Los Eternos regresan con su quinto disco, Sonora, un nuevo tratado de country-pop desde el Noroeste peninsular, tan solo dos años después de su anterior trabajo, Vientos solitarios, cuando mientras entre aquel y el anterior, Back on the Road, habían transcurrido nueve años. Parece que la formación se ha asentado definitivamente en su nueva etapa. Hablamos con ellos para que nos den detalles de su nuevo disco.
¿Os encontráis cómodos ahora o se trata también de una cuestión de respaldo del sello discográfico, en este caso una entente Milana Música y Ferror Records?
– Durante la presentación de Vientos solitarios ya estábamos trabajando en temas nuevos, y nuestra intención era sacar un nuevo disco en el año 2020. De hecho, ya en noviembre del 19 presentamos un adelanto, “Dioses en la pared”, de lo que iba a ser ese nuevo trabajo. Desgraciadamente llegó la pesadilla del Covid y, como tantas otras cosas, nuestros planes quedaron truncados, así que hemos tenido tiempo más que suficiente para ‘asentarnos’ y por fin poder dar a la etapa iniciada con Vientos solitarios una merecida continuidad. Seguir la línea marcada por nuestro anterior trabajo fue desde un principio nuestra pretensión; siempre hemos tenido muy claro lo que buscábamos y hacia dónde queríamos ir, y creemos que el resultado ha sido más que satisfactorio. Evidentemente, nos sentimos muy cómodos en esta nueva etapa, máxime con el apoyo incondicional que nos brindan Milana Música Records y Ferror Records.
¿Quedasteis contentos con la repercusión de vuestro anterior álbum? ¿Y cómo de diferente fue al disco en inglés editado por una multinacional en 2010, Back on the Road?
– Fichar por Warner fue un gran paso para la banda, un punto de inflexión. El hecho de contar con su respaldo propició que fuéramos más visibles en el panorama musical -tuvimos once nominaciones a los Premios de la Música y muy buenas críticas de las revistas especializadas-, la distribución a nivel mundial hizo que llegásemos a lugares que por nosotros mismos sería prácticamente impensable, sonamos en radios de muchos países y nos llamaron de salas que hasta entonces no habían oído hablar de Los Eternos. Se nos abrieron muchas puertas, así que siempre estaremos agradecidos a Warner por interesarse por nosotros. El parón al que nos vimos obligados coartó la continuidad de ese proyecto y, cuando finalmente pudimos regresar, nos apetecía tener el control de todo el proceso, desde el nacimiento de cada tema hasta su edición pasando por la producción, queríamos libertad absoluta para decidir cuando el disco estaba listo para ser presentado. Vientos solitarios nos ha dado multitud de alegrías, fue muy bien recibido, hicimos muchos conciertos en los que tanto el público como nosotros disfrutamos, tuvimos muy buenas críticas y ha superado con creces nuestras expectativas hasta el punto de que contribuyó a que ahora estemos embarcados en este nuevo proyecto.
Digamos que Sonora incide en la senda iniciada por Vientos solitarios, ¿no? No obstante, ¿cuál sería desde vuestro punto de vista la evolución?
– Si Vientos solitarios ya fue un disco muy pensado y al que le dedicamos mucho tiempo para conseguir lo que buscábamos entonces, Sonora, por motivos de la pandemia, ha tenido tiempo más que suficiente para crecer y madurar durante muchos meses. Temas que en un principio iban a estar incluidos en el disco fueron descartados ante la aparición de otros surgidos durante el confinamiento y que, finalmente, se ganaron su puesto en el nuevo trabajo. Cambiamos y modificamos tiempos, trabajamos mucho los arreglos y algunas melodías fueron transformándose, y todo hasta que el grupo al completo tuvimos claro cuál sería el trabajo que finalmente presentaríamos. Con Sonora apostamos por mantener la misma línea del anterior, siguiendo la senda de la música americana pero sin olvidar el country clásico, pues nuestros referentes no han variado, pero sí que es cierto que hay una evolución con respecto al disco anterior. El country abarca diversidad de estilos, y quizás aquí nos acerquemos un poco más al rock y al folk, pasando por el western y el pop. Es un disco más eléctrico, más árido y duro, que nos transporta desde la música de la costa oeste americana hasta el rock sureño más tejano. Seguimos primando melodías, armonías y mimando arreglos y letras, pero en esta ocasión las guitarras se dejan sentir con más presencia pero sin robarle protagonismo a la steel del maestro Álvaro Lamas.
¿Puede ser que se haya incidido más en las melodías soleadas, en los estribillos, que sea algo menos melancólico que el anterior?
