Vamos un año más con el top ten del género preferido por los lectores del Ruta. Doce meses entre distancias de seguridad, toques de queda a euro el kilo y mascarillas con más mierda que la bombilla de una cuadra. Doce meses de idiotez, desquicie y palos de ciego a los que, si hubiera que poner una banda sonora, ninguna mejor que esta. Enloquezcan definitivamente y déjense llevar tanto por paisajes sonoros clásicos como por extravagancias, incongruencias y disarmonías varias. A bordo, que zarpamos ya…
French TV
All Our Failures are Behind Us (Pretentious Dinosaur)
Siempre con un pie en lo más o menos clásico (Caravan, Zappa, Brand X…) y el otro en el RIO/avant-garde, los de Louisville vuelven a demostrar que lo suyo es de otro planeta. No sé si el nuevo trabajo de Mike Sary y sus compinches es el mejor de este año, pero sin duda es el más impactante e imaginativo. Rock progresivo de altísimo octanaje, jazz fusión y chaladuras marca de la casa, al servicio de seis temas impepinables.
Black Midi
Cavalcade (Rough Trade)
Math rock, post hardcore, avant-prog, experimental post-punk… a los londinenses les llueven las etiquetas; cada uno que se quede con la que quiera, si es que la necesita. Lo único indiscutible es que esta su segunda andanada les confirma como una de las bandas más creativas, vanguardistas, atrevidas e imprevisibles de la actual escena prog. El futuro de un estilo se forja con discos como este.
The Emerald Dawn
To Touch the Sky (World’s End)
Jazzísticos y pastorales, cinemáticos y oníricos, los de Cornualles siguen a lo suyo: tres canciones tan solo, pero cincuenta minutos en total. Cuarta entrega de un rock sinfónico que, por más que pueda traernos a la cabeza ancestros más o menos reconocibles (de Hackett a Oldfield, de Genesis a Renaissance), cada vez suena más ilusorio, más pictórico. Más propio.
Cast
Vigesimus (Progressive Promotion)
Más de cuarenta años de trayectoria avalan a Alfonso Vidales, fundador y único miembro original de los mexicanos a día de hoy. Celebrada longevidad que refrendan con este vigésimo -de ahí el título- y magnífico trabajo en estudio, en el que los cimientos de su sonido siguen sólidamente anclados en el clásico sinfónico de los setenta, de Genesis y E,L&P a Premiata Forneria Marconi.
Needlepoint
Walking Up That Valley (BJK Music)
Desde que escuché su anterior trabajo The Diary of Robert Reverie, me preguntaba si estos noruegos iban a ser capaces de mantener aquel nivel. Duda resuelta, pues en Walking Up That Valley vuelve esa espléndida sonoridad proto-prog, esa psicodelia de finales de los sesenta que tan pronto puede recordar a Iron Butterfly como a Brian Auger o 13th Floor Elevators. Y sin fútiles revivalismos, importante eso.
Ciccada
Harvest (Bad Elephant Music)
Guitarras de doce cuerdas, clarinetes, clavicordios, mellotrones y flautas por todas partes. Un auténtico festín renacentista, puro folk prog electroacústico ligeramente psicodélico, facturado con destreza desde tierras helenas. Para fans de Gryphon, Gnidrolog, las primeras Private Parts & Pieces de Anthony Phillips o la escena de Canterbury menos excéntrica.
John Holden
Circles in Time (Autoeditado)
Tras sorprendernos en 2018 con Capture Light, y todavía más el año pasado con el magnífico Rise and Fall, Holden siguen en racha con este nuevo álbum, sin abandonar la plantilla como quien dice. Magníficas historias vehiculadas a través de un progresivo salpicado de jazz, folk y hasta guitarras españolas, y con aportaciones de gente de Big Big Train, Mystery, Riversea, Mostly Autumn o Cosmograf entre otros.
Liquid Tension Experiment
LTE3 (InsideOut)
Mike Portnoy, John Petrucci, Jordan Rudess y Tony Levin por fin han podido ofrecer la continuación a sus dos primeros discos. Ocho maravillas instrumentales que pasan del metal al ambient, del prog al jazz como quien lava. Y lo mejor es que nadie diría que han pasado más de veinte años desde que grabaron juntos por última vez. Todo aquello que los definió en su momento, sigue aquí intacto.
Transatlantic
The Absolute Universe (InsideOut)
No fallan estos. Morse, Stolt, Trewavas y el más que ubicuo Portnoy siguen surcando los procelosos mares del progresivo a través de un invento que hace mucho ya que trascendió la mera categoría de supergrupo. Ofrecido en dos versiones (The Breath of Life, una hora y gracias o Forevermore con hora y media de material entre retocado y añadido), su nuevo disco es simplemente otra joya en una corona sin rival.
Frost
Day and Age (InsideOut)
Jem Godfrey, John Mitchell y Nathan King son un valor seguro; la clase de músicos que te garantizan un notable mínimo en cada nuevo lanzamiento. Day and Age, su cuarto disco como Frost, incluso eleva la nota. Neo-prog de marcado acento británico y acertadamente puesto al día, con una secuencia de temas tan dinámica como melódica. De esos que entra a la primera, vamos.
Eloy Pérez