusta hablar de sonido andalu-psych, de rock con esencia lleno de impurezas, locura y libertad. Cero tapujos, cero límites y nada de fronteras, solo las de Jerez y Morón. Lo mismo flipamos con Diego del Gastor o la Fernanda, que con King Gizzard o Tame Impala. Ahora mismo hay una movida muy guapa en Andalucía en general y en Sevilla en particular. Todo el mundo nos influenciamos mutuamente y bebemos de fuentes y manantiales parecidos. Califato ¾, DMBK, Vera Fauna, La Plazuela o Sevilla Distorsión, por mencionar algunos proyectos con los que nos une la admiración y la amistad.
Ya en vuestro EP Raíces lunáticas (2018), se respiraba esa santísima trinidad de lo impuro que va de Veneno a Pata Negra, pasando por Smash. Siguiendo ese potente y triunfal resurgir de la psicodelia rock andaluza que llevamos disfrutando varios años, con bandas sevillanas en primera línea, como los desaparecidos Quentin Gas & Los Zíngaros, o los reyes del mambo actual, DMBK, ¿Cómo veis este resurgir y qué diríais que diferencia a Canastéreo del resto de bandas hermanas?
Es una pasada ver cómo la escena se está uniendo y se nos está dando voz más allá de los confines de la Andalucía más ensimismada y enclaustrada. Este movimiento va más allá de lo musical, hay gente haciendo cosas super interesantes en muchos ámbitos. Poesía, ilustración, tatuaje, diseño de moda, fotografía, pintura, periodismo… La lista es interminable y vemos que al final se comparte una misma visión. Recuperar ciertos valores y conceptos de nuestra historia y nuestra cultura, pasarlos por un filtro actual y hacerlo sin complejos y desde la más absoluta honestidad.
Si tuviéramos que mencionar algo que nos diferencie de las demás bandas hermanas, diríamos que somos como la Tercera Vía de este nuevo movimiento. Ni tan punkis ni tan rockeros, quizás nuestro discurso tenga un punto más sobrio y profundo, aunque a la vez elegante y potente. Poderío, lisergia y neofolklore para todos los públicos.
Me encanta el pellizco gitano de temas como “Puerta Tierra” o “Caravasar”, con ese regusto arábigo entre teclas y guitarras. Una raíz flamenca que, sin escatimar en fiereza guitarrera, continúa y alcanza otra de las cimas del disco en ese “fuego que aviva la memoria” de “Patria de sal”, con un inicio jondo a más no poder. Habladnos un poco de este tema, de sus raíces y letra reivindicativa.
Nos sentimos muy agradecidos de ver cómo se identifica “Patria de sal” como un reclamo de atención hacia esta tierra nuestra desde la que nos proyectamos, la infinita olvidada, Andalucía. Abrir el tema por soleá es como dejar que brote lo más profundo de nuestra cultura, un guiño a lo tradicional sin dejar de ser heterodoxo. La canción aborda del mismo modo una mirada hacia el pasado, a toda esa serie de decisiones que han llevado a nuestra región a la situación actual y trata de tomar inspiración de ella, poniendo en relieve esas partes olvidadas de la memoria colectiva. Sentimos que gran parte del movimiento cultural que hoy está más vigente que nunca, bebe a su vez mucho de la reivindicación de nuestra autonomía y de las señas de identidad que como pueblo siempre ha reclamado Andalucía y su gente. “Patria de sal” es nuestro homenaje para canalizar en forma de melón musical toda esta serie de sentimientos.
¿Cómo es el proceso compositivo en la banda? ¿Cómo surgen las letras y la música?
El proceso compositivo es siempre muy coral. Normalmente, alguno de nosotros trae una idea musical sobre la que trabajamos para terminar de darle forma, hacerla nuestra y empezar a estructurarla. Paralelamente, empezamos a plantear el tema del que queremos hablar o la idea general que queremos transmitir.
Cada tema es un viaje, y para este disco hemos querido traeros una aventura que se entiende como un todo de principio a fin. En la época de la dictadura del single y el ansia por estar siempre en boga, nosotros apostamos por hacer las cosas con mimo y paciencia, dándole a cada proyecto el tiempo y el lugar que se merecen.
¿Qué discos/artistas habéis tenido de cabecera durante el proceso creativo de Pasajes de lo impuro?
Nuestras listas de Spotify, Tidal y la colección de vinilos de la Trianosfera han estado echando fuego este último año. Del “Omega” de Morente al “Innerspeaker” de Tame Impala, de “La Leyenda del Tiempo” de Camarón al “Gece” de Altin Gün, del “Gipsy Rock” de Las Grecas al “Microtonal Flying Banana” de King Gizzard, o de “Dudas y Flores” de Vera Fauna a “Magnolia” de Rufus T. Firefly.
Raíces y alas. ¿Cómo veis el debate de esta dicotomía en la música actual? Y dónde se sitúa Canastéreo, ¿más cerca de lo puro o de lo impuro?
Raíces, alas, puentes o hilos invisibles son las herramientas que tenemos hoy para crear la música que queremos escuchar mañana. Estamos en un momento en el que se puede (y se debe) aspirar a vivir en un futuro que está aún por escribir, se puede buscar la inspiración en los caminos que abrieron otras personas en el pasado para recorrer el nuestro propio. Sentimos que la música es libertad por antonomasia y cada cual debe darle el enfoque que crea que enriquece más su propia visión del mundo. Si entendemos lo puro como algo estático, nosotros nos situamos en el dinamismo y espontaneidad de lo impuro.
Con esa huella tan marcada de Veneno y aprovechando que no hace tanto compartisteis escenario con Kiko, ¿Cómo fue tocar con uno de los maestros y qué opinión/feedback os dio sobre vuestra música?
La experiencia de compartir cartel y escenario con un maestro y leyenda viva de nuestra música, como es Kiko Veneno, fue inspiradora a muchos niveles. Ese día estuvo lleno de notas positivas y se nos llenó el corazón de muchas cosas preciosas. Tuvimos la oportunidad de conocer a un Kiko siempre sereno y amigable, con los pies en la tierra, la mente abierta y la mano siempre tendida a los que venimos detrás. Nos felicitaron tanto él, como sus músicos por el conciertazo que dimos. Nos reímos, compartimos anécdotas, birras y aromas a canela en un día que para nosotros y nuestra memoria se queda.
Y por último, ¿Cómo se presentan los directos para dar a conocer el nuevo trabajo?
Actualmente nos encontramos en vías de cerrar la gira de presentación del disco, de momento por territorio español. Ya abrimos las fronteras de Portugal y EEUU hace unos años, así que no descartamos hacerlo de nuevo si las condiciones lo permiten. Aunque no podamos desvelar nada aún, nos veremos las caras en salas y festivales a lo largo de 2022 seguro.
Texto: David Pérez Marín
Fotos: Ángel Bernabéu