– La soledad, la nostalgia y añoranza por tiempos pasados sobrevuela en muchos de los temas de Vientos solitarios, y quizás por ello, y también en parte por alguna de sus melodías y por la gran presencia de la steel, pueda parecer que estemos ante un disco melancólico, pero en ese trabajo ya aparecen guiños al surf-rock, al spaghetti western, hay melodías pop y, haciendo honor a los que fueron nuestros inicios, temas más rockeros. Como hemos dicho, en Sonora las guitarras están más presentes, los temas se acercan más al rock, al folk y al western, también al pop, y eso puede marcar las diferencias con respecto al anterior. Nos gusta cuidar las letras y los estribillos los hemos trabajado por igual en ambos discos, pero quizás por la temática e instrumentación de los nuevos temas, estos puedan parecer ‘más soleados’.
¿Ha quedado definitivamente atrás el dark-country que antes os definía?
– Nunca lo hemos abandonado. El dark-country sigue presente en nuestra música, tanto en melodías como en letras. Por ejemplo, “Dioses en la pared” o “El vals de los quebrantos” son canciones que se acercan al lado más oscuro de la vida.
¿Cuál era la idea del grupo al entrar al grabar en esta ocasión? ¿Había una idea, un concepto, una referencia?
– A la hora de entrar a grabar, suponemos que al igual que todo músico, la idea es hacer un trabajo que no solo iguale sino que supere al anterior, y que además de ser del agrado de toda la banda lo sea también de toda la gente que nos sigue y escucha. Si ya antes de la pandemia teníamos claro lo que queríamos hacer, imagina ahora después de esta parada obligatoria. Como ya dijimos, tuvimos mucho tiempo para preparar el disco, así que cuando finalmente pudimos entrar en el estudio sabíamos exactamente lo que buscábamos y lo hemos conseguido. Ahora falta que guste y que nos de tantas satisfacciones como los anteriores.
¿Quién o cómo se tiene la visión de escoger un camino o un sonido para un disco y hasta qué punto cuesta tener esa visión y saber escoger las canciones? ¿Es cuestión de todo el grupo? ¿Todos remáis en la misma dirección? ¿O suele ser propuesta de alguno a la que los demás se suman?
– Llevamos muchos años tocando y componiendo, y tanto lo que escuchamos cada uno de los componentes de la banda como las propias vivencias nos influye, lo que evidentemente trasciende a la hora de hacer nuestra música. Siempre hemos trabajado en equipo, todos aportamos, y antes de decidir qué temas irán en el disco hemos de estar de acuerdo. Si alguno no es del agrado de todos, nos paramos a buscar los motivos, intentamos solucionarlo, transformarlo y, si no se consigue, lo apartamos y lo dejamos dormir, pues quizás en otro proyecto sí tenga cabida. Todos remamos en la misma dirección y tratamos de hacerlo lo mejor posible, pues pretendemos seguir aquí mientras nos dejen.
Las letras los firma alguien ajeno al grupo, en concreto Arantza Navarrete. ¿Parten los textos de ideas de ella o le dais algunas indicaciones? En ese caso, ¿qué le comentáis o que le pedís?¿O ella llega con los textos y los tomáis tal cual y los musicáis y arregláis?
– Arantza ya conocía nuestro trabajo anterior a Los Eternos, pero nuestra colaboración musical con ella comienza en Back on the Road. Su relación con Chevis facilitó que nos ayudara con las letras en inglés y, a partir de ahí, poco a poco, fue convirtiéndose en una pieza clave a la hora de poner letra a nuestros temas. No nos cansaremos de decir que Los Eternos, además de un grupo, somos una familia en la que no solo estamos los rostros visibles, y la buena conexión y la complicidad que tod@s tenemos se hace palpable, facilita el trabajo y se ve en el resultado final. A la hora de trabajar con Arantza, una vez compuesto el tema, comentamos lo que la música de cada canción nos hace sentir a cada uno, y a raíz de ahí ella le da forma a los textos tratando de plasmar lo que nos gustaría expresar. En ocasiones, le pasamos alguna que otra estrofa o estribillo y trabaja sobre ello hasta que nos sentimos satisfechos con el resultado final, pero la verdad es que después de tantos años juntos, no son necesarias muchas indicaciones. Las menos veces se impone en alguna de las letras y pelea porque no se modifique una frase o una palabra, y hemos de decir en su favor que, una vez montado el tema, descubrimos que tenía razón.
Vuestras historias son bastante abiertas, se prestan a distintas interpretaciones. Me imagino que eso es lo que buscáis, ¿no? Parce que Arantza lo consigue perfectamente, aunque no sé si le resulta fácil o le da demasiadas vueltas.
– Al igual que nosotros Arantza es muy perfeccionista y también le gusta contar historias, así que tanto ella como nosotros le damos muchísimas vueltas, pues precisamente buscamos presentar escenarios abiertos a diferentes interpretaciones. Creemos que eso es lo bueno, que nada sea demasiado obvio y que nos haga pensar, y que incluso podamos cambiar de parecer tras varias escuchas del tema o dependiendo del estado de ánimo de cada quien. Los temas tiene diversas lecturas, para cada uno de nosotros tiene un significado, por lo que una sola palabra o frase puede inclinar la balanza a un sentido u otro, por eso cuidamos tanto la elaboración de las letras, para que quien escuche la canción haga su propia interpretación.
Veo referencias en las letras al amor eterno, los falsos profetas… ¿Qué otros temas, si se puede confesar, son los que ocupan el disco en esta ocasión?
– El paso de tiempo que nos arrolla sin poder controlarlo, y lo que ello conlleva, se adueña prácticamente del disco, de hecho la adaptación que hacemos del tema compuesto por Gram Parsons empieza invocando al inexorable tiempo. También se trasluce en las letras las dudas e inseguridades, la búsqueda de los sueños y de la propia identidad cuestionado creencias e imposiciones, las drogas, la huida de nuestros miedos en un intento de sobrevivir a la propia vida que a cada uno le ha tocado vivir. Pero, como hemos dicho, cada quien verá lo que quiera ver, lo dicho es nuestra interpretación, pero quién sabe qué pensaremos mañana.
El elemento más definitivo e identificativo del grupo es, sin duda, la steel-guitar. ¿Condiciona el sonido de la banda o Álvaro aporta sus arreglos una vez están construidas las canciones?
– El maestro Álvaro Lamas no necesita presentación alguna, y aprovechamos para decir una vez más que nos sentimos afortunados de estar a su lado. Evidentemente su steel es una de los elementos que definen a día de hoy a la banda, pues está claro que da a los temas el sonido americano que pretendemos, por lo que no creemos que nos condicione absoluto, sino más bien al contrario. Ya dijimos que antes de grabar un tema el consenso de toda la banda es ineludible y que todos los componentes aportamos, y evidentemente Álvaro no es una excepción.
Los grupos nacionales que más me evocan vuestras canciones son Mas Birras, Desperados, La Frontera (en “Dime a dónde vas”, “El rey de tus dudas”, el instrumental “Sonora”)… ¿Alguna referencia más que vosotros veis o queráis señalar?
– Todo lo que escuchas deja poso, y se traslada de un modo u otro al trabajo que se realiza. La verdad es que no descartamos ningún tipo de música, y entre los cinco componentes del grupo abrazamos prácticamente todos los estilos musicales. Son muchos los artistas del panorama nacional a los que admiramos, además de los que señalas: bandas como Burning, 091, Hendrik Rover, Pájaro son para nosotros grandes referentes, y seguro que se nos quedan en el tintero bandas que nos han influido y otras que en la actualidad estamos escuchando y que sin lugar a dudas también dejan su impronta en lo que hacemos. The Soul Jacket, con los que hemos hechos una gira hace ya unos años, nuestros hermanos. Los Bodereck, los Wavy Gravies, y por supuesto todas las bandazas que son compañeros en Milana Música Records se hacen igualmente presentes en nuestro quehacer.
Además, todo lo que venga de nuestra tierra ocupa un lugar especial: de Cedeira han salido grandes músic@s, como Berrogüeto, Guadi Galego, sin olvidarnos de nuestro hermano y amigo Paco Rufus, para nosotros Paco de Lola, a quien seguro todos recordareis. Los Contentos, Radio Océano, Siniestro Total, son bandas que hemos seguido desde nuestros comienzos. Tampoco podemos dejar de mencionar a Luis Emilio Batallán y a Andrés do Barro, que fue nada más y nada menos nº 1 en España cantando en nuestro idioma, y al que hemos tenido el honor de versionar en un trabajo en el que han participado varias bandas gallegas en un merecido homenaje a ese gran artista, que se llevó a cabo gracias a la intervención de Fernando Fernández Rego, de Ferror Records.
Siempre habéis sido muy prolíficos. ¿Se han quedado canciones fuera en esta ocasión? ¿Y compusisteis durante la pandemia?
– La verdad es que nunca paramos, siempre estamos componiendo, y la pandemia no fue una excepción. Durante la presentación del disco anterior ya estábamos trabajando en el que actualmente presentamos, y ahora que Sonora está en fábrica, estamos ya pensando en el que será nuestro próximo trabajo, y nuestra intención es grabar de nuevo a finales de año. Siempre hay temas que quedan fuera y, pese a que el disco estaba prácticamente cerrado, la aparición de nuevas canciones propició la caída de algún que otro tema, pero ello no quiere decir que no puedan tener encaje en futuros trabajos. Nuestro propósito, ahora y siempre, es tratar de presentar un disco equilibrado, donde todos los temas tengan una conexión, y que configuren ‘un todo’, y la verdad es que el resultado nos ha dejado satisfechos.
En este disco hay un tema de The Byrds, escrito por Gram Parsons, “One Hundred Years from Now”. Sé que en vuestros 30 años de carrera habéis hecho versiones de AC/CD, Thin Lizzy, The Clash, Iggy Pop and the Stooges, Led Zeppelin, Johnny Cash, Willie Nelson, Hank Williams, Gram Parsons, Steve Earle, Wiskeytown, Golden Smog… ¿Alguno más? ¿Y cómo ayuda esa escuela, esa tradición, a la hora de enfrentaros a vuestras creaciones?
– Como todo grupo buscamos nuestra propia identidad, tanto en nuestras composiciones como en el sonido, pero siempre nos gustó versionar a quienes admiramos, sobre todo en los directos, es nuestro pequeño homenaje a los grandes. Y como ya dijimos anteriormente, todo lo que escuchamos, de un modo u otro ha de apreciarse en nuestras composiciones. Cuando hacemos los temas no pensamos en que se parezcan a un estilo, a un grupo determinado, simplemente aparecen y, si para nosotros son lo suficientemente buenos, vamos a por ellos con independencia de estilos o etiquetas. Pero claro está que cuando tienes en mente un proyecto, todo lo que finalmente presentas tiene un hilo conductor, un nexo de unión.
El diseño del disco es una pequeña joya, con las ilustraciones de Esther Stramb (Stramb Art) y la maquetación de María Llauger. ¿Qué intención había? ¿Hubo indicaciones o lo hicieron ellas según lo que escucharon o lo que entendieron que sería el disco?
– Conocimos a Esther Stramb tocando en Bilbao hace ya unos años y nos habló de su obra. Al día siguiente de conocerla nos fuimos a ver una exposición que tenía en ese momento y, la verdad, nos quedamos impactados con su trabajo. Antes incluso de grabar Sonora, teníamos muy claro que Esther era la persona adecuada para hacer la portada del disco, ya que sus ilustraciones encajan perfectamente con nuestros temas. La verdad es que ha sido todo un acierto y estamos encantadísimos con el resultado, ya que representa a la perfección nuestro nuevo álbum. María Llauger ha sido la encargada del diseño y la maquetación tanto de Sonora como de Vientos solitarios y esperamos que nos siga haciendo muchos más diseño, ya que es una suerte contar con su talento.
¿Qué expectativas tiene el grupo con este disco y a dónde os gustaría llegar?
– Pues, como siempre, esperamos que el disco guste y que podamos hacer muchos conciertos y llegar a gente y lugares en que todavía no nos conozcan, y que todo el mundo disfrute con nuestra música.
Una de las frases que ya forman parte la vida del grupo ha sido desde el inicio: “Los Eternos son concebidos como un proyecto basado en lo más simple, disfrutar haciendo rock’n’roll”. ¿Sigue siendo eso el resumen de lo que os mueve?
– Por supuesto, el día en que dejemos de disfrutar nos bajaremos de los escenarios y nos dedicaremos a otra cosa.
Por último, ¿qué queda hoy de aquellos cuatro chavales que empezaron como Os Maruxa en 1992? ¿Os podíais imaginar hoy aquí, con estos cambios y todo lo que tenéis ya detrás?
– La verdad es que los Maruxa éramos cinco y en Los Eternos estamos Cudi y Chevis. Cuxi y Mecha siguen dando guerra pero en otros proyectos, y nuestro Paco de Lola, como todos sabéis, nos dejó hace ya unos años después de dedicar toda su vida a la música y al rock & roll. De aquellos chavales permanece intacta su ilusión por seguir haciendo lo que más les gusta, “disfrutar haciendo rock & roll”. Para ello contamos con el apoyo más absoluto y saber hacer de Milana Música Records y Ferror Records. Hacen que nos sintamos como en casa, nos miman y nos dejan total libertad a la hora de dar vida a nuestro trabajo, por lo que no podemos estar más que agradecidos.
Texto: Xavier Valiño